El neerlandés fue segundo en el GP de Singapur y, si bien volvió a descontarle a Oscar Piastri y Lando Norris, considera que el terreno cedido en el arranque del torneo es muy grande.
Apenas tres carreras atrás, finalizado el GP de Países Bajos, Max Verstappen estaba a 104 puntos de Oscar Piastri, el firme líder del Mundial de F1. Tres Grandes Premios después, y tras el doblete de éxitos en Italia y Azerbaiyán y el segundo lugar de Singapur, está a 63, cuando quedan 186 en juego. ¿Le alcanzará para ganar de arremetida su quinto título en fila?
“Para eso, hay que ganar, hay que dominar. No lo estamos haciendo, al menos no se consiguió este fin de semana. No estamos recuperando el ritmo suficiente. Había que ganar hoy. Ya perdimos demasiados puntos al principio de la temporada, pero intentamos ir carrera a carrera, haciendo lo mejor que podemos”, dijo el tetracampeón.
En la carrera, el neerlandés jamás fue una amenaza para George Russell, el claro ganador del Gran Premio singapurense. De hecho, en los últimos giros debió defenderse de los ataques de Lando Norris. “Creo que el problema general que tuvimos hoy fue que nada salió bien. Tuve muchos problemas con los cambios, tanto al bajar como al subir, me costaba entrar en las curvas y el equilibrio del coche no era el que esperaba, así que tuve que controlarlo, y básicamente fue muy difícil ser consistente”, explicó Verstappen.
Max sigue sin poder ganar en el urbano de Marina Bay, la única pista del actual calendario de F1 en la que jamás subió al escalón más alto del podio. De todas formas, en el contexto de la competencia, se fue conforme: “Por desgracia, toda la carrera fue bastante difícil, más difícil de lo que esperaba. Hay algunas cosas que debemos entender por qué salieron mal. Pero incluso, aunque tengas más ritmo, acá no puedes adelantar sin que pase algo loco. Creo que para nosotros el segundo puesto era el máximo resultado”.