F1
José Antonio Cortés 1d

Un mexicano de FIA y otros paisanos salvaron el GP de Las Vegas

Jorge Abed comandó un grupo de mexicanos que salvaron del fracaso al Gran Premio de Las Vegas


LAS VEGAS.- Cuando el Gran Premio de Las Vegas de Fórmula 1 estaba a punto de ser un fracaso estrepitoso un mexicano entró en acción, encontró a un grupo de otros paisanos suyos y salvó el evento que estaba a punto de fallar, luego de un terrible accidente que pudo haber sido fatal para el piloto de Ferrari, Carlos Sainz.

El mexicano que salvó al GP de Las Vegas en 2023 y que como agradecimientos recibió un abrazo de Stefano Domenicali CEO de la F1, se llama Jorge Abed y es el presidente de la Comisión de Circuitos de la FIA y es el encargado de revisar todas las pistas donde hay eventos avalados por el organismo, no sólo de Fórmula 1, sino de todas las categorías importantes.

Abed, no lo hizo solo, contó con la complicidad de una cuadrilla de trabajadores mexicanos que, al ver que su compatriota necesitaba apoyo hicieron en un par de horas un trabajo, que en condiciones normales habría llevado, tal vez un día.

Recordemos que, en 2023, en la primera práctica del primer Gran Premio de Las Vegas desde 1982, el auto Alpine del francés Esteban Ocon pasó por encima de un registro de metal, algo parecido a una pequeña tapa de una coladera, sobre la recta más larga del circuito callejero.

Ahí sobre el famoso The Strip de Las Vegas, el pedazo de metal se despegó del asfalto y luego, cuando pasó el Ferrari de Carlos Sainz la tapa pegó violentamente en el piso del monoplaza y por centímetros no causó una tragedia, pero sí provocó un daño enorme en el coche.

Jorge Abed, hijo del fallecido vicepresidente de la FIA, don José Abed, narró a ESPN lo sucedido el 16 de noviembre de 2023. “Trato de ir a todos los circuitos nuevos, para revisar que todo esté en orden y desafortunada o afortunadamente tocó estar acá y algo pasó que fue esta famosa coladera”.

“Lo que pasó es que los coches en la recta de atrás alcanzaban velocidades de 350, 360 kilómetros por hora y eso hacía que los coches se fueran pegando al piso y lo que sucede con las coladeras, que estaban perfectamente bien fijadas, el problema es que el concreto alrededor se empezó a desgastar por el paso de los autos, hasta que llegó el momento que rompió el concreto, que venía alrededor de la coladera. Pasa Ocon, alcanza a levantarla un poco y a Sainz al que le toca llevársela y meterla casi hasta el asiento”, narró Abed.

En su calidad de revisor de circuitos, tocó a Abed atender y tratar de solucionar la emergencia. Las noticias ya hablaban de un Gran Premio fallido y la imposibilidad de fijar más de 250 registros que había en los 6,201 metros de longitud del trazado.

Fue llamada una constructora local para tratar de resolver el problema y para sorpresa de Abed, uno de los capataces del grupo era un mexicano.

“Lo que sucede es que tenemos una junta para ver lo que sucedió y resulta que tenemos este problema que se puede repetir en toda la pista. Hay más de 250 coladeras o registros de toma de agua y se tenía que tomar una decisión, se había pensado en pegarlas con un tipo de epóxico, pero no era la solución real que fuera a durar.

“Ahí me tocó la suerte de ponerme a platicar con unos de nuestros paisanos que estaban a cargo de la constructora, gerente o encargado de toda una cuadrilla y le dije si había la posibilidad de reparar, quitar las tapas y ponerse a trabajar y me dijo, ‘¡Claro que sí paisano!’”, relató Jorge Abed, un año después.

Ese paisano no podía dejar solo a otro paisano, así que contrario al pronóstico del personal estadounidense se puso a trabajar como sólo los latinos que ‘se la parten’ en Estados Unidos saben. “Resultó que eran de la Ciudad de México también, ahí nos pusimos a cotorrear, ahí me dijeron ‘lo resolvemos ahorita’, metemos las máquinas y le echamos todas las ganas.

“Esa fue la clave para que esto siga otros años, si no, olvídate, iba a ser un fracaso total y yo creo que los héroes fueron ellos, que fueron los que lo resolvieron, los que se aventaron, todos esos trabajadores mexicanos, que hay muchísimos acá y le echan todas las ganas, a mí sólo me toco dar un pequeño empujón y estar vivo para escucharlo”.

El frío era cercano a las temperaturas de cero grados Celsius, unos 34 Farenheit, pero eso no amilanó a los obreros que no le podían quedar mal a Abed.

“Trajo un ejército, camiones, gente, asfalto. Empezaron a quitar todas las coladeras, a taparlas, primero a más de 50 centímetros con una tapa de metal a rellenarlo con arena y luego asalto e irlo compactando. Se hubiera resuelto eventualmente, pero al día siguiente (de no ser por los trabajadores mexicanos), no hubiéramos alcanzado a tener una práctica.

“Lo que valió oro fue esa coordinación y esa suerte que como mexicanos de encontrarte y las ganas de resolver, que es lo más importante, tuvimos práctica y la carrera fue espectacular, tuvimos una velocidades increíbles y una muy buena carrera para Checo Pérez”, dijo Abed, quien explicó que los registros que se levantaron son tapas de unos ductos donde, en caso de una escasez de emergencia se inyecta agua potable a los hoteles, es decir que no se podían clausurar definitivamente.

La lección se aprendió y en 2024 los registros están sellados

Para la segunda edición de la esta era del GP de Las Vegas, los registros de agua están sellados desde hace una semana y una vez que se acabe la carrera se volverán a habilitar, ahora hay unas coladeras más grandes, puestas recientemente por el Condado local y que no deberían de dar problemas, a decir de Abed.

“Nos sirvió de lección para este año, que ya se retiraron todos los registros de ese tipo, que son de agua. Tenemos coladeras más grandes, pero con esas hay mejor control y una mejor manera de llevarlas a buen puerto y estarlas asegurando y soldando, pero esas no se podían”, señaló

Así fue como, aunque en su momento casi nadie lo supo, el compromiso de un grupo de mexicanos, uno de ellos en la FIA, lograron rescatar el Gran Premio de Las Vegas de F1.

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