El 31 de mayo, en Munich, se verán las caras el Inter Milán y el Paris Saint-Germain. ¿Quién alzará la Orejona?
Por primera vez en 32 años, un equipo italiano enfrentará a un cuadro francés en la final de la UEFA Champions League. Mientras que el Paris Saint-Germain tendrá apenas su segunda oportunidad de ganar el trofeo más prestigioso a nivel clubes, enfrente tendrán al Inter Milan, el último cuadro de la Serie A en ganar el torneo, enfrentando su séptima final en su historia, y tercera en los últimos quince años.
En el camino, quedaron rivales que, para muchos, eran favoritos para llegar a la final: Liverpool y Arsenal fueron derrocados por los parisinos, mientras que el Bayern Munich y Barcelona quedaron fuera gracias a los Nerazzurri. Ahora, comienza la cuenta abajo para uno de los días más anticipados del calendario futbolístico año tras año.
Luego del dominio alternado del Real Madrid y Manchester City (la final del 2025 será la primera vez desde el 2020 en la que ningún equipo aparece), la frescura que supone una final entre estos dos clubes permitirá soñar a dos de las aficiones con mayor historia y apoyo en Europa y el mundo.
Los primeros momios de cara al partido dan por favorito al Paris Saint-Germain, aunque la experiencia reciente del Inter y su calidad en general no se debe descartar.
¿Qué deberán tomar en cuenta ambos equipos para buscar superar a su rival? Estos son tres puntos para analizarse de cara a la final de la UEFA Champions League:
¿Ofensiva de Inter o defensiva del PSG?
La final en Munich se antoja como una presentación pura de agua y aceite. El Inter, fiel al estilo explosivo de Simone Inzaghi, ha llegado a la final reventando la portería de sus rivales, mientras que PSG navegó a tres equipos de la Premier League mayormente secando a los delanteros rivales.
Del lado italiano, Inter suma seis partidos consecutivos –toda la fase de eliminación directa– anotando dos goles o más. También suman cinco partidos consecutivos concediendo al menos un gol, situación que corre en contracorriente al futbol italiano tradicional y al catenaccio que en algún momento hizo famoso Helenio Herrera al frente de este mismísimo Inter Milan.
El Inter actual depende de la verticalidad por las bandas que representa el sistema 3-5-2 de su técnico Simone Inzaghi, mismo que presenta a dos laterales que suelen atacar constantemente. En la serie ante el Barcelona, el neerlandés Denzel Dumfries, utilizado por la banda derecha, marcó dos goles en la ida y asistió dos más en la vuelta, cumpliendo a la perfección la intención esquemática de su técnico.
Por su parte, PSG secó a Arsenal en la semifinal, permitiendo un gol en 180 minutos al cuadro londinense, y en un momento del partido de vuelta cuando estaba prácticamente garantizado el triunfo francés. Dos rondas atrás, la sobria defensa parisina permitió, de igual forma, apenas un gol al Liverpool en dos partidos, eliminándolos desde la vía de los penales.
Salvo la remontada que intentó el Aston Villa en cuartos de final, en la que anotaron los ingleses tres goles en 23 minutos durante la vuelta, el equipo de Luis Enrique se ha visto sumamente capacitado para aguantar los embates rivales. La zaga conformada por Marquinhos y Willian Pacho, junto al arquero Gianluigi Donnarumma, han frustrado a varios delanteros contrarios.
En Múnich, solamente un estilo saldrá avante. ¿Será la explosividad del Inter, o la muralla del PSG?
Laurato y Dembelé, a alejar fantasmas
En sus últimos cinco partidos de UEFA Champions League, Lautaro Martínez ha anotado cuatro goles para un Inter que ha dependido mayormente del ariete argentino para llegar a esta instancia. Aún cuando los equipos rivales esperan que el ex Racing Club sea el foco del ataque, la flexibilidad y profundidad del Inter al frente termina por otorgarle al menos una oportunidad clara de gol.
Previo a esta Champions, Martínez había sido una figura inconsistente con el Inter en torneos internacionales. En 2020, cuando el club llegó a la final de la Europa League, hizo apenas dos goles. En la final, ante el Sevilla, no generó ni un disparo a gol. Tres años después en la final de Champions ante el Manchester City, Martínez intentó dos veces ante el marco, sin mojar. En todo el torneo, anotó tres goles.
Similarmente, Ousmane Dembélé suma dos goles y dos asistencias en sus últimos cinco duelos de Champions, y carga consigo una deuda histórica en el torneo, ya que llega por primera vez a una instancia de final pese a disputar ediciones de la competencia con el Borussia Dortmund y Barcelona previamente.
La temporada pasada, Dembélé fue frustrado en semifinales por su ex equipo, el Dortmund, sin poder anotar en dos partidos ante los alemanes ante una agria eliminación. En la 2018-19, Dembélé vio apenas un minuto de cancha para el Barcelona ante el Liverpool, en una eliminación dolorosa que vio a los Reds remontar un 3-0 en la ida con una goleada de 4-0 en Anfield. A la postre, los ingleses pasarían a quedar campeones en lo que significó la última gran oportunidad para Barcelona de ganar la Orejona mientras tenían a Lionel Messi en el plantel.
La final de la Champions verá a estos dos grandes delanteros buscar romper la barrera que este torneo les ha impuesto. Para ganar, es casi seguro que cualquiera de estos dos se tendrá que poner el equipo a sus espaldas. ¿Quién será?
Luis Enrique vs Inzaghi, la batalla en la banca
En su primera temporada con el Barcelona, la 2014-15, Luis Enrique recapturó la emoción de los culés al ganar el triplete con la ‘MSN’ de Messi, Luis Suárez y Neymar como tridente ofensivo. Pese a que Luis Enrique pasaría a conquistar La Liga dos veces más, así como la Copa del Rey, la Champions se le negó en el resto de su paso por Barcelona.
Luego de un difícil paso con la selección de España, el técnico español fue el siguiente en una larga lista de técnicos buscando la tierra prometida de ganar la Champions League con el PSG. Sin Messi, sin Neymar y posteriormente –sin Mbappé-, Luis Enrique ha logrado casi replicar aquella primera temporada en el Barcelona con este equipo parisino. En 2024-25, ganó la Liga, la Copa y está en la final de la Champions.
Con su 4-3-3 agresivo que le caracteriza, el equilibrio ya mencionado entre defensa y ataque, así como un manejo de partido supremo en la competencia, Luis Enrique busca lo que sería, muy probablemente, su momento cumbre como técnico. Al llevar un equipo que ha invertido literalmente miles de millones de euros para ser campeón de la Champions, y hacerlo sin las figuras más rimbombantes que ha fichado el club en los últimos años, dejaría un legado difícil de alcanzar en el Parc des Princes.
Del otro lado, “el demonio de Piacenza”, Simone Inzaghi, busca también su redención a nivel europeo. Pese a ser muy infravalorado hace dos años en esta misma instancia, su Inter le dio muchísima pelea a Pep Guardiola y al Manchester City, obrando una derrota digna pero dolorosa en aquella final.
Empezando con la Lazio, Inzaghi desarrolló reputación de matagigantes, venciendo a la Juventus en dos finales, antes de pasarse a uno de los equipos más laureados del continente en el Inter. Ahí, ha dominado tanto la Serie A, la Coppa Italia y la Supercoppa Italiana con seis trofeos.
Ganar la Champions significaría para Inzaghi no solamente la confirmación de su dominio sobre el futbol italiano, sino ponerlo en el radar de otros clubes importantes en Europa a corto plazo, o de la misma selección de Italia a partir del próximo año. Además, lo convertiría en el primer técnico italiano en ganar la Orejona con un club del mismo país desde que lo hizo Carlo Ancelotti con el AC Milan en 2007.
Por esto y más, la final en Múnich no es simplemente un duelo inédito, o una interrupción de dominio de otros clubes en la era actual, es la construcción de dos planteles con mucha calidad tanto dentro y fuera de la cancha, y una oportunidad para un duelo que, sin importar el resultado, otorgará historia pura en su resultado.