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Ivis Aburto | ESPN Digital 5y

En la última etapa de su dinastía, los Patriots tienen un panorama favorable

Tom Brady tiene 41 años y está a cuatro de llegar al plazo que él mismo ha fijado para poner fin a su carrera.

Los New England Patriots y su afición pueden estar tranquilos. Mientras Brady y Bill Belichick permanezcan activos, las posibilidades de disputar el título de la NFL serán latentes, pero, cada vez será más complicado lograrlo en las próximas cuatro campañas.

Esto suena descabellado luego de cómo los Patriots se abrieron camino para ganar su sexto anillo de Super Bowl tras vencer en Playoffs a tres de los ataques más explosivos de 2018, los de Los Angeles Chargers, Kansas City Chiefs y Los Angeles Rams.

Sin embargo, es una realidad que en la campaña que acaba de concluir, los Patriots presentaron síntomas de que el declive natural de su dinastía ha comenzado.

No se alarmen. Es normal. Los Patriots apenas empiezan a presentar síntomas, no es que ya se les deba descartar como contendientes en 2019 y mucho menos después de ganar el Super Bowl, aunque, seguramente, en septiembre próximo veremos el ritual anual de varios que los darán por muertos anticipadamente.

A ese respecto escribíamos en este espacio en septiembre pasado.

Ahora, pasemos a los hechos. Es una realidad que el trabajo como coach de Belichick en 2018 no fue el mejor de su carrera, pues los Patriots mostraron inconsistencias pronunciadas durante el calendario regular como, por ejemplo, perder dos juegos consecutivos un par de ocasiones y con pobres actuaciones en lo general, como la derrota en la Semana 3 ante los Detroit Lions o la que sufrieron en la Semana 14 ante los Miami Dolphins, en un lapso mental nada característico de los equipos de Belichick.

Además de esos momentos oscuros en la campaña de los Patriots, está el hecho de que las cinco derrotas de New England se dieron ante equipos que no llegaron a Playoffs (Jacksonville Jaguars, Detroit, Tennessee Titans, Miami y Pittsburgh Steelers).

Titans y Steelers fueron rivales contendientes en 2018, pero muy irregulares en su desempeño.

Brady ya no es el mismo
Realmente nada grave, pero no es lo mismo tener 24 años, edad que Brady tenía cuando ganó su primer Super Bowl, que 41.

El tiempo no perdona y las cualidades físicas y técnicas de Brady ya no son las mismas, pero aún las explota a su máxima capacidad, es decir, el declive de Brady también ha comenzado.

En 2018, Brady completó 375 de 570 pases (65.8 por ciento) para 4,355 yardas, 29 touchdowns y 11 intercepciones y un rating de 97.7. Sólidos números de quien es considerado uno de los mejores en su posición en la historia.

Sin embargo, los números no reflejan aspectos intangibles, como la forma en que varios de esos pases incompletos se dieron.

Durante la temporada regular, Brady falló varios pases a receptores sin marca, algunos en la zona final, al lanzarlos muy altos, ligeramente atrasados o forzando a los receptores a ajustar su posición para intentar atraparlos.

Ante los Rams en el Super Bowl LIII sucedió. El primer pase de Brady fue ligeramente alto y a la derecha de Chris Hogan, lo que le permitió al defensivo ir por el ovoide, que salió rebotado y fue interceptado.

Aunque varios pases incompletos de Brady fueron por presión de la línea defensiva de Rams, otros fueron imprecisos.

Cabe recordar el envío que fue interceptado en los segundos finales del tiempo regular en el Juego de Campeonato de la AFC ante los Kansas City Chiefs. El pase de Brady a Rob Gronkowski, también al lado derecho del campo, a la zona de flat, quedó alto. El ala cerrada alzó los brazos, el balón rebotó en sus manos y cayó en las de un defensivo.

Gracias al castigo de Dee Ford por alinearse mal, la jugada no contó, pero de no ser por ese castigo, esa intercepción en un mal pase de Brady hubiera sellado la victoria de los Chiefs.

Lo mismo sucedió con Peyton Manning. En 2010, su penúltimo año con los Indianapolis Colts, fue notorio ya como su precisión comenzaba a disminuir con pases que quedaban cortos o que volaba a sus receptores por poner demasiada fuerza en ellos.

En 2011, Manning se sometió a sus cirugías en el cuello, perdió toda la campaña y aunque jugó cuatro años con los Denver Broncos, llegó a dos Super Bowls y ganó el 50, su capacidad para lanzar era ya muy baja.

En el caso de Brady, los síntomas apenas comienzan, y aunque no tuvo su mejor actuación, su talento le permitió ganar su sexto anillo de Super Bowl.

En los cuatro años que le restan por jugar, si es que realmente decide colgar el casco y las hombreras a los 45 años, el rendimiento de Brady irá notablemente a la baja, pero, un Brady a medio gas es, con certeza, mejor que 25 quarterbacks titulares.

¿Quién pondrá freno a Patriots?
La lucha por la supremacía en la AFC va a tener a varios participantes y de acuerdo a lo sucedido en 2018, los que se perfilan en primera instancia para derrocar a los Patriots son los Chiefs.

Además de contar con Patrick Mahomes y con Andy Reid como coach, los Chiefs tienen los elementos defensivos para detener a Brady y compañía. El reto de Steve Spagnuolo, nuevo coordinador defensivo en Kansas City, es frenar al consistente y contundente ataque de New England, ese que hizo buenas tres conversiones de tercera y 10 en tiempo extra para ganar la Final de la AFC.

Después están los Colts, que tienen a un renovado Andrew Luck al frente de una sólida ofensiva y una defensiva decente, seguidos de los Pittsburgh Steelers con Ben Roethlisberger al frente de un buen ataque y una defensiva de respeto.

Otros candidatos son los Chargers y Baltimore Ravens, equipos irregulares en su desempeño, pero que tienen las piezas para contender.

Por lo pronto, los Patriots volvieron a ganarlo todo y el mensaje que envían es que, sin ser dominantes como en otros años, son capaces de vencer a equipos con mejor nivel y llevarse el Trofeo Vince Lombardi a casa.

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