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El Tottenham no pudo contra la tradición

Aunque quisieron, a los Spurs no les alcanzó en la final contra de la UCL contra el Liverpool. Getty Images

La historia la escriben los campeones y nadie, con el paso de los días, recuerda al derrotado. El final de la temporada muestra la euforia del Liverpool y las lágrimas del Tottenham, que no pudo contra la tradición que condenó a los cinco últimos debutantes en una final y también arrastró a los Spurs en el Wanda Metropolitano.

Quiso pero no pudo el Tottenham ante un afortunado rival que le batió sin que (Mohamed Salah escribió su nombre en la historia de las Finales) llegase a tocar el balón, apartando de la escena una temporada magnífica, peleada contra todo y solamente derrumbada en la última y definitiva etapa. Cuando solo puede quedar el campeón.

Mauricio Pochettino no perdió la compostura ni al principio ni al final. Lamentó de entrada un penalti confuso que rompió los esquemas que, se supone, tenía previstos y cuando el árbitro señaló la conclusión de la final felicitó (Liverpool conquista en Madrid su sexto título de Champions League) a Klopp y a todos cuantos jugadores del Liverpool se cruzaron en su camino mientras buscaba a los suyos para darles un consuelo imposible.

Lloró, desconsolado, Erikssen y no ahorró lágrimas Danny Rose. Kane miraba a ningún lado y Sissoko, cojo y roto por dentro, mostraba la pena del derrotado mientras sus compañeros, con el incansable Son a la cabeza, agradecían el apoyo de su hinchada. Debutante y derrotado. Pero orgulloso.

El Tottenham, el único grande de la Champions que no invirtió ni un dólar en el mercado de fichajes esta temporada, pagó el peaje del debutante, lo mismo que ocurrió a los cinco equipos precedentes (Debutantes en la final de la Copa de Europa) que se presentaron por primera vez en una final de Champions y pagaron esa inexperiencia.

Le ocurrió al Chelsea en 2008, derrotado en la tanda de penalties por el Manchester United, lo sufrió en 2006 el Arsenal en París, derrumbado por la remontada del Barcelona y en 2004 el Mónaco, goleado en Gelsenkirchen por el Porto. En 2002 al Bayer Leverkusen le derrumbaron las paradas de Casillas y el obús de Zidane, mientras que en 2000 el Valencia pagó la inexperiencia con otra goleada a manos del Madrid. Los Spurs no fueron distintos.

Desde que se creó la Champions League, en 1992, solo un novato triunfó en su presentación: fue el Borussia Dortmund en 1997, venciendo en Múnich a la Juventus, que era la campeona en aquel momento, y para suceder al Estrella Roja, que lo había logrado en 1991 o al PSV Eindhoven, campeón también en su única final, en 1988. En 1987 ganó su primera final el Porto, en 1986 el Steaua de Bucarest y en 1979 el Nottingham Forest, el campeón más legendario, probablemente, si se atiende a que en dos años pasó de jugar en Segunda División a conquistar la corona europea.

Al Tottenham, sumándose al grupo de derrotados en su primera final, nadie, sin embargo, podrá restarle mérito alguno. El que disfrutó en unos cuartos de final históricos en que eliminó al Manchester City y una semifinal en la que remontó un 2-0 imposible al Ajax en Amsterdam.

Le faltó, quizá, ofrecer su rabia definitiva unos minutos antes. Cuando ya se fue con todo a por el empate no le alcanzó a los de Pochettino, frenados por la fortuna, por Alisson y por la historia…