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El ciclo Battaglia en Boca: envión inicial, dos títulos, rápida eliminación en la Copa, cuestionamientos y adiós

La era de Sebastián Battaglia en Boca Juniors llegó a su fin un día después de la eliminación en los octavos de final de la CONMEBOL Libertadores, en la definición por penales ante Corinthians en La Bombonera.

Battaglia asumió a mediados de agosto de 2021 y ganó dos títulos (Copa Argentina 2021 y Copa de la Liga 2022). Su ciclo finalizó con 29 victorias, 16 empates y 10 derrotas.

LA GRAN OPORTUNIDAD DE SU VIDA COMO DT
La polémica eliminación de la CONMEBOL Libertadores 2021 a manos de Atlético Mineiro, una racha de diez partidos sin victorias y casi 600 minutos sin marcar constituyeron el cóctel que determinó la salida de Miguel Ángel Russo, histórico director técnico de la institución que en su segundo ciclo había ganado la Superliga 2019/20 y la Copa Diego Armando Maradona 2020.

El reemplazante para el Consejo liderado por Riquelme estaba claro: Sebastían Battaglia, máximo ganador en la historia del Xeneize y por entonces entrenador de la Reserva del club, cumplía con todos los requisitos. Conocía al club como pocos, le veían potencial, tenía buenos antecedentes en el banco de suplentes (un corto pero auspicioso paso por Almagro y una gran performance en la Reserva) y hasta había dirigido a la Primera, cuando el plantel y el cuerpo técnico del Xeneize sufrió un contagio masivo de COVID-19 -un empate y una derrota con los pibes en julio del mismo año-.

El comienzo del ciclo Battaglia mostró a un Boca renovado y con caras nuevas: Luis Vázquez, uno de los pupilos del santafesino, le dio la victoria contra Patronato por la séptima fecha de la Liga Profesional. Con ese primer resultado positivo, y alternando buenos y no tan buenos rendimientos, el Xeneize encadenó ocho partidos sin derrotas. En ese período, venció a Platense, Rosario Central, Atlético Tucumán y Colón, en tanto empató con Racing y Defensa y Justicia. En apenas siete jornadas, Boca había pasado del vigésimo cuarto puesto al sexto. Además, en el medio, el conjunto Azul y Oro se impuso a Patronato en la tanda de penales para avanzar a las semifinales de la Copa Argentina que había empezado con Russo al lado de la línea de cal.

El primer revés del entrenador de 41 años llegó en el Estadio Monumental. El 3 de octubre, fue ampliamente superado por River y perdió tan solo 2-1 por la ineficacia del local y el descuento tardío de Carlos Zambrano. No obstante, la tempranera y controversial expulsión de Marcos Rojo por doble amonestación le otorgó al Superclásico la incógnita de cómo se podría haber desarrolado el encuentro en igualdad de condiciones. Aquel día, merced del doblete de un Julián Álvarez en estado de gracia, el Millonario llegó a la punta del campeonato y no la largó más.

EL PRIMER FESTEJO
A pesar de la clara derrota ante el rival de toda la vida, Boca enderezó el rumbo y finalizó el torneo en la cuarta ubicación. Con la mira puesta en la Copa Argentina por la instancia en la que se encontraba y el buen momento de River, Talleres y, luego, Defensa y Justicia, el Xeneize sumó seis triunfos (4-2 a Lanús, 3-0 a Huracán, 2-1 a Godoy Cruz, 3-0 a Aldosivi, 2-0 a Sarmiento y 8-1 a Central Córdoba), dos empates (0-0 vs Newell's y 1-1 vs Arsenal) y tres derrotas (0-2 vs Vélez, 0-1 vs. Gimnasia y 0-1 vs Independiente).

Justamente al término de una de sus caídas, ante Gimnasia como local, se produjo el primer cortocircuito entre Battaglia y Juan Román Riquelme. El vicepresidente 2° y responsable del Consejo de Fútbol hizo bajar del micro a todo el plantel para darles un mensaje en el vestuario.

Aunque al final resultados ajenos y la histórica goleada ante Central Córdoba acomodaron al equipo en la tabla, el flojo comienzo con Russo y algunos traspiés con Battaglia hicieron peligrar la clasificación del seis veces campeón de América a la CONMEBOL Libertadores, por lo que el objetivo era bien copero...

El 3 de noviembre, el Xeneize le ganó 1-0 a Argentinos Juniors con gol de Luis Vázquez, uno de los mejores dividendos de la era, y se metió en la final de la Copa Argentina. La victoria, aunque reñida y discutida por la gente del Bicho, que terminó caliente con el árbitro, le dio aire al entrenador cuando parecía que podía tambalear. Más tranquilo, el DT respondió con ironía: “Me voy. No vaya a ser cosa que se me metan en el vestuario...”.

Un mes después, el 8 de diciembre, no se sacó diferencias con Talleres, uno de los mejores equipos del semestre, y definió la Copa Argentina desde el punto penal. Marcos Rojo, Carlos Izquierdoz, Cristian Pavón, Agustín Sández y Eduardo Salvio convirtieron, Agustín Rossi, un especialista de la materia, le contuvo el remate a Héctor Fértoli, y Boca se consagró campeón de la competencia por cuarta vez, la primera desde 2015.

Tres días después, el club festejó por partida cuádruple: al título en la Copa Argentina se le sumaron los éxitos del plantel femenino y de la Reserva y el Día del Hincha de Boca. Esa noche, en La Bombonera, Battaglia y compañía también celebraron la clasificación a la CONMEBOL Libertadores con un aplastante 8-1 ante los santiagueños. De esta manera, el primer semestre (incompleto) del ídolo de la institución terminaba de buena manera: un título, la clasificación al certamen continental y un cuarto puesto liguero.

LUGAR PARA LOS JÓVENES Y UN CONFLICTO INTERNO
Inmediatamente, el equipo del León partió hacia Arabia Saudita para disputar la Maradona Cup, torneo amistoso que se realizó en homenaje a la difunta leyenda argentina, que pasó por ambos clubes. Contra todos los pronósticos, el elenco sudamericano superó al (alternativo e) histórico club catalán por penales (4-2), tras empatar el partido gracias al gol del Changuito Exequiel Zeballos, gran aparición contemporánea. El Xeneize parecía haber dejado atrás los momentos de zozobra que había atravesado, incluso con el santafesino al mando. A pesar de no jugar bien, los buenos resultados se mezclaban con importantes apariciones de jóvenes del club para presagiar un grato 2022.

Un aliciente para este año fue el gran mercado de pases que redondeó la dirigencia: pese a los reveses que significaron las frustradas llegadas de Facundo Farías, que se quedó en Colón, y Ángel Romero, quien llegó a Cruz Azul, entre otros, Boca incorporó a Darío Benedetto, Óscar Romero, Guillermo "Pol" Fernández, Nicolás Figal y Leandro Brey. Dos esperados regresos (Pipa y Pol), un refuerzo de alto calibre (Romero), un defensor con trayectoria para aumentar la competencia (Figal) y un joven arquero para ser la tercera alternativa (Brey) conformaron un mercado de pases muy positivo.

REAPARECIERON LAS DUDAS
El año futbolístico del Xeneize empezó con otro título amistoso
: doblegó a Colo Colo, Universidad de Chile y San Lorenzo para terminar invicto el torneo de verano que se disputó en el Estadio UNO Jorge Luis Hirschi de La Plata. Aunque se podía augurar un semestre positivo, cuestiones extrafutbolísticas se apoderaron de la agenda del entrenador, la dirigencia y el plantel. La ruptura entre el director técnico y Agustín Almendra corrió por unas semanas el foco del fútbol y dejó en evidencia, con el correr del tiempo, ciertas diferencias entre el Consejo y el cuerpo técnico.

El joven mediocampista cuestionó la autoridad de Battaglia en un entrenamiento, fue separado del primer equipo del club y hasta motivó unas explosivas declaraciones de Benedetto, uno de los referentes. Además, Alan Varela no llegó en buenas condiciones a una práctica y quedó en la mira, aunque su situación distó mucho de la de Almendra.

El inicio futbolístico de Boca no fue malo en cuanto a los resultados: empató 1-1 con Colón en una Bombonera que llamó la atención de los protagonistas por el mal estado de su campo de juego y venció 2-1 a Aldosivi en Mar del Plata y a Rosario Central en Liniers, donde hizo de local por la situación que desencadenada por las obras en el césped del Estadio Alberto J. Armando. Battaglia no encontraba el equipo y el Xeneize no jugaba bien, pero los resultados positivos disimulaban las falencias que en la dirigencia ya observaban.

Cuando estos dejaron de acompañar, nuevamente se puso en duda la continuidad del entrenador: Boca empató 2-2 en Avellaneda con Independiente, le ganó sufriendo a Central Córdoba de Rosario, equipo de la Primera C, por Copa Argentina (el 4-1 final no refleja el trámite del partido), y perdió en casa ante Huracán (0-1) por primera vez desde 2010.

No obstante, los jugadores respaldaron al director técnico cuando más lo necesitaba. Luis Advíncula marcó el único tanto en la victoria ante Estudiantes en La Plata y Sebastián Villa hizo lo propio ante River en el Monumental. Estos dos partidos resultaron ser un apoyo fundamental por los rivales y el momento que atravesaba el tres veces campeón de América y en dos ocasiones del mundo entre 2000 y 2003. Sin embargo, la bocanada de aire fue momentánea: desde entonces, Boca acumuló un triunfo, cuatro empates y una derrota.

Cuatro igualdades al hilo por la Copa de la Liga Profesional (Arsenal, Vélez, Lanús y Godoy Cruz), competencia en la que todavía no había ganado en La Bombonera (3E1P), y un dubitativo comienzo en la CONMEBOL Libertadores, torneo en el que no contó con varios jugadores por suspensión, debutó con derrota en Colombia (0-2 vs Deportivo Cali) y luego enderezó un poco el rumbo en Buenos Aires (incómodo 2-0 ante Always Ready, que jugó todo el segundo tiempo con un jugador menos), volvieron a poner a Sebastián Battaglia en la mira.

CONFIANZA Y UNA NUEVA ESTRELLA
El empate ante el Tomba, que de milagro no fue derrota sobre el final, parecía ser la gota que rebasó el vaso.
Sin embargo, el entrenador dijo tener fuerzas para seguir. Y los futbolistas lo respaldaron en la cancha: tres triunfos al hilo para finalizar en el 2° lugar del Grupo B de la Copa de la Liga, detrás de Estudiantes de La Plata.

El 2-0 ante Defensa y Justicia en cuartos, la victoria desde los 12 pasos frente a Racing en semis y el contundente 3-0 sobre Tigre en la final jugada en Córdoba le dieron el 2° título a Battaglia como entrenador y la estrella 19 en su carrera en el Xeneize.

En la CONMEBOL Libertadores, la clasificación se aseguró recién en la última jornada del Grupo E, gracias al triunfo por 1-0 sobre Deportivo Cali en La Bombonera, con gol de Alan Varela. Y el sorteo de octavos deparó que el próximo rival sea Corinthians, justamente uno de los rivales en la fase inicial.

Junio arrancó casi sin descanso. Festejo 1-0 sobre Ferro, con gol de Sebastián Villa, para meterse en octavos de la Copa Argentina y el inicio del Torneo de la Liga 2022: triunfo por 2-1 sobre Arsenal, caída por la mínima ante Central Córdoba en Santiago del Estero, goleada 5-3 contra Tigre, victoria por 3-1 ante Barracas Central y dos tropezones en La Bombonera: 1-2 con Unión y 0-3 ante Banfield.

Llegó la hora de la verdad. La obsesión de la Copa. El 0-0 en la visita a Corinthians mantuvo vivo el optimismo. Sin embargo, en la revancha no salió todo como se esperaba. Dario Benedetto falló un penal a los 27 minutos y se repitió el resultado de la ida. El Pipa volvió a desperdiciar su remate en la definición, los penales atajados por Agustín Rossi no alcanzaron y el Timao dio el golpe.

En la conferencia de prensa posterior al encuentro, el entrenador no disimuló su molestia por la falta de refuerzos. El día después comenzó con un fuerte rumor de enojo por parte del Consejo. La aclaración de los dichos por parte del DT durante la tarde no pareció ser suficiente. Por la noche, el club comunicó que Battaglia dejó su cargo.