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Texans ofrecen a la NFL la lección más reciente para congelar a Chiefs

Cuando la lógica, según la historia de la NFL, indicaba que lo probable era que Patrick Mahomes sufriera algún tipo de regresión en su segunda temporada completa como titular, la realidad es que los rivales han encontrado un método más eficiente para congelar a la ofensiva de los Kansas City Chiefs.

En la Semana 4, los Detroit Lions parecieron escribir el guión en el que toda la NFL se apoyaría para vencer a los Chiefs con un sólido desempeño defensivo que sacó de ritmo al explosivo ataque dirigido por Mahomes, pero, en las últimas dos semanas, los Indianapolis Colts y Houston Texans emplearon una fórmula aún más efectiva para vencer a Kansas City.

Sí. Las defensivas rivales le juegan mejor a Mahomes, lo han estudiado y lo conocen más, pero, el quarterback de Kansas City no es el problema en Kansas City.

La fórmula que han usado los oponentes de los Chiefs es sencilla y es una que ha dado más victorias que derrotas desde hace décadas en la NFL: correr, correr y correr y si es posible, correr aún más.

Así, no es la defensiva la que carga con toda la responsabilidad de detener a Mahomes y compañía sino que se comparte entre todos. Es trabajo en equipo, cualidad que se valora en el futbol americano.

Podemos decir que, ante Kansas City, la mejor defensa de Colts y Texans ha sido su ataque.

Houston corrió en 41 ocasiones para 192 yardas, tres touchdowns. Doce de los 35 primeros y 10 de los Texans fueron por la vía terrestre, lo que se tradujo en un tiempo de posesión de 39:48 minutos.

El dominio de los Texans en el ritmo de juego hizo que los Chiefs tuvieran el tiempo de posesión más bajo en su historia como locales (20:12 minutos).

En la Semana 5, los Colts tuvieron el balón en su poder durante 37:15 minutos al correr 45 veces, 12 de ellas para primero y 10, y sumar 180 yardas y una anotación.

La victoria de los Texans en Kansas City debió ser más holgada por dos factores: errores que no les permitieron sumar más puntos y la mala decisión del coach Bill O’Brien de no explotar la mayor debilidad de los Chiefs: su defensiva contra la carrera, que llegó como la número 30 al duelo ante Houston.

Los Texans fallaron un intento de gol de campo y sus receptores dejaron caer, al menos, dos recepciones seguras de touchdown, al menos, 15 puntos perdidos.

A su vez, y quizá tentado por la potencia en el brazo y la versatilidad de su quarterback Deshaun Watson, O’Brien ordenó que su ofensiva corriera en 18 ocasiones para 76 yardas en la primera mitad. Cuando le dio rienda suelta, los Texans corrieron en 23 ocasiones para 116 yardas en la segunda.

Al sumar 10:31 minutos con el balón en su poder en el tercer cuarto y durante 13:35 en el cuarto periodo, Houston pudo controlar el ritmo del encuentro y eventualmente ganarlo.

En tres semanas, la explosividad de la ofensiva de los Chiefs ha sido anulada de dos distintas formas. Detroit lo hizo con presión intensa de su defensiva, pero Colts y Texans parecen haber ofrecido a la NFL un método más efectivo y contundente.