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Si alguna vez ganan, ¿a Miami le importará? Por qué el mayor rival de los Marlins es la apatía

Eric Espada/Getty Images

MIAMI -- CAMISETAS NUEVAS esperaban encima de los sillones reclinables negros frente a cada casillero en el camerino de los Miami Marlins: amarillo brillante, adornadas en azul y rosa, con la frase "Un Verano Con Sandy" estampada en el frente, un guiño al exitoso álbum de Bad Bunny. Era temprano el miércoles pasado por la tarde, aproximadamente cuatro horas antes del primer lanzamiento, y cuatro palmeras inflables ya habían brotado detrás de una de las secciones inferiores del lado de la tercera base en el LoanDepot Park.

Los Marlins la llaman la "Playa de Sandy".

Es el intento del equipo de hacer de las aperturas en casa de Sandy Alcántara un evento, para recrear la emoción de "King's Court" en Seattle, cuando miles de fans ataviados de amarillo de los Mariners llenaban la esquina del jardín izquierdo durante las aperturas caseras de Félix Hernández. Pero a mitad de camino de un partido entre semana contra los Cincinnati Reds, una sección de asientos con una capacidad de 162 personas incluía a menos de 20 fanáticos que vestían esas camisetas de obsequio y algunos otros fanáticos dispersos por todas partes. Cuando Alcantara volvió a salir para la séptima entrada de lo que se convertiría en la primera blanqueada de un juego completo de una temporada digna de un premio Cy Young, los rugidos más fuertes de esta sección provinieron de las personas empleadas por el equipo: uno vestido como salvavidas, otros dos ataviados con camisas hawaianas y otro envuelto en un disfraz de tiburón de poliéster.

Eso resume todo lo que necesitas saber sobre los Marlins y su búsqueda perpetua para resonar en la ciudad más singular de Estados Unidos: lo están intentando, pero todavía no está sucediendo. Y entonces, la gran pregunta aún persiste: ¿Lo hará alguna vez?