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Ferrari y el insólito motivo de la descalificación de Leclerc en China

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Malas noticias para Ferrari y Alpine en el GP de China (2:45)

Hamilton, Leclerc y Gasly fueron descalificados por la FIA. SportsCenter, con todos los detalles y los motivos de la decisión. (2:45)

Frédéric Vasseur, director de la Scuderia, contó en Japón una causa increíble que ayudó a que el SF-25 del monegasco no diera el peso mínimo en Shanghái.

Charles Leclerc acababa de rescatar un puñado de puntos en el GP de China con su quinto puesto. Gusto a poco para el monegasco y Ferrari después de haber dominado el sprint con Lewis Hamilton. Sin embargo, un rato después llegó una inesperada noticia: el SF-25 de Leclerc no dio el peso mínimo. Su chasis, una vez retirado el combustible, alcanzó los 799 kilos, uno menos de lo que marca el reglamento. Resultado: ¡afuera! Sí, por apenas 1.000 gramos. Los ingenieros de la Scuderia encontrar como respuesta el excesivo desgaste de los neumáticos por haber realizado una sola parada, como ocurriera el 2024 con George Russell en Bélgica. Pero no fue así…

De hecho, el monegasco fue apenas uno de los tantos corredores que fueron a una sola detención en Shanghái. Pirelli, proveedor de cubiertas de la F1, se llevó los neumáticos de todos a la planta de Milán para realizar un análisis. Los de Leclerc no mostraron tener un desgaste mayor a los de otros competidores. Entonces, no venía por ahí. Es más, el monegasco corrió toda la carrera con el alerón delantero roto tras un toque con Hamilton en la primera vuelta, pero para la prueba de peso le colocaron un ala completa. Pero estaba un kilito más delgado su Ferrari. Hasta que en Japón, Frédéric Vasseur dio un dato insólito.

¡Una pérdida en la botella de agua del piloto! Ese envase está dentro del peso total del coche y durante la carrera china tuvo una fuga. “La botella de Charles perdía y se fue un litro. La pérdida de peso siempre se suma a muchos pequeños factores”, contó el pope francés.

Un litro de agua equivale aproximadamente a un kilo de peso. El dato más llamativo es que durante la competencia de Australia que abrió el calendario, en la transmisión se escuchó una charla de Leclerc con su ingeniero en el que avisaba que sentía agua en el asiento. “Debe ser el agua”, le contestó Bryan Bozzi. Evidentemente, en Ferrari tienen un problema que necesita una solución urgente.