NUEVA ORLEANS - Una jueza federal rechazó el jueves el intento de dos fanáticos que poseen boletos de temporada de New Orleans Saints de forzar una cancelación total o parcial del juego por el Campeonato de la NFC de esta temporada debido a un "no-call" de los árbitros.
Los árbitros no lograron imponer penalizaciones por interferencia o aspereza cuando un jugador de los Rams entorpeció a un receptor de los Saints con un golpe de casco a casco en un punto crucial de los últimos minutos del tiempo reglamentario. Los Rams ganaron el juego del 20 de enero en tiempo extra y avanzaron al Super Bowl del domingo en Atlanta, donde enfrentarán a los New England Patriots.
La reacción de los fanáticos en New Orleans incluyó incredulidad, enojo y resignación, expresada en titulares de periódicos, carteles publicitarios, promesas de algunos restaurantes y bares de que no mostrarán la transmisión del Super Bowl el domingo y carteles que presentaban a los árbitros como ciegos.
Se reportaron al menos dos juicios. Una de las acciones legales, una demanda colectiva en nombre de los fanáticos que compran boletos de temporada, seguía pendiente en la corte estatal hasta el jueves.
La otra fue presentada por Tommy Badeaux y Candis Lambert, poseedores de boletos de temporada de los Saints. Presentada dos días después del juego, esta demanda dice que la NFL debe ser obligada a implementar una regla que permita al comisionado Roger Goodell investigar "actos extraordinariamente injustos" que afectan el juego. Los remedios bajo esa regla incluyen reprogramar el juego en su totalidad o desde el punto en que ocurrió el acto injusto ("no-call").
La jueza de distrito de Estados Unidos, Susie Morgan, rechazó los argumentos de que Badeaux y Lambert tenían derecho a una orden, conocida como "decreto de mandamus", la cual habría obligado a la NFL o Goodell a tomar medidas.
"Ninguna de las acciones que los demandantes podrían gestionar para obligar al comisionado Goodell a tomar acción son el tipo de acciones abordadas por el 'decreto de mandamus'", dijo Morgan en un fallo de 17 páginas en el que detalló las circunstancias extraordinarias en las que la ley de Luisiana permite que un "decreto de mandamus" sea emitido.
En el mismo fallo, Morgan también rechazó los argumentos en el sentido de que el caso debería estar en la corte estatal de New Orleans, ante la cual se presentó originalmente.