El Super Bowl LII no solamente servirá para definir al campeón de la NFL, sino también supone una nueva representación de la eterna e inmutable lucha entre aquel que parece tenerlo todo y busca enriquecerse aún más, en contra de un oponente que llega como desfavorecido, sin nada qué perder, y con la misión de empezar una nueva historia cortando la anterior.
Representando a la Conferencia Americana arriban los New England Patriots, campeones reinantes de la NFL y el equipo que busca conquistar, por segunda vez en su historia, un total de tres Trofeos Lombardi en un espacio de cuatro años.
Por la Conferencia Nacional llegan los Philadelphia Eagles, un cuadro que ha caído en sus únicas dos apariciones de Super Bowl, incluyendo la más reciente ante los Pats, y que no ha obtenido la etiqueta de campeón de la NFL en casi seis décadas.
Para los Eagles la etiqueta de desfavorecido no solamente no les molesta, sino que se ha convertido en el grito de guerra para una franquicia en la que muchos perdieron la fe luego de que su mariscal de campo titular, Carson Wentz, quedara fuera de acción por una lesión de rodilla en la Semana 14 frente a Los Angeles Rams, cuando se ostentaba como el favorito para quedarse con la designación de Jugador Más Valioso de la campaña a los ojos de muchos.
Su reemplazo en la posición de quarterback, Nick Foles, brilló intensamente en su primer inicio al frente de los controles de la ofensiva de los Eagles, un ataque que comandó en el 2013 de camino a su única aparición de Pro Bowl antes de perder la titularidad en Philadelphia, escalas con los Rams y Kansas City Chiefs, y un regreso al equipo que lo reclutó en la tercera ronda del 2012. Sin embargo, después cayó en un bache de produtctividad del que no consiguió escapar hasta la postemporada, ofreciendo el que probablemente pueda ser considerado el mejor desempeño de su carrera en el Juego de Campeonato de la NFC frente a los Minnesota Vikings.
Foles intenta sumar su nombre a la lista de pasadores que iniciaron la campaña en la banca antes de liderar a sus equipos a triunfos de Super Bowl, un compilado que incluye nombres como Doug Williams y Jeff Hostetler.
No obstante, el nombre más notable de esa lista será el quarterback del equipo de enfrente. Tom Brady salta a la cancha apenas a horas de asegurar su tercer nombramiento como JMV de la liga, y a 16 años de haber logrado la hazaña que busca Foles: como suplente para los Patriots, Brady asumió el control de la ofensiva de New England para culminar en una victoria de Super Bowl al frente de un equipo marcadamente desfavorecido.
Desafortunadamente para ambos bandos, la situación de las lesiones no se limita a Wentz. Los Eagles deberán buscar su primer anillo de Super Bowl sin su tackle izquierdo nueve veces Por Bowl, Jason Peters, el polivalente corredor Darren Sproles, ni el apoyador titular Jordan Hicks, por nombrar a los más notables.
Por New England, no verán acción el líder de la defensiva Dont’a Hightower, ni uno de los héroes del Super Bowl LI el año pasado, Julian Edelman.
Quien sí verá actividad para los Patriots al recuperarse a tiempo para ser dado de alta del protocolo de conmociones tras una lesión a la cabeza sufrida en el Juego de Campeonato de la AFC, fue el ala cerrada Rob Gronkowski. La vuelta del mejor receptor en el arsenal aéreo de Brady será crucial en su cruzada por la obtención del sexto anillo de campeonato de la franquicia, cifra que los empataría con los Pittsburgh Steelers por la mayor cantidad en la historia del juego.
De cualquier manera, las ofensivas no podrán anotar a placer, toda vez que ambos equipos presumen defensivas que están entre las mejores de la NFL en términos de puntos permitidos.
Con el espectacular U.S. Bank Stadium como escenario, los Eagles buscan escribir el primer capítulo de una nueva era de la franquicia a costa de la dinastía más formidable que haya conocido esta liga en años recientes.
Philadelphia buscará dar la sorpresa en contra del equipo que se construyó con base en una de las grandes campanadas en la historia del Super Bowl, mientras que Brady y compañía tratarán de evitar el inicio del ocaso del imperio de New England sobre el resto la NFL.
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