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La Ofensiva en Serie de Raúl Allegre tras el Super Bowl LI

¿Fue el Super Bowl LI, el mejor de la historia? "En gustos se rompen géneros", y estoy seguro que habrá algunos que piensan que lo fue, y algunos que preferirán otros. Lo que sigue no es una reseña del partido. Asumo que los que leen esta nota lo vieron. Usaré este espacio para expresar opiniones del juego, y compartir mi punto de vista sobre la clasificación del Super Bowl LI con los que lo precedieron.

Aquellos que siguieron nuestra transmisión, y después los resúmenes de "SportsCenter", habrán visto la entrevista de John Sutcliffe con Julian Edelman en la cancha momentos después de terminar el partido. John le preguntó cómo habían podido remontar una desventaja de 25 puntos casi a la mitad del tercer cuarto. La respuesta de Edelman fue "Fortaleza Mental". 'La Ardilla' no pudo haber resumido mejor el desenlace del encuentro. No sales de un agujero tan profundo sin ser fiel a tus convicciones, a tu preparación, a tu capacidad de aprender de tus errores y no volverlos a cometer, pero sobre todo, a creer que a pesar de lo álgido de las circunstancias, la causa no está perdida. Uno de los factores que se discutió hasta el hastío fue si la experiencia de los Pats sería la diferencia. La respuesta la tuvimos el domingo de manera abrumadora.

Una nota que hizo mucho ruido el lunes por la noche, u "Opening Night" como ahora le llaman, fue la declaración de Devonta Freeman que los Halcones le deberían de pagar como corredor élite a partir de 2017. Llegué a Houston teniendo a Nueva Inglaterra como amplio favorito. Al escuchar el comentario de Freeman no me quedó la menor duda de quién iba a ganar el partido, aunque no esperaba que fuera en tiempo extra. No hay nada como la antesala de un Super Bowl para ganarse un contrato millonario. Si no, que le pregunten a Joe Flacco y a Von Miller. Un jugador élite no pregona su valor, lo demuestra en el emparrillado.

En el descanso, Freeman era fuerte candidato a Jugador Más Valioso. Al final del partido, terminó siendo el chivo expiatorio. Me remonto al último cuarto del partido. Era tercera y 1 por avanzar de la yarda 36 de Atlanta. Matt Patricia, coordinador defensivo de los Pats, al ver que el personal ofensivo y la formación previa a la jugada indicaban pase, mandó una carga por el lado derecho de la ofensiva. Freeman era responsable de la protección por ese lado, pero por alguna razón que todavía no conocemos, estaba viendo al lado opuesto. Dont'a Hightower entró por ese costado. Freeman se percató tarde de la carga y dejó expuesto a su quarterback. El resultado fue un balón suelto que le dio excelente posición de terreno a Tom Brady. En lugar de verse nervioso, Brady brincó de júbilo al saber que se le presentaba una gran oportunidad. Esa es la fortaleza mental.

Kyle Shanahan ha sido duramente criticado, e injustamente etiquetado, como el culpable de la derrota de Atlanta. Se le critica por no haber mandado un acarreo en lugar de un pase en la situación arriba descrita. De ejecutar bien la jugada que mandó Shanahan, tal como estaba diseñada, había la posibilidad de anotar un touchdown, o por lo menos de despejar y hacer que la ofensiva de los Pats, que tuvo sólo cinco jugadas explosivas en el partido, consumiera mucho tiempo antes de anotar. Pero Freeman falló. No estaba preparado mentalmente para la magnitud del partido. Le preocupaba su contrato.

También se criticó la decisión de Shanahan de lanzar en jugadas consecutivas poco después de la atrapada de ensueño de Julio Jones faltando 4:40 en el partido. Vale recordar que en primera y 10, Atlanta corrió y perdió 1 yarda. Fue EXACTAMENTE la misma jugada con la que Atlanta abrió el partido y en la que Freeman consiguió 37 yardas. La defensiva de Pats había hecho ajustes para el segundo tiempo. Aprendieron de sus errores y no los volvieron a cometer. Eso es la fortaleza mental.

Shanahan pudo haber sido conservador y correr dos veces más para intentar un gol de campo de más de 40 yardas, pero decidió mantenerse fiel a su filosofía y jugar con agresividad. Matt Bryant es un excelente pateador, pero un gol de campo de esa distancia bajo ese tipo de presión no está garantizado. De fallarlo, la posición de terreno de los Pats habría sido excelente. Después de perder esa yarda en primera oportunidad, decidieron pasar en la siguiente jugada, y Alex Mack, que había tenido un partido heroico jugando con el peroné izquierdo fracturado, fue vencido por Trey Flowers quien capturó a Matt Ryan.

Un quarterback con la experiencia y la calidad de Ryan sabe que no puede sufrir una captura en esa situación. Tardó en reaccionar y perdió 12 yardas. Aun así, en la siguiente jugada recuperaron 9 de las yardas perdidas con un pase completo, pero Jake Matthews sujetó, y retrocedieron diez más. Shanahan arriesgó porque confió en que cada uno de sus jugadores iba a cumplir con su trabajo y no fue así. Nueva Inglaterra también arriesgó en el último cuarto. Tenía que jugar con agresividad para contrarrestar a la ofensiva de Atlanta. La apuesta era alta para ambos equipos. Uno pudo ejecutar bajo presión y el otro no. Eso es la fortaleza mental.

En el primer tiempo nada le salió bien a los Pats. Se notaba la frustración de Josh McDaniels y de Matt Patricia, y la ansiedad en el mismo Brady. En el tercer cuarto, cuando perdían por 25 puntos, vimos una jugada truco que nunca tuvo posibilidades. Por espacio de 38:48 había unos impostores portando el uniforme de los Pats. Cometían errores y fallaban asignaciones. No estaban haciendo su trabajo.

En las reacciones del mismo Brady se notaba su frustración, pero nunca perdió la fe y nunca perdió la calma. Con el resultado del partido en juego, fueron por el primero y 10 en cuarta oportunidad. De no convertir, ahí se acababa el partido. Tan pronto Danny Amendola aseguró el envío de Brady, tuve el presentimiento que algo especial iba a ocurrir. Aún después de la conversión en cuarta, la metamorfosis no estaba completa. Después del primer touchdown, Stephen Gostkowski falló el punto extra. Continuaron las frustraciones cuando intentaron una patada corta en el siguiente kickoff. Pero había llegado el punto de inflexión. Había tocado fondo y con un dejo de esperanza se enfocaron en ejecutar cada jugada que venía.

El plan de juego con el que abrió Atlanta fue excelente tanto a la ofensiva como a la defensiva. El problema fue que a la defensiva no hicieron cambios ni ajustes, y a la ofensiva no pudieron ejecutar. Los Pats hicieron muchos cambios en los frentes defensivos que presentaron hasta que dieron con las formaciones que dieron resultados. Ofensivamente encontraron y explotaron los puntos débiles de la defensiva. Los receptores que habían soltado pases los empezaron a atrapar. Y cuando la presión subió cerca del final, todos los jugadores de Nueva Inglaterra jugaron mejor. Eso es la fortaleza mental.

Un par de factores fueron decisivos. La línea defensiva de los Pats no tiene la experiencia ni la fama de aquella de Richard Seymour, Vince Wilfork y Ty Warren, que jugó en el Super Bowl XLII. Esta tiene a dos jóvenes que serán futuros estrellas y que dominarán en el futuro: Trey Flowers, quien fue incontenible con 2.5 capturas , dos tacleadas atrás de la línea de golpeo y cinco golpes al quarterback, y Malcom Brown, quien no tuvo las estadísticas pero que ocupó bloqueadores y seguido alteró jugadas.

Otro factor que pesó mucho fue el tiempo de posesión. Hubo un momento en el partido, cuando Atlanta ganaba 28-3, que parecía que no sería factor. Cuando Nueva Inglaterra tuvo la última serie ofensiva del tiempo reglamentario, buscando empatar, la defensiva de Atlanta estaba fundida. La presión de una línea defensiva que tuvo cinco capturas ya no le llegaba a Brady, y los jugadores de la defensiva secundaria se quedaban un paso atrás. Los defensivos de Atlanta estuvieron en el terreno de juego un total de 99 jugadas incluyendo las ofensivas, los castigos y las conversiones de dos puntos.

La mayoría de las jugadas que describo aquí las presentaré con video en la versión de "NFL Live" del jueves.

¿Fue el mejor Super Bowl? No fue el partido mejor jugado, pero gran parte de las fallas fueron forzadas por aciertos del rival. En este partido se impusieron un total de 24 récords de Super Bowl, incluyendo el más dramático que fue la remontada de marcador de 25 puntos. Vimos el valor de una preparación total y lo que es la fortaleza mental. Para mí el fútbol americano es el deporte, y la actividad, que más refleja lo que sucede en la vida. Para ganar hay que evaluar, formular un plan, practicarlo, y ejecutarlo. Muchas veces las cosas no salen, y estamos hundidos en un hoyo muy profundo. Es en esos momentos cuando hay que mantener la fe, la calma, confiar en nuestros principios y convicciones para buscar soluciones, adaptarse a la situación, y superar la adversidad. Eso es la fortaleza mental.

Eso es lo que vi el domingo. En mi humilde opinión, fue el mejor Super Bowl de la historia, o por lo menos el que yo haya visto.

Nota: Esta columna ya no saldrá cada semana durante el receso de temporada.