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¿La victoria de Barcelona demuestra que vivimos en una realidad virtual?

La improbable victoria del Barcelona sobre el PSG, remontando cuatro goles, anotando tres tantos cuando el partido agonizaba, entra en los momentos más extraños, increíbles, irreales e incluso bizarros que nos ha regalado el deporte en los últimos meses.

Desde el regreso de Cavs ante Warriors, pasando por el gol agónico de Tigres para llevar la Final del Apertura 2016 a penaltis y derrotar en esta instancia al América, una Serie Mundial entre Cubs-Indians definida en un séptimo juego para la historia (que incluyó una suspensión por lluvia), hasta la remontada histórica de Patriots contra Atlanta, en un partido que parecía sentenciado en el último cuarto, son momentos, que por inverosímiles, tal vez no se habían vivido en décadas, mucho menos en un periodo tan corto de tiempo.

El deporte no ha sido el único ámbito donde se han dado eventos inexplicables. La victoria de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos, el ‘sí’ al Brexit en el Reino Unido y el ‘no a la paz’ en Colombia, rompieron las encuestas previas al respecto, y son otra prueba de este mundo de lo absurdo. A partir de esto, un artículo publicado por Adam Gopnik en el periódico ‘The New Yorker’ retoma una tesis que suena tan ridícula como todos los acontecimientos: ¿vivimos en una simulación del ‘mundo real’? ¿Sólo somos parte de una ‘Matrix’?

En la nota titulada ‘Did the Oscars just prove that we are living in a computer simulation?’ se habla de cómo lo ocurrido en la entrega del Oscar, con ‘La La Land’, que fue por unos segundos la mejor película del planeta, ya que las tarjetas del evento se habían mezclado, y el verdadero honor era para ‘Moonlight’, y en medio de la sorpresa de los asistentes se le entregaba una estatuilla ‘arrebatada’, se puede hablar de vivir una realidad simulada: Sólo se trataba de otro error irreal, impensable.

La teoría de que estamos en una simulación, se ha debatido ampliamente en el Museo de Historia Natural de los Estados Unidos, y se llegó a la conclusión, según explica el artículo del ‘New Yorker’ es que “las probabilidades de que el nuestro es un universo simulado son abrumadoras”.

Basado en esta idea, al vivir en una ‘matrix’ se harían fallos intencionales, no sólo uno, si no muchos, para saber cómo afectarían ‘a la realidad’. El programa corre normal, pero entonces, alguien en el entorno real ha empezado a jugar con los resultados del deporte, moviendo botones para conseguir resultados absurdos (en serio, ¡Leicester City campeón de la Premier!). Se trata de una serie de pruebas, para ver cómo se reacciona, en todos los ámbitos, ante situaciones ridículas.

La idea no es nueva. En 2003, según explica Clara Mosowitz en la web ‘Scientific American’, Nick Bostrum, en la Universidad de Oxford, quien sugirió que “miembros de una civilización avanzada con enorme poder de computación podrían decidir ejecutar simulaciones de sus antepasados. Probablemente tendrían la capacidad de ejecutar muchas, muchas de estas simulaciones, hasta el punto en que la gran mayoría de las mentes serían realmente artificiales dentro de tales simulaciones, en lugar de las mentes ancestrales originales. Así que las estadísticas simples sugieren que es mucho más probable que estemos entre los mundos simulados"

¿Lo que vimos en Camp Nou fue un videojuego? ¿Algún fanático empedernido de los Cubs decidió acabar en su consola con la maldición de la cabra? ¿Un ‘travieso’ quitó a La Volpe su segundo título en México? No se puede probar, así que sólo nos queda disfrutar y emocionarnos con estos hermosos regalos que nos da el deporte en nuestro mundo... sea el ‘real’ o una simulación.