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¿Lewis Hamilton está acabado? ¿Llegó el momento de dejar la F1?

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Adal Franco: "Si Hamilton no puede en Ferrari, ¡que se largue!" (2:09)

El análisis en el podcast ESPN Racing luego de las polémicas declaraciones de Lewis Hamilton luego de quedar fuera de Q3 en el GP de Hungría. (2:09)

“Soy un inútil”, así se autodefinió Lewis Hamilton luego de su fallida calificación en el GP de Hungría. ¿El piloto inglés está acabado en F1?


“Soy un inútil”, así se autodefinió Lewis Hamilton luego de su fallida calificación en el Gran Premio de Hungría. Sus palabras parecían las de un piloto que ya no cree que pueda hacer el trabajo, de alguien que se rinde, pero ¿en realidad está acabado el siete veces campeón y su carrera en la Fórmula 1 está terminada?

Primero, no hay que tomar el Gran Premio de Hungría como un evento aislado, sino, tal vez como el momento en que ha tocado fondo la frustración del piloto más ganador, en casi todas las estadísticas de la F1.

Hamilton era, hasta 2021, un tiburón en la pista. Su auto 44 hacía temblar al que lo veía aparecer en sus espejos, hoy lo que refleja el espejo del nacido es una lánguida figura.

El carácter de Lewis Hamilton y sus altibajos

En realidad, nadie debería alarmarse por las palabras de Hamilton en Budapest, quien luego de quedarse atascado en la Q2 se echó toda la culpa y hasta dijo que Ferrari ‘debería cambiar de piloto’.

El inglés, de 40 años, siempre ha sido visceral en sus declaraciones cuando se trata de su desempeño o el de su auto. No pocas ocasiones lo escuchamos en Mercedes quejarse amargamente de su auto o sus neumáticos, decir en el radio que no daban más y una vuelta después ponía la vuelta rápida de la carrera.

Hay un dicho que reza así, “se tira para que lo levanten” y se refiere a la gente que suele autocompadecerse para que alguien le diga que no sea tan duro consigo mismo y le dé una palmadita física o emocional, un cariñito en el ego.

A Lewis Hamilton no se le olvidó cómo manejar de un día para otro, y no es posible que el que ganó Grandes Premios en 16 de sus 19 temporadas en la F1, que acumula 105 victorias y 104 pole positions, hoy no pueda conducir medianamente bien el monoplaza Ferrari.

El reglamento del efecto suelo y el estilo de Hamilton no compaginan

Los problemas de Sir Lewis Hamilton (ya recibió el rango de Caballero) no empezaron cuando fraguó ese espectacular movimiento que lo llevó de Mercedes a Ferrari, en realidad, sus contratiempos llegaron con el reglamento que entró en vigor en 2022, ese donde la parte más importante era la preponderancia del efecto suelo en los monoplazas de la Fórmula 1.

Esto tiene una explicación técnica. El estilo de manejo de Hamilton es agresivo y basado en fuertes frenadas, muchas de ellas tardías y sobre el vértice de las curvas, para lo que requiere que la parte trasera del auto responda a sus comandos y rote perfectamente en los cambios de dirección.

Hamilton suele hacer correcciones ligeras para controlar el sobre y el subviraje.

El efecto suelo, por su parte, influye fuertemente en el balance y actitud del auto, los cuales pueden variar muy fácilmente, sobre todo con frenadas bruscas.

Así, Hamilton ha batallado en estos cuatro años con los autos de esta generación, prueba de ello es que solamente ha ganado dos GP’s, que fueron Silverstone y Spa-Francorchamps de 2024, pero en 2022 y 2023 se fue en blanco, algo que no le había pasado desde que debutó con McLaren en 2007.

También es cierto que Mercedes no inició bien la era del ‘efecto suelo’ y su interpretación del reglamento en 2022 produjo autos llenos de rebote (porpoising) y que tuvieron que virar en concepto (como el resto de los equipos de la parrilla) hacía lo que presentó exitosamente Red Bull con el RB18, diseñado por Adrian Newey.

Con Russell peleó de igual a igual, pero con Leclerc…

Si bien George Russell es un talentoso piloto, nadie esperaba que sus números, luego de tres temporadas fueran tan parejos en relación con Hamilton.

En 68 Grandes Premios como coequiperos, George Russell y Lewis Hamilton empataron 34-34 en cuanto a resultado de carrera, pero el joven inglés superó al multicampeón 29-39 en calificación. En triunfos, Russell sumó 3 y Hamilton 2, mientras que, en puntos, Russell se colocó mejor en 2022 y 2024, siendo Hamilton superior en 2023.

La suma total de puntos cara a cara de Hamilton vs Russell en tres temporadas fue de 697 vs 695. En podios, Hamilton fue mejor 20-14.

El problema viene cuando se comparan los 14 Grandes Premios que ha tenido en Ferrari contra los de su nuevo vecino de garage, el monegasco Charles Leclerc.

El número 16 de la Scuderia ha sido mejor que el 44 en proporción de 11-2 y en calificación 10-4, además de que, si bien ninguno ha podido ganar en 2025, Leclerc acumula cinco podios, y Hamilton ninguno, y salvo su su triunfo en la Sprint de China, el rojo de Lewis ha sido más por la vergüenza que por el noble origen de su equipo.

Es natural que Hamilton sufra con la adaptación al coche

Cada monoplaza de la F1 es un animal diferente. Una especie endémica e irrepetible y, si bien todos los autos siguen un reglamento, la interpretación de esa lista de cosas que se tienen que hacer y otras que no se deben hacer, produce máquinas que exigen un manejo diferente en cada caso.

Por eso, no importa que seas considerado uno de los mejores pilotos de todos los tiempos, un cambio de paradigma como ir de Mercedes a Ferrari implica un reseteo en cómo acostumbras trabajar y relacionarte con el equipo y el auto.

Hamilton no es el único que no termina de encajar en su nuevo equipo, ahí está el caso de Carlos Sainz, quien no terminar de aterrizar con los pies en Williams o el argentino Franco Colapinto, que ha resentido pasar de Williams a Alpine.

Tres pilotos con realidades, momentos, jerarquías y talentos diferentes, pero con la frustración en común de batallar con autos que sus coequiperos han podido sacar algún rédito que ellos no.

¿Han declinado las facultades de Hamilton?

A los 40 años, se es joven para casi todo, menos para ser deportista de alto rendimiento y ser piloto de F1 no es la excepción. Nadie ha sido campeón cuarentón desde las viejas épocas de los pilotos ‘Dones’ de Juan Manuel Fangio, Giuseppe Farina y Jack Brabham (el último cuarentón que fue campeón, esto en 1966).

Esta estadística juega en contra de Hamilton en un deporte donde, de no ser por “regla Verstappen” que obliga a que los pilotos tengan más de 18 años en la F1, ya estaría lleno de adolescentes con altísimos reflejos entrenados en simuladores y videojuegos.

Pero Lewis Hamilton no es un cuarentón cualquiera, como tampoco lo es Fernando Alonso a sus 44 años. El nativo de Stevenage, es un atleta de élite con toda la ciencia del deporte, salud y nutrición a su alcance para preservar esas facultades que lo han hecho miembro del Olimpo de la F1.

Físicamente no hay nadie mejor que Hamilton, está a la altura de cualquiera, sus reflejos pueden haber perdido un poco, tal vez, pero eso lo suple con experiencia y unas manos prodigiosas.

El gran problema ahora es que Lewis no crea en Hamilton, que dude su capacidad, que se cuestione a sí mismo para qué sigue en la F1, que encuentre más satisfacción en otros temas extrapista y que tenga que pensar cada curva cuando antes era algo que hacía automáticamente.

Evidentemente, Hamilton sobremaneja, duda y ejecuta mal. Una parte está en su cabeza y otra en el auto Ferrari que dio un paso atrás en relación con McLaren y Mercedes.

El receso de verano deberá servirle a Hamilton para poner la temporada en perspectiva, para empezar de cero y tratar de cerrar 2025 con un paso sólido que le dé una entrada limpia al nuevo reglamento de 2026, que para su fortuna ya no tendrá ese enfoque en el efecto suelo.

Lewis Hamilton no está acabado, si Lewis Hamilton está dispuesto a dejar de autocompadecerse y le dedica el 100 por ciento de su tiempo a disfrutar, vivir, comer y respirar F1, volverá a ser competitivo.