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Matko Miljevic, de la MLS a figura del Huracán finalista

De salir por la ventana de la MLS a pararse a las puertas del título del Torneo Apertura 2025. Nacer en Miami, crecer en Argentina. Florecer en el semillero de Argentinos Juniors, jugar para las selecciones formativas de Estados Unidos y más tarde con la Sub 20 celeste y blanca, ser tentado por el seleccionado croata y debutar, finalmente, con la camiseta de Estados Unidos bajo la conducción técnica de un argentino. Esa es la historia -o apenas una parte- de Matko Miljevic, uno de los engranajes clave de Huracán que definirá la corona contra Platense, el domingo 1 de junio.

Talentoso, muy técnico, conocedor del juego y administrador de ritmos y espacios, Miljevic es un alma libre en el equipo que dirige Frank Darío Kudelka. Es creativo y desequilibrante y tiene poder de fuego: lleva cinco goles en el torneo. Un distinto.

Con ascendencia croata, nació en 2001 en Miami. Radicarse en el exterior era como mirar por el ojo de la cerradura mientras Argentina atravesaba una crisis socioeconómica que explotó precisamente el año de su llegada al mundo. Sus padres, argentinos, viajaron para que Matko naciera allí. De hecho, su mamá ya estaba embarazada.

De todos modos, la tierra tira. Y su familia volvió a casa. "Me siento más porteño que yanqui", dijo Miljevic hace años. De chico se la pasaba jugando al fútbol. Su vida de película tuvo un episodio clave: un albañil que estaba trabajando en su casa le sugirió a su papá que lo llevara al club 12 de Octubre, en Lanús. Quedó. De ahí pasó a las inferiores de Boca.

Fernando 'Bocha' Batista lo vio en un partido que Argentinos Juniors jugó contra el Xeneize e inmediatamente lo quiso para el Bicho. Les habló a sus padres, les insistió y los convenció. Matko creció en ese semillero de fama mundial en el que debutó Diego Armando Maradona. El pibe nacido en Miami también tuvo su estreno en Primera con la camiseta del equipo de la Paternal.

Pelilargo, elegante y sutil, en 2017 había sido convocado para la Sub 16 de Estados Unidos, aunque en 2018 jugó un amistoso con la Sub 20 celeste y blanca y en 2019, el año de su debut en Primera con el Bicho, disputó el tradicional torneo de L'Alcudia con la camiseta de la Selección Argentina.

Polifacético, también tuvo un hobby del que sacó enseñanzas y un bicampeonato argentino. El taekwondo le dio elasticidad muscular y le permitió templar su ánimo, sacarse alguna bronca.

Aunque había sonado en River –lo mismo que ocurre ahora, en 2025-, en 2021 fichó en CF Montreal y desembarcó en la MLS norteamericana. Si muchos van allí para vivir un fútbol más reposado, el mediocampista rodó su propia película de acción. Participó con un nombre falso en un torneo amateur de futsal: jugó, brilló y lo denunciaron. Expulsado del campeonato, volvió para alentar al equipo de un amigo y terminó a las piñas. Por ese escándalo, la MLS le rescindió el contrato. Adujeron comportamiento perjudicial para la liga y violación de su acuerdo como jugador profesional.

Fue, entonces, momento de otro regreso. En 2024 lo fichó Newell’s y, después de algunas polémicas en la Lepra, en enero de 2025 se anunció su incorporación a Huracán. No se sumó de inmediato, porque estaba en Miami, su ciudad natal, jugando un amistoso con la Selección de Estados Unidos que dirige Mauricio Pochettino: falló un penal en el amanecer del partido y se redimió con un golazo desde fuera del área en el triunfo 3-1 sobre Venezuela.

Huracán es, ahora, su lugar en el mundo. Su espacio de creación e inspiración. La luz después de tantos apagones. Si el Globo se adueña del título del Apertura, mucho tendrá que ver este pibe de 23 años que parece haber vivido muchas vidas en una.

A esta hora, Miljevic es la prueba de que, al menos a veces, para encontrarse primero hay que saber perderse.