Hay hitos en el automovilismo con el sello Renault, como aquel primer Grand Prix de 1906 ganado por un auto de la marca francesa, o el primer auto turbo ganador de una carrera ya en la era Formula 1. El rombo francés es ya un viejo conocido que además ha saboreado las mieles del campeonato (2005 y 2006).
Sin embargo, su presente no es mejor que su pasado. Desde su regreso como equipo oficial en 2016, no han podido ganar un Gran Premio y su auto difícilmente llega al podio –han tenido una competencia muy fuerte en el medio pelotón y en este tiempo alcanzar a Mercedes, Ferrari y Red Bull no ha sido posible. Pero el esfuerzo desde Viry-Chatillon se mantiene y este año incorporan a sus filas a Daniel Ricciardo, un piloto que sabe lo que es ganar.
Será interesante el duelo interno –Ricciardo contra Nico Hulkenberg- y es una dupla fuerte y de experiencia. ¿Tendrá Renault el auto para dar alcance a los tres mejores? ¿O seguirá debatiéndose por ser el mejor del resto? Por presupuesto e historia, debería Renault enfocarse en responder la primera pegunta.
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