El alemán, tetracampeón de F1, apareció en el GP de San Pablo con la campaña ecológica para cuidar los árboles del mundo.
Lejos de aquel piloto híper competitivo que arrasó en la Fórmula 1 durante cuatro años (2010-2013) anda por estos días Sebastian Vettel. El alemán, quien dominó el Mundial en su paso por Red Bull y no pudo darse el gusto de ser campeón con Ferrari, se dedica a programas de cuidado del medio ambiente. Y así llegó hasta Brasil para el GP de San Pablo, 21ª fecha del mundial para encabezar la campaña F1 Forest, para el cuidado de los árboles.
Seb se ubicó en un stand de caños, bastante humilde, con la remera que identificaba al programa, justo al lado del ingreso central al paddock. Allí, con hoja en blanco y lápices de colores, el alemán invitó a todos los que pasaban a dibujar un árbol. Había hojas grandes, medianas y chicas, dependía del tamaño que cada uno quisiera realizar. Pasaron periodistas, público en general y pilotos. Franco Colapinto y Pierre Gasly, la dupla de Alpine, se acercaron al stand a hacer su arbolito. Vettel fue al hospitality de Red Bull y Max Verstappen y Yuki Tsunoda hicieron el suyo. También estuvieron Gabriel Bortoletto, Valtteri Bottas, Liam Lawson, Isack Hadjar… Vettel, claro, es un centro de atención en un paddock.
“Cuando dibujas un árbol empiezas a darte cuenta de cuánto dependemos de la naturaleza y cuánto depende ella de nosotros”, explicó Vettel. “Quería ayudar y con el proyecto F1 Forest me pareció muy bueno. Simplemente dibujando un árbol podemos ayudar al futuro, a concientizar”, agregó. Y apuntó al Amazonas, el bosque tropical más extenso del mundo. “Amazonas es muy importante para el planeta. Hay que cuidarlo para esta generación y para las próximas”.
La sonrisa de Vettel no se terminaba nunca. Volvió a caminar un paddock de F1 con otro objetivo, muy diferente: la ecología. “Si desde una carrera podemos llamar la atención será importante. Se trata de beneficiar al planeta para tener un lugar bueno y hacer algo bueno juntos”.