<
>

El Barcelona se para frente al Muro amarillo

DORTMUND -- De Anfield al Westfalenstadion (llamado oficialmente Signal Iduna Park por cuestión de patrocinio), el FC Barcelona regresará este martes a la Champions recordando aún el infierno vivido en Liverpool y preparado para superar el que le espera en Dortmund.

En Inglaterra padeció un ambiente que el propio Messi calificó de “excepcional” por parte de los hinchas reds, verdadero jugador número 12 que empujó a los de Klopp a una remontada histórica, y en Alemania, se tiene conciencia, volverá a encontrar un ambiente ensordecedor.

La del Borussia Dortmund fue galardonada en 2016 con el premio a la mejor afición junto, precisamente, a la del Liverpool, y ya vive este estreno de la máxima competición continental con una pasión que se respira en toda la ciudad, confiando en enterrar la decepción que para el equipo de Lucien Favre significó su eliminación a manos del Tottenham en los octavos de final de la pasada temporada.

“El túnel que lleva a los jugadores del vestuario al campo tiene exactamente dos metros de altura y, al salir, es como haber nacido. El lugar explota, miras a tu izquierda y parece que hay 150.000 personas en la grada. Es una auténtica locura”, explicó Jürgen Klopp al referirse al ambiente que encuentran los futbolistas al acceder al césped, intentando dar a entender qué es y qué significa el Westfalenstadion.

Salir y mirar a la izquierda. Allí se levanta la famosa ‘Gelbe Wand’ de la ‘Südtribüne’, el ‘Muro Amarillo’ más famoso del fútbol mundial y la pasión de cuyos 25,000 aficionados contagia al resto del estadio para convertirlo, afirman quienes lo han disfrutado o sufrido, en una experiencia única e inolvidable. “Me habían hablado de ello y lo había visto por televisión pero en persona supera todo lo imaginable” relató Paco Alcácer, uno de los nuevos héroes de la hinchada local y para quien conocer ese muro amarillo significó un descubrimiento que superó todas las expectativas.

Tras la portería del sur del estadio se levanta una inmensa pared casi vertical ocupada por los hinchas más ruidosos del Borussia que a mediados de la década de los 90 del pasado siglo comenzó a ganarse una especial significación entre todas las aficiones de Alemania. Con el amarillo y el negro como colores no solo predominantes sino únicos, la conquista de la Bundesliga en 1996 provocó su ampliación hasta esas 25,000 localidades de pie, que por normativa UEFA serán asientos que, por supuesto, no serán ocupados.

“No empujan al equipo, lo hacen volar”, resumió en su día Mario Götze, mientras celebraba el último título de la Bundesliga logrado por el equipo de Dortmund en 2012, entregado a la fiesta compartida entre los futbolistas y sus aficionados. “Es una comunión que no he visto en otro lugar”, convino Klopp antes de descubrir que en Liverpool, en Anfield, disfrutaría de una comunión similar con The Klopp.

El Barça, hace cinco meses, sufrió en primera persona un ambiente que se reconoció histórico. Esta martes, en Dortmund, descubrirá que la grada sur del Westfalenstadion tiene vida propia.

Willkommen an der Wand. Bienvenidos al Muro.