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Alfonso Mancilla 1y

Pros y contras de la llegada de Aaron Rodgers a New York Jets

Es considerado por algunos como uno de los mejores quarterbacks de la historia de la NFL, pero también se le reconoce por poseer un carácter complicado. Una diva, dirían sus detractores. Ahí inicia la lista de los pros y los contras de la llegada de Aaron Rodgers a New York Jets.

Aunque se esperaba desde días antes, la confirmación de Rodgers respecto a que su deseo es unirse a la escuadra neoyorquina luce para ser el movimiento más importante de la agencia libre 2023.

Sin embargo, aunque Jets es el principal implicado, la llegada de Rodgers podría modificar el panorama de toda la Conferencia Americana y reconfigura la disputa de la división Este (integrada por New York, acompañado de New England Patriots, Miami Dophins y Buffalo Bills).

En los estrictamente deportivo, los pros que Aaron podría aportarle a Jets están vinculados a la calidad para ejecutar la posición de quarterback que no la ha tenido el equipo, quizás, desde Joe Namath, el mismo que ofreció “prestarle” el número 12, retirado en honor de Broadway Joe, por el equipo en pos de hacerlo sentir más cómodo en la Gran Manzana.

Por poner un dato contundente: Namath (hace más de 50 años) logró la única temporada para un quarterback de Jets con más de cuatro mil yardas por pase. Rodgers, para Green Bay, lo ha logrado diez ocasiones.

Luego vendría la dosis de liderazgo y experiencia que Rodgers debería aportar en un vestidor de Jets, que posee una base de jóvenes talentosos, quienes estarán habidos de extraer todo el conocimiento que les sea posible de Rodgers.

Igualmente, Rodgers le dará a New York, por lo menos, la ilusión a la afición de ese equipo de estar en condición de competir frente a Bills, Dolphins y Patriots, en pos del cetro divisional.

Un asunto diferente lo será la competencia a nivel Conferencia Americana, la cual se encuentra desde hace cinco años dominada por los Kansas City Chiefs, pero con amenazas cercanas como los Cincinnati Bengals, San Diego Chargers y Baltimore Ravens (a la espera de definición del contrato de Lamar Jackson).

En el lado opuesto, los contras de la llegada de Rodgers a Jets inician con el cuestionamiento al temperamento del jugador, quien desde años recientes ha gustado de protagonizar novelas extra deportivas asociadas a si mantenía el deseo de seguir jugando o retirarse. Esto será lo último que los fans de Green Bay extrañarán de Rogers.

¿Estará Rodgers consciente de la alta competencia que cada semana enfrentará y a la presión de la prensa de la Gran Manzana, en la que un día eres una deidad y al siguiente el más odiado?

Tampoco debe olvidarse que la decisión de ir por Rodgers pese a estos riesgos fue tomada por Woody Johnson, dueño del equipo, y que tras ausentarse del mando del equipo cuatro años al servir como embajador en Gran Bretaña, realiza un movimiento que es un golpe en mesa y que considera que le devuelve a su equipo protagonismo.

En la sumatoria, Rodgers sabe que arriesga mucho de su imagen como “vaca sagrada” de la liga al llegar a unos Jets que esperan de él todavía un desempeño superlativo.

Hace 15 años, Jets tomó una apuesta idéntica con Brett Favre: una leyenda veterana, proveniente de Green Bay que, durante una temporada, entregó buenos y malos momentos al frente de la ofensiva de Jets, pero no pasó de eso. Una anécdota.

Esa es la vara con la se medirá a Rodgers: si gana el título con Jets sería histórico, de no hacerlo, sería otra mera anécdota.

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