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MÉXICO -- La NFL experimentó con un escenario al aire abierto con condiciones climáticas desfavorables, robando gran parte de la atención a los integrantes del Super Bowl, los Seattle Seahawks y Denver Broncos. Peyton Manning, uno de los mariscales de campo más laureados en la historia de la liga, tenía enfrente de él una defensiva que ya había dado diversas muestras de lo que eran capaces de hacer, pero buscaban de una vez por todas reclamar el lugar que tantas veces pidieron con una actuación de época en el MetLife Stadium. El encuentro suponía un gran encuentro entre la ofensiva conformada Eric Decker, Demaryius Thomas, Julius Thomas, Wes Welker, entre otros y la ya famosa Legion of Boom con Earl Thomas, Kam Chancellor, Brandon Browner y Richard Sherman. El elegido: Malcolm Smith, quien tenía pocos reflectores sobre él al momento del kickoff, por no decir que nulos, logró tener una actuación sobresaliente y quizás entre las tres más dominantes en la era del Super Bowl, equiparable con los Chicago Bears de 1985 y los Baltimore Ravens del 2000. El apoyador brilló con luz propia en un día en el que todo le salió a la perfección en ambos lados del ovoide a los Seattle Seahawks y de paso rompió la hegemonía de los jugadores ofensivos con esta distinción, quienes llevaban diez nombramientos consecutivos. Los argumentos: Una intercepción devuelta 69 yardas hasta las diagonales, un balón suelto recuperado y nueve tacleadas le valieron al ex recluta de séptima ronda el más alto honor individual del gran partido En el segundo cuarto, y con la ventaja 15-0, Smith encontró el pase de Peyton Manning, con el campo libre, para poner un lapidario 22-0 cuando faltaban poco menos de cuatro minutos por jugarse en el segundo cuarto y los Broncos amenazaban con al menos quitarse la blanqueada. El resultado: En uno de los Super Bowls más cargados hacia un equipo de los que se tenga memoria, y a pesar que el receptor de los Denver Broncos, Demaryius Thomas, estableció una nueva marca en cuanto a recepciones en un duelo por el título, el espectáculo fue total para el equipo con sede en el noroeste de los Estados Unidos. Seattle imprimió su estilo físico desde la primera jugada del equipo rival cuando Cliff Avril tacleó en la zona de anotación a Knowshon Moreno para iniciar el partido con un safety; hay quien dice que los Broncos nunca se repusieron a ese golpe, temo que no comparto del todo esta idea. Las jugadas de Malcolm Smith para cerrar la primera mitad y el regreso de patada de Percy Harvin para iniciar el tercer cuarto fueron una losa muy pesada para un equipo que mostraba pocos argumentos en el partido. En la edición XLI una intercepción devuelta hasta las diagonales por parte de Kelvin Hayden llevó a que prácticamente el último cuarto fuera de trámite; curiosamente el mariscal de campo ganador en esa ocasión fue Peyton Manning, quien ahora vivía la otra cara de la moneda. El marcador final fue 43-8 y creo firmemente que los Seahawks no lograron la blanqueada porque estaban jugando ya al menos del 50 por ciento de sus capacidades cuando Demaryius Thomas visitó la zona de anotación tras un pase de 14 yardas.
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