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Los Oakland Raiders vivirá una de las temporadas más importantes de su historia, ya que será la última que jugarán en Oakland antes de mudarse a Las Vegas. Ante este tema, hay dos jugadores que se roban los reflectores y que serán piezas fundamentales en el esquema del entrenador en jefe Jon Gruden: Antonio Brown y Derek Carr. Brown llegó al equipo como una de las mejores adquisiciones de liga al ser uno de los mejores receptores de los últimos tiempos, sin embargo, además de su talento también llegó con el circo que suele rodearlo. El pasado martes 20 de agosto, Brown por fin se unió a los entrenamientos en Napa, después de que Mike Mayock, gerente general de los Raiders, le diera un ultimátum.  “Está enojado por el tema del casco y lo hemos apoyado. Desde nuestra perspectiva es hora de que él esté 100 por ciento dentro o 100 por ciento fuera”, explicó Mayock. Y es que parece que Brown no se cansa de hacer revuelo por todo, esta vez pidió a la NFL que lo dejara jugar con su casco viejo, incluso amagó con retirarse, pero tras perder la demanda, por fin se presentó al campo de entrenamiento. No cabe duda que Brown es polémico, pero también un jugador extraordinario y su trayectoria lo avala, en la que en ocho años ha sumado 11,207 yardas y 74 touchdowns en 837 recepciones. Será una pieza clave para la temporada 2019 de Oakland si logra dejar de lado su personalidad problemática y las lesiones se lo permiten. Para su parte, Carr demostró en el 2016 que tiene el potencial para llevar a lugares importantes a los Raiders. Esa fue su mejor campaña, en la que terminó con un record de 12-3, lanzó para 3,937 yardas y 28 anotaciones. Oakland se perfilaba para ganar su conferencia, pero en la Semana 16, Carr sufrió una lesión que lo dejó fuera del último juego de la temporada regular contra los Denver Broncos y el de playoffs frente a Houston Texans, los cuales perdieron sin su mariscal de campo titular. ¿Qué hubiera sido de Oakland si su pasador no hubiese sufrido la lesión? Esta temporada podría demostrar que es el hombre franquicia, de lo contrario, Oakland estaría pensando en un reemplazo para que sea el titular en Las Vegas. Sin embargo, Carr se ha visto bien en los entrenamientos, formando un gran equipo con sus receptores, sobre todo con Tyrell Williams, quien podría robarle los reflectores a Brown si éste no se compromete de lleno con el equipo. Carr tendrá la posibilidad de lanzar más pases largos, algo que dejaron de hacer la campaña pasada. Ahora contará con las manos seguras de Brown y Williams. Esto le permitiría mostrar todo su potencial. Sin duda alguna, quarterback es la posición más importante de cualquier deporte, por lo que Carr es más relevante en Oakland que Brown, quien seguramente ayudará a la institución a tener una gran temporada, pero será Derek quien guíe a sus compañeros. Los Raiders armaron un gran equipo para esta temporada, lo que ayudará al mariscal a mejorar sus actuaciones del pasado.
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