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Pierden los Cowboys sin esfuerzo defensivo

ARLINGTON, Texas -- Para los Dallas Cowboys debe ser bochornoso darse cuenta de que son incapaces de competir contra equipos que deberán estar en la pelea cuando llegue enero.

Pero peor aún debe ser evidenciado por aparente falta de esfuerzo, de ejecución y de carencias de plan de juego, como sucedió este domingo por la tarde en su propio estadio a manos de los Green Bay Packers.

Los Cowboys perdieron 34-24 ante los Packers, que dieron la impresión de permitir demasiado en el último cuarto, cuando el partido estaba prácticamente decidido, ya sólo a la espera de un resultado final que pareció condescendiente.

Dallas estuvo 14-0 en el primer cuarto; la desventaja pasó a ser de 21 puntos y después de 28; una diferencia que jamás han sido capaces de remontar en su historia. Y así sucedió para que perdieran por octava vez en los últimos nueve partidos frente a Green Bay.

“En particular al principio del juego, nos pasaron por encima”, dijo el entrenador en jefe de los Cowboys, Jason Garrett. “Creo que mejoramos conforme avanzó el partido. Pero ellos corrieron muy fácilmente sobre nosotros”.

La defensa de los Cowboys fue la peor parte en un día en la que el quarterback Dak Prescott lanzó tres intercepciones, de las que dos fueron simplemente por imprecisión y la última cuando quizá pudieron remontar de manera heroica sobre Aaron Rodgers y compañía.

La falta de tackleo, de golpeo, de fundamentos técnicos y presencia física, se sumó a la que pareció mala preparación en todos los aspectos de la defensiva.

“El peor problema que tuvimos a la defensiva fue frenar las carreras por el centro”, añadió Garrett. “Pasaron por en medio sin que tocáramos a su corredor. Fue algo poco característico de nuestra defensa. Nos faltó disciplina y más intensidad física para contra restar los bloqueos y hacer jugadas”.

La defensa de Dallas permitió 215 yardas por pase a un equipo que si bien llegó con su quarterback futuro miembro del Salón de la Fama, no tuvo a su mejor receptor, Davonte Adams, lesionado. Entre cuatro receptores abiertos de los Packers apenas se combinaron para cuatro recepciones.

Sin embargo, el corredor Aaron Jones los hizo pagar por carrera y aire. En 19 acarreos ganó 104 yardas y anotó cuatro veces; sí cuatro touchdowns. Por pase, sumó siete recepciones para 75 yardas; líder de su equipo en ambos departamentos.

La defensa fue birlada por Rodgers, quien escapó de tackleos, corrió y pasó, como si estuviera jugando contra niños.

“Es un hecho que no tackleamos bien”, reconoció el linebacker Jaylon Smith. “Hablamos sobre ángulos. Ese es el nombre del juego del lado defensivo del balón. Si no jugamos juntos, vamos a salir lastimados, en especial contra buenos equipos como los Packers”.

“Pero les aseguro que aquí nadie juegó sin esfuerzo, ni ha renunciado a nada”, añadió. “Esto apenas empieza”.

La ofensiva tampoco ayudó, además de las tres intercepciones de Prescott, por segunda semana consecutiva el ataque terrestre y el mando de jugadas estuvo “chato”. Ezekiel Elliott sumó 62 yardas y parece que el coordinador ofensivo se olvidó de Tony Pollard desde que le avanzó 100 yardas a los Miami Dolphins en la tercera jornada de temporada regular.

Tal vez los números indiquen otra cosa para Prescott que sumó 463 yardas por pase, incluyendo 226 a Amari Cooper y 113 a Michael Gallup que regresó de su lesión de rodilla. Pero su desempeño fue tan malo en momentos clave que él mismo lo aceptó.

“Los números no importan para nada”, dijo Prescott. “Importa ganar. Pero tenemos que jugar futbol más complementario del que hemos jugados estas dos semanas. Aún hay mucho futbol por jugarse, muchas jugadas por hacerse. No tenemos miedo de hacerlas. No nos vamos a echar para atrás. Sólo tenemos que aprender de esto”.

En principio el juego pudo ser más competitivo de no ser porque buena parte de los avances y jugadas positivas de los Cowboys fue anulada por castigos o entregas de balón.

Para colmo, su pateador Brett Maher sigue fallando goles de campo de todos las distancias.

La frustración fue tal que por vez primera Garrett fue castigado por conducta antideportiva en el último cuarto, después de pasó todo el juego gritándole a los árbitros y a su staff de entrenadores.

Tal vez recuerda que la útima vez que un equipo de los Cowboys perdió por aparente falta de esfuerzo y apatía le costó el empleo al único entrenador que han despedido en la historia de la franquicia a media temporada, Wade Phillips.

Fue precisamente contra los Packers en el 2010 y al día siguiente de ese bochornoso descalabro, Jason Garrett, fue nombrado entrenador en jefe…

Apenas son dos derrotas en la temporada -consecutivas- y ya parece una crisis, en especial porque ni en los peores momentos de Garrett sus jugadores parecen renunciar, como hicieron durante tres cuartos este domingo, antes de apretar en el último, consentidos por los Packers.

“En realidad no estamos en ese negocio”, respondió Garrett, al ser cuestionado sobre si sentía que sus muchachos habían jugado sin ganas. “Estamos en el negocio de trabajar y mejorar. Nuestro objetivo cada semana es mejorar y vamos a continuar de esa manera. Han sido dos juegos complicado, en los que no hicimos el trabajo”.

“Pero los tomaremos como experiencia, creceremos y nos fortaleceremos a partir de esto”.