<
>

El día que Medel le ganó el superclásico a Gallardo

Un clásico entre Boca y River en La Bombonera siempre es especial. Y lo fue el que jugaron el 25 de marzo de 2010 en la cancha del xeneize. Por la fecha 10ª del campeonato, Boca se impuso por 2 a 0 con dos tantos de Gary Medel.

Sin dudas, lo más recordado del chileno de su paso por la institución de la Ribera.

El choque se había suspendido unos días antes, debido a una lluvia torrencial que obligó al árbitro Héctor Baldassi a postergar las acciones. Apenas se habían jugado 10 minutos.

Unos días más tarde la pelota volvió a rodar. Por el lado del xeneize, frente a frente, estuvieron nada menos que dos 10 con un enorme talento: Riquelme y Gallardo. Hoy, uno es vicepresidente de Boca; el otro, tal vez, el DT más grande de la historia millonaria.

Martín Palermo y Nico Gaitán destacaban en Boca; Matías Almeyda y Oscar Ahumada vestían entre otros la de River.

El local llegaba golepado. Con una racha de siete partidos sin ganar, y tras la renuncia de Alfio Basile luego de un segundo ciclo poco feliz, el DT interino era Abel Alves.

Pese al mal momento futbolístico, el xeneize tenía a Riquelme y a Palermo en sus filas, dos referentes muy importantes. El primer gol llegó tras un gran tiro libre de Román, quien le dio un pase gol a Medel: el chileno se anticipó a la defensa y superó al arquero Vega para el 1 a 0. Iban 13 minutos.

A ese River de Leo Astrada no le sobraba nada, más allá de la calidad de Gallardo y la garra de Almeyda. Y le costó llegar al arco de Javier García. En el arranque del complemento llegaría el segundo de Medel. Una gran jugada por izquierda de Monzón, el centro (Gaitán abrió las piernas para dejar pasar el balón) y la llegada del chileno para una gran definición desde el borde del área grande.

El 2 a 0 parecía irremontable. Y lo fue. Pero había tiempo para más. No de más goles ni de grandes emociones, claro.

Medel tuvo una tarde a puro protagonismo, aunque no perfecta. Tras una discusión con Gallardo, entre insultos y cabezazos, el árbitro Baldassi lo expulsó por doble amarilla.

Pese a todo fue la tarde soñada del chileno, quien jugó con la de Boca entre 2009 y 2010 y marcó siete goles en 48 partidos. Luego llegaría el salto a Europa y la gloria con Chile. Pero antes se dio un gusto que pocos pueden tener: jugó un superclásico en la cancha de Boca, y lo ganó anotando dos tantos para quedar en la historia.