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Falleció Gunther Cunningham, ex head coach de los Kansas City Chiefs

Gunther Cunningham entregó casi cinco décadas de su vida como coach de fútbol americano. AP Photo

El ex head coach de los Kansas City Chiefs y coordinador defensivo de los Detroit Lions, Gunther Cunningham, falleció el sábado luego de una breve enfermedad. Tenía 72 años de edad.

Cunningham entregó su vida al fútbol americano luego de mudarse al país desde Alemania poco tiempo después de la Segunda Guerra Mundial. No hablaba inglés en ese momento, y terminó encontrando al fútbol americano como una manera de aclimatarse a los Estados Unidos.

Se convirtió en un amorío de por vida con el juego, que lo llevó a California para la preparatoria, a Oregon para la universidad, y luego por todo el país tras su graduación. Dirigió en Oregon, Arkansas, Stanford y California. Se aventuró un año a Canadá por un año, en 1981, para trabajar en la CFL.

Luego, volvió a los Estados Unidos y pasó el resto de su tiempo en la NFL con los Baltimore/Indianapolis Colts, San Diego Chargers y Oakland Raiders antes de mudarse a Kansas City para convertirse en coordinador defensivo, y luego, head coach en 1999. Tuvo marca de 16-16 con los Chiefs en dos campañas. Dirigió a los linebackers de los Tennessee Titans por tres años antes de volver a los Chiefs como coordinador defensivo por segunda ocasión en su carrera.

"Mi familia y yo estamos profundamente tristes por escuchar la noticia del fallecimiento de Gunther", dijo el CEO de los Chiefs, Clark Hunt, en un comunicado. "Durante sus nueve temporadas como coordinador defensivo y dos como head coach de los Kansas City Chiefs, lideró a algunas de nuestras defensivas más temidas en la historia de la franquicia gracias a su estilo energético y motivador para dirigir. Gunther ha tenido un impacto tremendo sobre tantas vidas dentro y fuera del campo en casi cinco décadas de dirigir. Nuestras sinceras condolencias van para René, Natalie, Adam y toda la familia Cunningham durante este tiempo difícil".

Los últimos cinco años de la carrera como coach de Cunningham llegaron con los Lions, para quienes fungió como coordinador defensivo del 2009 al 2013. El equipo emitió un comunicado este lunes.

"Gunther Cunningham será por siempre recordado como uno de los grandes hombres en nuestro juego", se leyó en el comunicado. "Dejó un impacto duradero en cada persona que fue suficientemente afortunada de trabajar a su lado durante los más de 47 años como coach, incluyendo 34 años en la National Football League, los ocho finales estando aquí en Detroit. Nuestra organización está verdaderamente honrada y orgullosa de haber sido incluida en su distinguido legado como coach. Extendemos nuestras sinceras condolencias a su esposa, René, y a toda su familia".

Luego del 2013, Cunningham se mudó a un rol como coach fuera del campo, y no estuvo en las laterales para un partido por primera ocasión en al menos 50 años. Ese lapso incluyó el tiempo en que jugó un partido de preparatoria --o al menos así contó la historia-- la semana después de que le retiraran el ligamento anterior cruzado de la rodilla.

"Viví sin que mi rodilla izquierda tuviera ligamento anterior cruzado", dijo Cunningham a ESPN en el 2017. "En aquellos días, no te lastimabas. Simplemente seguías jugando".

Esa dureza jamás fue cuestionada, ya sea por sus jugadores, sus coaches o sus colegas futuros. Aunque su registro de fútbol americano era impecable, Cunningham era conocido a menudo por sus charlas con los medios. Le encantaba presumir acerca de Leslie O'Neal y Derrick Thomas, dos de sus Chiefs favoritos. Cuando estaba armando su oficina en casa, la esposa de Cunningham le dijo que notaba muchos objetos de los Chiefs.

"Ella dijo, 'Mi dios, esto es un altar para Derrick Thomas'", dijo Cunningham a ESPN en el 2017. "Me puse emocional y le dije, 'No vamos a hablar de eso'. Existe una cantidad tremenda de objetos de los Chiefs porque estuve allí por 12 años, y dirigí a algunos jugadores muy buenos para ti".

Así como podía descifrar una jugada ofensiva o defensiva sobre el campo, era igualmente versado en otros temas. Convertirse en ciudadano americano en el 2010 significó mucho para él, luego de pasar casi toda su vida en el país. El ex primer ministro británico Winston Churchill fue uno de sus héroes. Aprendió por primera vez acerca del hombro de su abuela, cuando era un niño en Alemania.

"He visto o escuchado el discurso que dio sobre la isla y cómo no pararía de pelear y cómo los alemanes trataron de bombardearlo y los ingleses sobrevivieron. Son una de las grandes potencias del mundo, en nuestra historia, y la naval inglesa era una cosa que había que temer en esos días", dijo Cunningham a ESPN en el 2014. "Si hubiera tenido la elección, amarte de ser coach de fútbol americano, me gustaría bucear en esa área entre Inglaterra y Europa, apuesto a que encontraría algo allí.

"Muchas cosas que no han sido halladas que nos llevarían a entender nuestra historia, y ¿qué mejor lugar para comenzar que la isla de Inglaterra? Para mí, mi generación creciendo, esa fue la guerra y cómo pelearon y cómo sobrevivieron. Conocer gente de allí es un honor para mí".

Cunningham fue a Inglaterra en el 2014 cuando los Lions jugaron contra los Atlanta Falcons en el Wembley Stadium de Londres. Estaba emocionado por ver la cultura y aprender del sitio del que había escuchado tanto como chico pero que no había podido conocer. Desde que dejó Europa como niño en Alemania, solamente había vuelto una vez: a Italia de vacaciones.

El fútbol americano, por supuesto, terminó metiéndose en el camino de los viajes que Cunningham había contemplado a lo largo de su vida. Luego de dejar la NFL, se unió a Pro Football Focus, donde empleó sus habilidades como analista para ayudar a la parte de fútbol americano de la empresa. Trabajó para transmitir su conocimiento hacia adelante, enseñando cómo calificaba a jugadores y formando parte de un grupo que se encargaba de monitorear que las cosas se observaban correctamente.

Había armado una pequeña oficina en un suburbio de Detroit para trabajar, cargando él mismo los televisores por las escaleras porque Cunningham era alguien que siempre hacía lo que podía.

A Cunningham le sobrevive su esposa, hijos Grant y Adam, e hija Natalie.