El director de Red Bull salió de la base del equipo en el que corre el argentino minutos antes del comienzo del primer ensayo del GP de San Pablo.
San Pablo (Enviado Especial) ESPN.com esperaba la salida de Franco Colapinto de su hospitality para dirigirse a boxes. Se lo esperaba ya vestido con el buzo para subirse a su Williams y comenzar la actividad del Gran Premio de San Pablo. Y de repente, sorpresa total: se abre la puerta y sale ¡Christian Horner! Sí, el director de Red Bull salía de las entrañas del equipo de Grove.
No, el inglés no se equivocó de lugar porque el sector del equipo de las bebidas energizantes está a unos 100 metros del lugar de Williams. ¿Entonces? Claro, la ola de rumores que señala el posible desembarco de Colapinto en la estructura austríaca, para ocupar un lugar en Racing Bulls, escalaron vertiginosamente.
En los últimos días, el runrún fue creciendo. Y fue Franco el que sacudió aún más el avispero en la conferencia de prensa previa al GP paulista al disparar: “Si Williams no puede darme un asiento para 2025, lo normal sería dejarme ir”. La declaración mostró, tal vez, algún chispazo interno. El tema es que acá chocan dos intereses: el de Colapinto, que quiere correr, y el de Williams, que quiere retener al piloto por el que invirtió desde su segundo año de Fórmula 3. En el medio, un contrato que se firmó cuando el argentino fue anunciado como titular en reemplazo de Logan Sargeant que se a largo plazo. Las cláusulas de rescisión siempre están, pero, aparentemente, la posibilidad de salida al cierre de 2024 sería de difícil cumplimiento.
Entonces, ¿habrá ido Horner a runirse con James Vowles para tratar de destrabar la situación? Según pudo averiguar ESPN.com en San Pablo, la carrera de Las Vegas (17/11) sería el límite para sellar el 2025 de Colapinto. Por ahora, será piloto reserva de Williams y eso es lo que quiere el equipo inglés. El piloto argentino y su grupo de trabajo lo quieren en pista. Suena la familia Red Bull. Horner salió del hospitality de Williams. Las piezas del rompecabezas parecen ir acomodándose.
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