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Diego Lugano y su regreso a San Pablo en 2016 : "Mi presencia fue más importante que en el pasaje anterior"

Diego Lugano, entrevistado por ESPN, repasó su segunda etapa en San Pablo, equipo al cual regresó en 2016 y con el que se retiró en 2017. En ese primer año de su regresó volvió a pelear una Copa Libertadores, pero en el segundo le tocó luchar por la permanencia en el Brasileirao.

“Cuando yo volví en 2016, ya con un equipo más limitado (en comparación al del 2004, 2005, y 2006) llegamos nuevamente a semifinal de Libertadores. Perdimos ante Atlético Nacional de Medellín, fuimos masacrados por el arbitraje en los dos partidos”, sostuvo al recordar esa Copa Libertadores.

El exzaguero destacó el rendimiento del equipo en la Copa a pesar de no estar en un buen momento deportivo ni institucional, y dijo que eso sirve para "mostrar un poco la fuerza del club".

Al repasar esos duelos ante Atlético Nacional, habló sobre su enojo en el partido de ida disputado en Morumbí: “¿Pero no me voy a enojar? Fue un disparate”. Lugano hizo referencia en específico a la expulsión del zaguero Maicon al minuto 73 por empujar al colombiano Miguel Borja. El árbitro argentino Mauro Vigliano decidió echarlo y Atlético Nacional, campeón en esa edición, marcó dos tantos cuando ya el partido era once contra diez.

“Si ves la jugada fue totalmente impresentable una expulsión así en una semifinal de la Libertadores faltando quince minutos, compromete todo”, manifestó el ex futbolista. Incluso confesó que se comunicó con el ex árbitro uruguayo Jorge Larrionda: “Quedamos desconcertados y queríamos una explicación coherente sobre aquello, hablé por teléfono, yo lo conozco de toda la vida y sabía que estaba ahí como veedor, quería que me dijera qué pensó el juez cuando hizo aquel disparate de la expulsión”.

Tras la roja al defensa y capitán Maicon, el entrenador argentino Edgardo Bauza tenía un cambio más para realizar y en lugar de mandar a la cancha a Diego Lugano y recomponer la línea defensiva, colocó a un volante e improvisó a un futbolista en la zaga. Los dos goles visitantes terminaron marcando el error en esa elección.

Lugano recordó esa decisión: “Eligió colocar a un volante porque estaba más con el calor del partido y, ni bien terminó, antes de bajar al vestuario, me dijo ‘Diego, perdóname, la cagué’. ¿Qué vamos a hacer? el Patón es un fenómeno, un crá. Te expulsan a un zaguero, y como local querés seguir atacando sin sacrificar a un volante o un atacante y de repente improvisas con un lateral o un volante defensivo que jueguen en la zaga. A veces sale bien y a veces no”.

Lugano también hizo referencia al arbitraje de la revancha: “En Medellín también hubo otro invento parecido, no quiere decir que el equipo de Atlético Nacional no fuera igual o mejor al nuestro, pero en aquel momento nos sentimos perjudicados. Son cosas de la vida, a veces te benefician y a veces la suerte te juega en contra”.

En la ida Atlético Nacional ganó 2 a 0 y en Medellín venció 2 a 1 luego de intensas protestas paulistas por el penal que el chileno Patricio Polic le cobró al equipo colombiano luego de desestimar un penal para la visita. Después de que Borja anotara su cuarto tanto en la serie al minuto 78 transformando el penal en gol, fueron expulsados en San Pablo Wesley y Lugano.

En julio de ese 2016 quedaba trunco el sueño de la Libertadores, impensado por el contexto del club cuando Lugano llegaba a Brasil en enero. De todas maneras, el uruguayo fue recibido con mucho entusiasmo, con una trascendencia inimaginable aún para él, quien había ganado todo en su primera etapa.

“Ese recibimiento fue algo que superó cualquier tipo de expectativas, creo que nunca se vio en Brasil, ni se va a ver tampoco, fue una locura rarísima, yo todavía no entiendo. Ellos me dicen que yo no me doy cuenta lo que yo significo para el club, puede ser que no me dé cuenta”.

Lugano repasó la situación del club en el momento de su regreso: “Se había retirado Rogério Ceni y le habían un impeachment por primera vez en la historia a un presidente. Se había manchado la imagen del club con 100 años de corrección y el equipo comenzó una decadencia luego de tener una década de total supremacía”.

“Yo había prometido no volver a San Pablo porque nunca iba a poder superar lo que hice en la primera etapa ni responder las expectativas que la gente tenía conmigo. Era volver a un lugar donde gané todo, había jugado veinte clásicos en cinco años sin perder ninguno”, sostuvo Lugano, quien por el momento y por el pedido de la hinchada tricolor regresó.

“Intentamos hacer lo posible, obviamente deportivamente no fue como la primera etapa”, manifestó. A pesar de esa buena Libertadores en el primer año, en el Brasileirao los resultados no fueron positivos, terminando décimos en el 2016 y décimos terceros en el 2017, a siete puntos del descenso.

“Sin embargo, tal vez mi presencia fuera más importante que en el pasaje anterior porque ayudamos a apaciguar muchas crisis deportivas, institucionales, internas en momentos difíciles”, manifestó el uruguayo.

Entre esas situaciones, en una ocasión el zaguero debió hablar con los hinchas para tratar de calmar los ánimos: “Ellos nos fueron a buscar a nosotros. Fue complicadísimo porque el equipo estuvo a punto de descender. Seguramente si no fuera por mi participación deportiva dentro y fuera de la cancha tal vez hubiésemos descendido por primera vez en la historia. San Pablo y Flamengo son los dos únicos equipos que nunca cayeron en Brasil, tenemos ese orgullo y estuvimos cerca”.

“Entonces siento que en esa etapa como jugador fui tanto o más importante que la anterior por lo que mi presencia representaba”, sentenció Lugano, quien actualmente ocupa el rol de superintendente de Relaciones Institucionales en el club paulista.