Bayer Leverkusen empató 2-2 ante Copenhague en Dinamarca por la primera fecha de la fase liga de la UEFA Champions League 2025-2026. Equi Fernández partió como titular en el debut del conjunto alemán en esta edición de la máxima competición europea a nivel clubes. Del lado de enfrente, hizo lo propio el lateral peruano Marcos López. Claudio Echeverri ingresó sobre el final y cambió el partido.
El partido comenzó con un local intentando dominar, sin desprotegerse en el fondo, pero buscando ser el dueño del balón. Con esa tentencia logró el espacio para abrir rápidamente el marcador a los nueve minutos. Jordan Larsson anticipó a todos y remató de derecha luego de un centro de Mohamed Achouri que llegó desde la izquierda.
Como era de esperar, Copenhague retrocedió algunos metros luego de conseguir la ventaja. Por decisión propia o por empuje de la visita, el dueño de casa optó por esperar un poco más antrás e intentar salir rápido de contra con sus dos delanteros.
Con una concentración extrema por la jerarquía del rival, el local encontró tranquilidad durante la primera media hora de juego y al Leverkusen se le hizo difícil generar peligro. Algo que sí consiguió el conjunto danés en más de un contragolpe.
Solo seis minutos después del comienzo de la segunda parte llegó un doble cambio en el equipo alemán. El DT, Kasper Hjulmand, movió el banco intentando cambiar el rumbo de un partido que se le seguía haciendo cuesta arriba.
Después de algunos contragolpes peligrosos de Copenhague, siguieron las sustituciones en la visita y a los 22' del ST fue el turno del Diablito Echeverri. El argentino ingresó para darle algo de movilidad al ataque, que no podía con un rival cada vez más replegado.
Cuando el fútbol no aparece, la pelota parada puede ser una gran aliada. Y esto le pasó a Bayer Leverkusen. Alejandro Grimaldo se hizo cargo de un tiro libre frontal, sacó un disparo potente con el empeine y clavó el balón en el ángulo.
Cinco minutos duró la alegría para la visita. Rodrigo Huescas llegó hasta el fondo y tiró un centro perfecto para la aparición de Robert, que con un frentazo volvió a poner arriba a Copenhague.
Cuando iban ya 92' y Leverkusen era puras ganas y desprolijidad, el Diablito Echeverri luchó ante dos marcas, se llevó la pelota como pudo dentro del área, tiró un centro bajo y la pelota se desvió en Hatzidiakos para que el encuentro se ponga 2-2. El exRiver no había tenido un gran ingreso, pero supo mostrar la actitud necesaria para una situación así de desfavorable y tuvo su premio.
