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Se acerca la dramática jornada final de Bundesliga en adiós de Müller

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El campeonato alemán llegará a su fin, con mucho por definir, pero la despedida de uno de sus jugadores emblemáticos acapara la atención.


A veces, en el futbol, como en la vida, las cosas no te impactan realmente hasta que se acaban. El sábado pasado, asignado para comentar desde el Allianz Arena el partido entre el Bayern de Múnich y el Borussia Mönchengladbach y la posterior entrega de la Meisterschale, sabía que el plato fuerte sería la despedida de Thomas Müller de Múnich, su último partido en la capital bávara con el FC Bayern. En consonancia con la personalidad desbordante de Müller, fue una despedida XXL, llena de emoción, agradecimiento, las tradicionales Weissbierduschen (duchas de cerveza) y carcajadas, incluyendo una broma un poco oscura. También tuvo un tono sombrío. Pocas veces recuerdo que se detuviera un partido durante unos segundos para formar una guardia de honor a un jugador que abandonaba el terreno de juego.

Pero esta no era una salida cualquiera. En esos pocos segundos, "Mia San Mia" (Somos quienes somos) se convirtió en "Mia San Müller". Todos a mi alrededor se pusieron en pie para dar las gracias al hombre que, más que nadie en la historia reciente, ha llegado a personificar al FC Bayern.

Müller es el héroe local por excelencia, una Identifikationsfigur, criado en las afueras de Múnich, en la localidad de Pähl. Pero, al mismo tiempo, este futbolista maravillosamente espontáneo posee una plataforma y un atractivo casi universales.

El sábado por la tarde, en el metro, entablé conversación con dos aficionados que llevaban la camiseta especial para la ocasión, con el número 25 y el nombre de Müller estampado. Ambos, de unos 25 años, confesaron que no tenían recuerdos reales de haber visto a su querido club sin Müller, mitad creador de fútbol, mitad cómico, como pieza central de todo.

Se puede intentar analizar su legendaria carrera basándose únicamente en los números y quedar completamente impresionado. Al fin y al cabo, Müller es el Rekordspieler del Bayern, con exactamente 750 partidos en todas las competiciones y 502 en la Bundesliga. El sábado, cuando la experta puesta en escena de Manuel Neuer aseguró que fuera Müller quien levantara la codiciada Schale, fue la decimotercera vez que lo hacía, todo un récord, por supuesto.

Además, elevó a 34 el número de títulos importantes ganados con su club y su selección, igualando el récord alemán que ostentaba su excompañero en el Bayern Toni Kroos. Pero hay algo más que los datos que convierten a Müller en una leyenda. El factor humano es lo que le diferencia de otros grandes del pasado y, en un sentido muy real, todos los aficionados del Bayern sienten que conocen a Thomas Müller.

Es un hombre con un Augenzwinkern (guiño) permanente. Aunque el fútbol es un deporte lleno de presión, Müller lo ha convertido en una experiencia alegre, como cuando jugábamos de niños con nuestros mejores amigos en el parque del barrio.

Müller aún puede disputar hasta ocho partidos más con el Bayern, incluida la Copa Mundial de Clubes de la FIFA, pero, personalmente, espero que Vincent Kompany no lo alinee el sábado en Local contra el TSG Hoffenheim. Siempre deberíamos poder recordar el 10 de mayo de 2025 y decir que ese fue el momento: Müller en Múnich con la Meisterschale. Su última aparición en la Bundesliga. Drama en la última jornada en la República Federal El viaje del Bayern a Sinsheim este fin de semana le ofrece la oportunidad, como mínimo, de batir el récord del equipo en goles en una sola temporada. Sin embargo, para superar los 101 tantos de la temporada 1971-72, necesitará siete, un listón muy alto tras dos días de Meisterfeier en Ibiza.

El Hoffenheim debe estar atento, ya que si pierde por seis goles de diferencia y el Heidenheim vence al Werder Bremen por uno, el Hoffenheim caería a la plaza de play-off de descenso, lo que daría la salvación al Heidenheim. Es poco probable, pero no imposible. La mayor parte del drama de la última jornada se centrará en el capítulo final de la historia de la lucha por los puestos de la Liga de Campeones de la UEFA.

El Borussia Dortmund recibe al ya descendido Holstein Kiel, sabiendo que una victoria por dos goles en todos los escenarios plausibles le permitiría hacerse con un premio que parecía inalcanzable hace unas semanas. El Dortmund ha ganado seis de sus últimos siete partidos de liga, con la única excepción de un meritorio empate 2-2 en Múnich.

La diversión podría llegar al SC Freiburg, donde visita el Eintracht Frankfurt, tercero. El Eintracht lleva desde noviembre afianzado entre los cuatro primeros, pero una derrota en la región de Breisgau le dejaría fuera de la Champions League, si el BVB hace lo que se espera de él.

El Friburgo, que comienza la última jornada en quinta posición, nunca ha escuchado el evocador himno de la máxima competición europea de clubes en su propio estadio, pero sus perspectivas son muy reales. Es realmente notable que haya llegado a esta posición a pesar de su diferencia de goles negativa.

El equipo que quede fuera tendrá que conformarse con la UEFA Europa League, mientras que la plaza de la UEFA Conference League supondrá un Fernduell (un duelo entre dos equipos que no juegan directamente entre sí). El Mainz tiene las cartas en la mano frente al RB Leipzig, pero el primero podría tener que vencer al Bayer Leverkusen, mientras que el segundo recibe al favorito de la Copa de Alemania, el VfB Stuttgart.

La constelación de este año significa que el ganador de la final de Berlín el 24 de mayo, el Stuttgart o el Arminia Bielefeld, equipo de tercera división, competirá en la Europa League la próxima temporada. Prepárense para el caos el domingo en la 2. Bundesliga. El Hamburgo ya ha conseguido el ascenso tras siete años en la división inferior.

¿Le acompañará el FC Colonia? Un empate como local contra el sexto clasificado, el Kaiserslautern, le bastaría, pero una derrota podría significar no ascender. El Elversberg y el Paderborn, dos equipos que no están en moda, esperan para presionar en una jornada en la que todos los partidos se disputan a la vez, visitando al Schalke, decimotercero, y al Karlsruher, noveno, respectivamente.

La palabra "Zitterpartie" (un partido que te hace temblar) se utilizará con frecuencia en toda la República Federal.