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Los Saints perdonaron y perdieron...

NEW ORLEANS - Muchos van a recordar la final de la Conferencia Nacional, que ganaron Los Angeles Rams, por un grave error arbitral. Y muy pocos porque pareció que los New Orleans Saints desperdiciaron oportunidades de ganar.

Los Saints tuvieron todo desde el primer cuarto para sentenciar el partido e ir a buscar el segundo campeonato de la NFL, pero en una liga en la que es muy evidente que si perdonas pierdes, jamás puedes dejar ir oportunidades contra los buenos equipos.

Ahora tendrán que ver desde afuera, si en el Super Bowl los Rams son capaces de vencer a los New England Patriots, el próximo 3 de febrero en Atlanta.

“Independientemente de la marcación (arbitral) o no marcación, siento como que hubo oportunidades allá afuera para nosotros de las que ahora deseo que hubiéramos podido aprovechar”, dijo el quarterback de los Saints Drew Brees.

Los Saints perdieron 26-23 el partido en tiempo extra, después de que dominaron por completo un primer cuarto plagado de errores de los Rams, que fueron incapaces de generar un solo primero y 10, apenas movieron 15 yardas totales el balón, y en el que permitieron 111 yardas de Brees.

New Orleans tuvo todo para tratar de conseguir ese Super Bowl que se ha negado por una década a Brees, del que nadie debería quejarse como culpable, al contrario…

Los Saints estuvieron cinco veces dentro de la yarda 20 de los Rams y sólo consiguieron dos touchdowns, en una NFL que cada semana reitera que con goles de campo en zona roja es muy difícil ganar.

Con menos de 1:58 minutos por jugarse en el tiempo reglamentario, los Saints tenían el balón en la yarda 13 de los Rams y, raro bajo la dirección del entrenador Sean Payton, mandaron las jugadas incorrectas, a partir de un pase en primera oportunidad, cuando parecía que el juego ya estaba sentenciado a su favor.

Los Rams sólo tenían dos tiempos fuera en ese momento. Tres carreras de los Saints antes de intentar el gol de campo ganador hubieran terminado el tiempo y muy probablemente el partido ahí mismo.

En cambio, dejaron el tiempo suficiente para que Los Angeles empataran, llevaran el juego a tiempo extra, donde otra vez la estrategia y ejecución en la única serie ofensiva de New Orleans pareció incorrecta y terminó con una intercepción de Brees en la yarda 46 de los Rams.

Así es imposible derrotar a los buenos equipos como el hoy campeón de la Conferencia Nacional.

“Era empezar con una carrera”, reconoció Payton, quien por mucho tiempo va a pensar en esos últimos tres minutos de partido.

Los Rams tienen todo el mérito, a pesar de la muy clara interferencia de pase que los árbitros no marcaron sobre Tommylee Lewis en la yarda siete con 1:45 minutos por jugarse en tercero y 10 para los Saints.

En un ambiente hostil con un ruido salvaje, Jared Goff mostró que es un quarterback hecho para los grandes partidos. Ganó, pero pudo perder y nadie lo hubiera culpado.

Más allá de sus estadísticas en una tarde en la que su mejor corredor, Todd Gurley, aportó poco, igual que en general el juego por carrera, Goff se echó el equipo a hombros e hizo las jugadas cuando se requirieron. Jugó como debe una primera selección global de la NFL.

Seguro Brees, Michael Thomas y una ciudad completa van a recordar siempre lo que pareció la interferencia del defensivo Nickell Robey-Coleman sobre el receptor de los Saints y que, de acuerdo al entrenador Payton, los árbitros reconocieron haberse equivocado al no marcarla.

Pero los Rams sólo se acordarán de que ganaron el boleto al Super Bowl en el mismo estadio y con el mismo ruido donde lo perdieron hace 17 años con la gran generación del “mejor espectáculo aéreo sobre la tierra...”

“Tuvimos control del partido por 60 minutos y terminamos perdiendo en tiempo extra”, dijo el ala defensiva Cameron Jordan. “Las palabras ni siquiera pueden describirlo. Al final del día fuimos derrotados, así que no tenemos derecho a quejarnos de nada”.

“Es lo que es… Ellos son los campeones. Buena suerte en el Super Bowl”.