El inglés celebró la pole position para el GP de Mónaco por sacarse de encima meses de problemas, especialmente en la clasificación.
Después de un fulgurante arranque, con pole y triunfo en Australia, Lando Norris entró en un laberinto competitivo y psicológico que lo tuvo a maltraer desde entonces. Solo el poderío de su McLaren hizo posible que siguiera el tren de Mundial que lidera su compañero Oscar Piastri con 13 puntos más que él. Pero los errores se sucedieron, especialmente en la clasificación, un momento clave de cada fin de semana que puede entregar chances o hipotecarlas de acuerdo al resultado. Finalmente, en Mónaco, octava fecha, el británico se sacó la espina y ganó la clasificación para partir en punta este domingo.
Durante la conferencia de prensa se lo nota satisfecho, feliz. Norris es un piloto muy demostrativo, su cara lo vende. Para saber si está contento, enojado o frustrado basta con ver una foto de su rostro. En la sala de conferencias de Mónaco está alegre. “Hay un mix de cosas detrás de esta pole. El coche, Mónaco, por ser un trazado muy diferente y un estilo de conducción muy distinto como se necesita aquí. Se trata mucho más de arriesgar y comprometerse que de mantener un equilibrio absoluto del coche. Y también cosas en las que trabajé para mejorar. Repito, no solo por estar en la pole. Es la primera vez desde Australia que logré hacer una buena Q3. No es que esté conduciendo más rápido. Es que estoy manejando mejor, de forma más inteligente”, analizó.
Hacer una pole en Mónaco tiene un valor especial. Pero Lando necesitaba esto, sin importar el contexto del circuito. “Para mí, aunque hubiera sido en otro circuito, la pole habría sido lo más importante. Probablemente significa incluso más por ser Mónaco, pero más lo es por lo que ha pasado en los últimos meses. Puede que no parezca mucho, pero para mí es algo muy importante. Así que sí, como dije, un momento muy, muy bueno”, se sinceró el inglés de McLaren.