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El legado de Tom Flores se extiende a lo largo de la comunidad latina del fútbol americano

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La NFL deja pocas opciones a los jugadores no vacunados (2:09)

Rebeca Landa nos explica lo que la NFL propone para esta temporada, pero deja claro que no quiere extender la temporada y para ello hay que vacunarse. (2:09)

"Tienes que sentirte contento por ese hombre. Hablando de historias de Cenicienta: es chicano; trabajó durante seis, siete años en los campos, se hizo buen atleta, jugó con [University of the] Pacific, tuvo una buena carrera como profesional y ahora, llega el que quizás sea el momento más importante de su vida". -- Dick Enberg, comentando mientras la cámara se acercaba al entrenador de los Raiders, durante los minutos finales de la transmisión de la cadena NBC del Super Bowl XV el 25 de enero de 1981.

LAS VEGAS -- Durante la carrera de los Raiders hasta alcanzar el título del Super Bowl XVIII, ocurrida tres años después del monólogo de Enberg, un adolescente de nombre Danny González notó algo en el estoico entrenador parado sobre la línea de banda, vestido de plateado y negro.

Se parece a nosotros.

González, nacido y criado en Alburquerque y quien creció hasta llegar a convertirse en entrenador jefe de la Universidad de New Mexico, casa de estudios de su estado natal, tenía un primo llamado Casey Flores.

Suena como nosotros.

Como era de esperarse, el joven empezó a alardear de su apellido en son de juego a la hora de referirse a Tom Flores, el pionero entrenador de los Raiders que se encaminaba a ganar su segundo título en cuatro años, el cuarto Super Bowl de su carrera.

"Solíamos decir que debía tener cierta relación lejana con nosotros", recuerda González entre risas. "Actuábamos como si el entrenador Flores fuese su tío".

"Era hispano como nosotros. Nos sentíamos extasiados al ver que uno de nosotros no sólo dirigiera a los Raiders, sino que también ganara Super Bowls. Era igual a nosotros. Eso era lo que solíamos decir siempre. Él era igual a nosotros".

Él es uno de nosotros.

La exaltación de Flores al Salón de la Fama del Fútbol Americano Profesional, prevista para este 8 de agosto, ha generado una renovación del sentido de dignidad que se cobija dentro de una comunidad pequeña, aunque fervientemente orgullosa y en franco crecimiento: los entrenadores de fútbol americano de origen latino.

Previo a la temporada universitaria de 2021, siete entrenadores latinos dirigen equipos de la Division I: Mario Cristóbal (Oregon), Dave Aranda (Baylor), Manny Díaz (Miami), Justin Fuente (Virginia Tech), Andy Ávalos (Boise State), Marcus Arroyo (UNLV) y González (New Mexico); según la cuenta llevada por el Dr. Mario Longoria, autor de dos libros sobre la historia latina en el fútbol americano. Y las filas de entrenadores crecen a pasos agigantados en las secundarias de todo Estados Unidos.

Particularmente en el Sur. Y la exaltación de Flores al Salón de la Fama sólo ayudará a mantener la tendencia.

"Es todo un honor, los mexicanos están contentísimos", afirma Longoria. "La pregunta, después de toda la celebración y los espaldarazos, es esta: ¿por qué tardaron tanto? Ellos saben la respuesta. Sin embargo, el hecho de que [Flores] debió superar barreras adicionales que otros no tuvieron porque contaban con privilegios, eso es lo que lo hace más especial".

"Fue un líder. Lideró con el ejemplo. Un hombre que inspiraba, que hizo las cosas bien y tuvo éxito".

Armando Jacinto, presidente de la Asociación de Entrenadores Hispanos de Fútbol Americano de Secundaria de Texas, entidad creada en forma de chat grupal y que actualmente cuenta con 732 miembros, agregó: "Es un reconocimiento sumamente demorado; pero no quiero ponerme exigente, porque ya ocurrió. Ocurrió. Es una inspiración para los entrenadores hispanos y para el pueblo hispano como un todo. Tenemos la visión y la agudeza necesarias para lograr esas cosas, aunque sean pocas y se alejen mucho entre ellas. No es una lista larga".

"Limpiamos el edificio. Construimos el edificio. Hasta conducimos hacia el edificio. Pero no administramos el edificio. No menosprecio esos empleos, porque son importantes. Pero ninguna persona encargada de dar órdenes se parecía a mi".

Flores fue contratado por el propietario de los Raiders Al Davis en 1979. No obstante, Tom Fears, el exjugador de raíces mexicanas nacido en Guadalajara, fue el primer entrenador de origen hispano en la NFL, asumiendo el mando del equipo de expansión New Orleans Saints en 1967. Ron Rivera fue el próximo en la lista después de Flores, haciéndose cargo de los Carolina Panthers en 2011. Actualmente, Rivera forma parte del provisionalmente denominado Washington Football Team, mientras que Brian Flores se apresta a iniciar su tercera campaña con los Miami Dolphins.

Sin embargo, Tom Flores fue no sólo el primer entrenador miembro de una minoría étnica en ganar un Super Bowl (con dos títulos en su haber); sino que también fue el primer latino en jugar como mariscal de campo en la historia del fútbol americano profesional (con los Raiders en 1960), al igual que el primer gerente general de una franquicia de la NFL proveniente de una minoría (contratado por los Seattle Seahawks en 1989).

A pesar de tantos logros, fue el pasado de Flores como quarterback que atrajo la atención de Rivera en un inicio. Cuando Rivera jugó como apoyador de los Chicago Bears, sumó marca 2-0 contra Flores entrenador, venciéndole en su año de novato en un tristemente célebre juego disputado en 1984 en Soldier Field. Rivera también triunfó en el último partido de Flores como entrenador de los Raiders, celebrado en 1987.

"Es maravilloso", afirma Rivera sobre la exaltación de Flores a Canton. "Muchos de nosotros seguimos ascendiendo de rango; y siendo alguien que tuvo una gran carrera y es figura icónica de nuestra comunidad, es algo fuera de lo común".

"Verdaderamente fue un individuo que se puso en la línea de fuego. Representamos a mucha gente".

Rivera contó que en una ocasión, varios aficionados latinos se acercaron a su mesa mientras cenaba con su esposa y la familia de su hermano en plena temporada baja en California. Reconocieron a Rivera en su condición de pionero. Adicionalmente, eran furibundos seguidores de los Raiders en parte gracias al impacto causado por Flores.

"Así es el negocio", dijo Rivera entre risas. "Lo entiendo. Lo aprecio. Sin embargo, eso nos demuestra la inspiración que ha despertado a través de los años. El sujeto me dijo que era entrenador de fútbol americano infantil y que se sentía inspirado por mí. Yo fui inspirado por el entrenador Flores".

Flores no llegó a comprender la magnitud del significado y la representatividad de sus logros deportivos para una comunidad determinada hasta que tuvo un encuentro similar con un fanático.

"Un chico me dijo: 'Mi padre lloró cuando ganaste tu primer Super Bowl'", recuerda Flores en el libro "Si estas paredes hablaran: historias desde el banquillo, camerino y palco de prensa de los Raiders", próximo a publicarse.

"Y yo le dije: '¿Los conozco?' 'No'. 'Entonces, ¿por qué lloraron?' 'Porque eres latino'. Me sorprendió un poco. Él se sentía tan orgulloso, y no conocía a este chico. No conocía a su padre. A pesar de ello, me dijo que se sentía sumamente orgulloso 'Debido a todo lo que has logrado, y eres un verdadero latin0'. Eso me hizo sentir bien, pero también me despertó conciencia con respecto a otras cosas de la vida que siguen sucediendo… especialmente en el mundo de las minorías. Y yo fui miembro de un grupo muy pequeño de latinos dentro del mundo del fútbol americano. Y fui el primero en muchas cosas, [me siento] muy orgulloso de ello'".

"Al [Davis] me dio un gran impulso cuando me contrató como entrenador. Y luego, Ken Behring y Ken Hoffman me contrataron como gerente general en Seattle; dándome la oportunidad, como hispano, de gestionar un equipo, uno de los 32 equipos [de fútbol americano profesional] que existen en el mundo. Y pasó un poco por debajo de la mesa. Los hispanos no despertaban mucho alboroto. Y tampoco lo despiertan ahora, aunque las cosas ocurren poco a poco. Reitero, es un proceso lento. Muchas de estas cosas no suceden de la noche a la mañana, porque no podemos darnos el lujo de sufrir retrocesos como los experimentados en los últimos cuatro años".

Las conversaciones entre Rivera y Flores han sido igualmente esclarecedoras e inspiradoras.

Flores, que sumó marca 91-56 con los Raiders, 8-3 en playoffs, tuvo registro total 21-15 contra entrenadores que ya forman parte del Salón de la Fama. Entre ellos: 6-1 contra Don Shula, máximo ganador histórico de la NFL; 3-1 contra Chuck Noll y 2-1 contra Bill Walsh y Bill Cowher. Asimismo, Flores tuvo récord 11-5 en sus enfrentamientos contra Don Coryell, finalista junto a Flores en la votación del Salón de la Fama en 2019.

"Le agradecí haber llevado el manto como antecesor", expresó Rivera. "Me respondió: 'Solo entérate, tú debes llevar el manto ahora'".

Es un verso familiar que sigue llegando a las universidades estadounidenses, en las cuales apenas un 2.7% (417 de 15.710 consultados) de los jugadores que formaron parte de la Division I Football Bowl Subdivision en la campaña 2018-19 se identificaron como hispanos o latinos, según el diario USA Today y el informe denominado "Boleta de Calificaciones en asuntos raciales y de género en el deporte universitario" publicado por el Instituto para la Diversidad y Ética en el Deporte (TIDES, por sus siglas en inglés). Por su parte, 8 de 1.357 jugadores de la NFL ese mismo año se identificaron como hispanos o latinos, equivalente a un 0.5%.

Arroyo, criado cerca de Sacramento, tenía un año y dos días de nacido cuando Flores alzó el trofeo del Super Bowl XV. Ávalos, quien creció en la población de Corona en el Sur de California, llegó al mundo cuatro días después que los campeones defensores del Super Bowl XV liderados por Flores vencieron a los New England Patriots el 1º de noviembre de 1981, mejorando su marca hasta llegar a 4-5.

"Un chico me dijo: 'Mi padre lloró cuando ganaste tu primer Super Bowl'". Y yo le dije: '¿Los conozco?' 'No'. 'Entonces, ¿por qué lloraron?' 'Porque eres latino'." Tom Flores, recordando una conversación con un fanático

Ninguno tiene recuerdos vívidos de Flores en el banquillo de los Raiders; sin embargo, ambos han sido inspirados por él en sus respectivas trayectorias como entrenadores.

"Mientras crecía, teníamos ciertas conversaciones familiares en las cuales ese diálogo es inculcado dentro de ti, y oyes hablar sobre 'razas y minorías' y ahora uno desea ubicarse en posición de romper barreras, en la carrera que elijas", afirma Arroyo, miembro de la junta directiva de la Academia de la Coalición Nacional de Entrenadores de Origen Minoritario de Fútbol Americano.

"Para mí Tom, como entrenador, no era distinto a Bill Walsh. Pero ese tipo se parece a mí. Tiene una 'R' en su apellido. Puedes rodar esa 'R' al hablar como lo haces con mi apellido. Hay un poco de mí en él; por eso, hay orgullo y respeto".

Ávalos indicó que Flores fue la razón que le motivó a ser seguidor de los Raiders cuando era más joven, aparte de comentar que conocerle y consultarle formaban parte de su lista de deseos de vida.

"No sólo por sus logros, sino por lo que es como persona", afirma Ávalos. "No hay muchas oportunidades al nivel en el que se encontraba para los entrenadores. Indudablemente, es una fuente de inspiración, y nos da un impulso para tener mayor seguridad".

"Fue modelo a seguir cuando yo era joven. Aporta a los más jóvenes y a las personas de edad mediana una perspectiva, de que podemos lograr todo lo que nos propongamos".

Aunque nuevamente decimos que, desde el punto de vista de Flores, simplemente se dedicó a jugar y entrenar en una disciplina deportiva que adoraba. Y ganar. E inspirar a generaciones futuras, aunque él no estaba consciente de ello en aquel entonces.

¿Ser sobreviviente? Ese atributo corre en la sangre de Flores. Sus antepasados se enfrentaron a los bandidos de Pancho Villa en el apropiadamente bautizado pueblo de Dinamita, ubicado en el estado mexicano de Durango. Y Flores, a pesar de haberse ausentado de la temporada 1962 tras sufrir tuberculosis, fue uno de 11 mariscales de campo que se presentaron al primer día del primer campamento de entrenamiento de los Raiders en 1960; aparte de ser el quinto mejor pasador de la historia de la entonces American Football League con 11,959 yardas, obteniendo su primer anillo de campeón como suplente en los Kansas City Chiefs en el Super Bowl IV.

Flores ganó su segundo anillo como asistente del cuerpo técnico de John Madden en el Super Bowl XI. En su condición de entrenador de receptores, fue Flores quien telefoneó desde la sala de prensa para instruir la famosa jugada "Ghost to the Post" durante el playoff divisional de la AFC en 1977.

"Cuando eres exaltado al Salón de la Fama, no eres exaltado al Salón de la Fama", expresó Flores recientemente. "Tú y tu familia son exaltados al Salón de la Fama. Y tus amigos, y tus entrenadores y tus jugadores. Ingresamos todos juntos. Solo soy representante de un maravilloso grupo y un maravilloso deporte".

González, quien afirma haberse sentido "deslumbrado" en la ocasión que conoció a Flores durante una convención de entrenadores a finales de la década de 1990, pensó "Lo podemos lograr" después de esa reunión. Lo que es lo mismo: tener éxito como entrenador de fútbol americano.

Y cuando se filtró en febrero pasado que Flores, que cumplió 84 años en 2021, había sido elegido para su exaltación tras haber quedado fuera en sus dos años anteriores como finalista, González tenía que telefonear a alguien.

Casey falleció en 2013. Por eso, González se comunicó con la madre de su primo.

"Fue algo mucho más grande porque, como decía, él era uno de nosotros", expresó González sobre la elección de Flores. "Le dije a mi tía Cindy: 'Estoy seguro de que Casey sonríe allá arriba".

No es el único en hacerlo.