El italiano de Bologna, bien local en Imola, no terminó la escuela y les abrió las puertas de Mercedes a chicos que comparten el aula con él y a profesores.
La felicidad de Kimi Antonelli está sellada en su rostro. En la puerta del hospitality de Mercedes, el italiano tiene dos motivos: el fútbol y sus amigos. El piloto italiano es local en Imola, donde se disputa el GP de Emilia-Romagna, séptima fecha del ejercicio 2025 de F1. Pero muy local, porque es de Bologna, que se encuentra a 40 kilómetros del circuito Enzo y Dino Ferrari. La primera gran algarabía la tuvo el miércoles por la noche, cuando Bologna venció a Milan y se consagró campeón de la Coppa Italia. Cuando ESPN.com le preguntó por eso, fue claro: “Molto contento, forza Bologna, sempre”. No hace falta traducción, sin dudas..
La declaración futbolera la hace en medio de un gentío que lo rodea. Todos son invitados, está claro por el pase verde que cuelga del cuello de todos con el voluminoso VIP escrito en negro. “Kimi, mandale saludos a…”, dice una chica, mientras le acerca su teléfono. Y Antonelli cumple el pedido. Bien predispuesto. Claro, es que los conoce a todos porque ¡son sus compañeros de colegio! El joven piloto de Mercedes combina su actividad de acelerar a 350 km/h con el estudio, que no quiere abandonar porque desea regalarle el título a la madre.
Son 25 los jóvenes del Instituto Técnico Salvemimi di Casalecchio di Reno los que están en la puerta del hospitality de Mercedes, junto con dos profesoras. Una de ellas, cuando Antonelli termina de decir “Forza Bologna”, enseguida se prende de atrás y grita: “Y forza Kimi”. La visita de los compañeros de clase nació del piloto y contó con el apoyo de Mercedes para poder organizarlo.
“Lo pude organizar gracias a Mercedes una invitación para la escuela. Esta bueno que vean con sus ojos este mundo que están acostumbrados a ver por TV. Pero no saben qué pasa detrás. Es una experiencia realmente buena y espero que la disfruten. Armamos actividades para que vean el auto, varias cosas. Sirve para mantener la relación también porque no estoy mucho en casa y no los veo tanto”, cuenta el protagonista.
Combinar Fórmula 1 con estudios no es sencillo. Por eso, en plena época de exámenes finales, todo se hace cuesta arriba. “No puedo asistir a la escuela, pero estoy tratando de estudiar todo lo que puedo en los ratos libres y la escuela me está ayudando mucho porque me perdí muchos días. Pero no es fácil porque requiere esfuerzo y me saca energía. Estoy tratando cuando estoy en casa o libre de mantenerme activo con eso”.
Claro, la localía pesa para Kimi, en, probablemente, la última edición del GP de Emilia-Romagna. Por ahora, no figura en el calendario de 2026 y parece difícil que aparezca. “Es mi propia carrera de casa. También tenemos a Monza, pero yo vivo a 30 minutos de la pista y me gusta mucho el circuito, creo que es desafiante, de la vieja escuela. Será un fin de semana especial, corriendo frente a los fanáticos italianos, con mi familia y amigos. Ojalá haya más banderas de Antonelli que de Ferrari, pero Ferrari es tan grande, sería extraño que hubiera más banderas mías. Pero no me quejaría”, confiesa.
Antonelli logró la pole position en el GP de Miami, pero en la carrera se complicó, tanto en el sprint como en la competencia larga. Soñar con un podio en Imola, la carrera de casa, no estaría mal. Aunque prefiere no quemarlo. Sí, nada de gatos negros ni de pasar por debajo de una escalera para Kimi. “¿Si mi papá sueña con un podio mío acá? Habría que preguntarle qué opina. No hablamos de eso porque somos una familia supersticiosa. En Miami, por ejemplo, después de la pole estaba muy emocionado con la chance de lograr un podio y después la carrera fue terriblemente mala. En la familia evitamos hablar de eso, ahora sí, sería un sueño lograr un podio aquí”.