La transformación de Josh Allen impacta el futuro de los Bills, analiza el Gurú de las Diagonales

MIAMI -- La introducción del día de hoy no podía ir dedicada a otro equipo que no sean los Buffalo Bills. Una afición pasional como pocas y que hoy tiene razón para celebrar por primera vez en mucho tiempo.

Sí, es verdad que en 2017 rompieron la sequía de 17 años sin Playoffs de la mano de Tyrod Taylor, pero en aquel momento, daba la sensación de que ese viaje a Postemporada era un oasis en un desierto, de que no tenían una fórmula para el éxito sostenido.

En esta ocasión es distinto. Los Bills ganaron su primer título divisional desde 1995, pero aún más importante es que parecen tener el mariscal para gozar de buenos momentos por muchos años.

Soy el primero en admitir que me equivoqué con Josh Allen. Nunca dudé de su capacidad atlética ni de sus agallas, que caen como anillo al dedo en una ciudad como Buffalo, sin embargo, en sus primeros años en la liga fue increíblemente impreciso, fallaba pases de rutina, a punto tal, que he llegado a decir que no podía "acertar un pase al océano", pero el Josh Allen de esta temporada es una versión totalmente renovada que juega como uno de los mejores tres mariscales de la NFL y aún más importante es el hecho de que su trabajo paga dividendos.

Muchas veces, cuando tienes la habilidad natural como Allen, quien tiene uno de los brazos más fuertes de la liga, esas aptitudes terminan por jugar en contra, es decir, que como todo te sale con tanta facilidad, no estás dispuesto a trabajar para seguir mejorando.

Siempre considerado que mejorar la precisión de tus envíos es lo más difícil de hacer y lo sostengo. Puedes mejorar el posicionamiento de tus pies, pero, generalmente eres preciso o no lo eres.

Allen llevó su renovación a otro nivel y cambió por completo su mecánica. Para aquellos que juegan al golf, fue como reinventar su swing por completo.

Para un chico que ya había cobrado buen dinero al ser elegido por los Bills con la séptima selección global del draft 2018 y al quien le alcanzaba para ganar partidos en la NFL con su antigua mecánica, el hecho de que estuviera dispuesto a pasar por ese tedioso y trabajoso proceso es un testamento a su ética de trabajo y a su hambre de gloria.

Allen trabajó con el gurú de mariscales Jordan Palmer durante esta temporada baja y llevó su transformación a otro nivel. El mariscal de los Bills decidió hacer un "mapeo digital" para observar las falencias de su mecánica e intentar corregirlas.

Se supone que primero pasa tu cadera, luego tu torso y luego lanzas con tu brazo, pero en su caso, Allen lanzaba antes de que pasaran las caderas y su torso, por lo que su posicionamiento de pies y la transferencia de peso eran inconsistentes, lo cual llevaba a una llamativa imprecisión en sus pases.

El brazo de Allen es tan fuerte, que muchas veces podía disfrazar esas deficiencias, pero claro quedó que no maximizaba sus capacidades.

En su primera temporada, Allen completó el 52 por ciento de sus pases y el 58 por ciento en la segunda. Según los estándares de la NFL, ese tipo de estadísticas te colocaría entre los peores mariscales de la liga.

Adelantemos a la actual temporada luego de los ajustes realizados y Allen completa el 68.7 por ciento de sus pases, el séptimo mejor porcentaje de la NFL entre los mariscales que califican, a pesar de que es el sexto que más pases ha lanzado.