Fútbol Americano
Graham Hunter | ESPN FC 4y

Con el eje de sus campañas en la Champions, Guardiola y Zidane dejan de lado su admiración mutua

El tono de la previa del encuentro entre Real Madrid y Manchester City este miércoles en el Santiago Bernabéu se marcó la semana pasada. Cuando los hinchas de Atlético de Madrid arengaron a su equipo de cara a la visita de Liverpool al Wanda Metropolitano, manifestando su amor y su deseo de victoria en medio de una vasta nube de humo rojo procedente de decenas de bengalas incandescentes, puedes estar seguro de que los hinchas de Madrid tomaron nota y se dijeron: "¡Vamos a hacerlo mejor la semana que viene!"

Por lo general, el ambiente previo a los partidos de los blancos en su hogar ancestral es gentil. El Bernabéu se encuentra en una zona acomodada de la capital española; los bares, cafés y restaurantes son bastante elegantes y el estadio se convierte en hogar temporario de una increíble combinación de familias; suelen juntarse tres generaciones para ver un mismo partido, se ven hinchas adinerados y elegantes, cientos de turistas... y los ultras de Madrid.

Pero luego viene una importante cita nocturna, como ésta. Y en particular, una en la que el rival está dirigido por alguien a quien el Bernabéu teme y detesta en igual medida: Pep Guardiola.

Cuando el autobús que transporte a Zinedine Zidane y compañía transite por la Avenida Concha de Espina, que limita con el lado sur del estadio, hacia la entrada de jugadores por la calle Padre Damián, lo hará a paso de hombre. Estará rodeado por miles de hinchas rabiosos, ruidosos y leales blandiendo bengalas, que no sólo exhortarán el triunfo sobre el advenedizo conjunto de City, sino que exigirán un esfuerzo implacable de cada hombre a bordo del vehículo. No es algo negociable.

Más, mucho más que el ambiente del estadio, estos momentos mágicos, locos e inspiradores en la carrera de cualquier jugador pueden inyectar un núcleo de adrenalina y determinación de acero que bien podría inclinar la balanza de competidor a ganador.

En el alcázar de los blancos, espero que la cacofonía de ruido --una mezcla de rebeldía y exigencia-- llegue al nivel de aquella noche que quedó grabada en mi memoria. El martes 8 de abril de 2003, cuando Madrid destrozó a Manchester United y ganó 3-1. Todo el mundo parecía haber perdido la cabeza, o al menos sus inhibiciones, esa noche -- los niños, los turistas, la gente mayor... Todos saltaron como locos durante toda la noche. El rugido y los saltos literalmente sacudieron al Bernabéu hasta sus cimientos. Fue algo verdaderamente increíble.

El estadio está siendo reconstruido y modernizado en este momento. Ciertas áreas ya están restringidas; las obras en esta magnífica bestia de estadio están muy avanzadas, pero aún queda mucho por hacer antes de que el exterior del estadio de Madrid adquiera el aspecto de un gigantesco router de Wi-Fi, y su interior quede completamente cubierto por un techo.

Es una obra en desarrollo, una metáfora perfecta para el equipo de Madrid. Ellos también tienen grandes planes para el futuro, pero algunos cables están pelados, los cimientos no están completos y faltan inspecciones.

Cuando Zidane se formaba como entrenador, no tuvo dudas de a quién tenía que visitar, y de quién debería aprender. Guardiola, entrenador de Bayern Munich en aquel entonces.

El francés describió a su colega catalán como "una inspiración" y lideró una delegación de entrenadores de la Federación Francesa de Fútbol que fue a estudiar en el centro de entrenamiento Sabener Strasse de Bayern. Allí pudo conocer bien, por primera vez, al hombre que había dedicado un capítulo entero de su autobiografía publicada en 2001 a la calidad de Zidane como jugador. La visita de estudio ocurrió en marzo de 2015. Guardiola no ganó la Champions League trabajando en Baviera, vencido en tres semifinales, siempre por equipos españoles.

Pero apenas 15 meses más tarde, Zidane había ganado la Champions League como entrenador de Madrid. Y luego defendió el título dos años seguidos. El hombre que fue aprendiz en Sabener Strasse hace apenas cinco años hoy es el único hombre que ha ganado tres títulos consecutivos de Champions League, y si cuentas su medalla como asistente de Carlo Ancelotti en 2014, ha conseguido el doble de títulos que Guardiola.

City llega a esta prueba muy concentrado y motivado. Su sueño de un triplete de títulos de Premier League ha sido obliterado por los Terminators de Liverpool, y ahora la UEFA le impuso una suspensión de dos años en el campeonato. Hablemos de motivación para ganar.

Madrid, por su parte, de pronto se ha convertido en un conjunto vulnerable. Fue humillado de local en la Copa del Rey, perdió el liderato de la liga por ocho días luego de perder cinco puntos en dos partidos, y hace semanas que no está del todo afilado adelante o mezquino atrás.

En este momento, Zidane no se ve brutalmente debilitado por lesiones, pero Eden Hazard fue el cerrajero que pudo abrir las defensas de Fort Knox. La horrible lesión que el belga sufrió en el tobillo, significa que la sutileza ya no es una opción -- Madrid va a tener que dinamitar su camino hacia la fama y la fortuna.

El mejor 11 titular disponible para Madrid es: Thibaut Courtois; Dani Carvajal, Raphael Varane, Sergio Ramos, Ferland Mendy; Luka Modric, Casemiro, Federico Valverde, Toni Kroos; Karim Benzema y Vinicius Jr. Sin dudas, su XI titular más aventurero serían los mismos cinco defensores más Kroos, Casemiro y Valverde, con Vinicius y Benzema además de Gareth Bale o Isco en una formación 4-3-3.

Y lo cierto es que Isco tiene intereses en este partido. Cuando Zidane reprendió a Florentino Pérez, como director de fútbol de Madrid en vez de entrenador, y prácticamente le ordenó al presidente de Madrid que firmara a Isco, City ya tenía planeado el vuelo, la bienvenida y las camisetas. Manuel Pellegrini era el entrenador, City estaba convencido de que se iba a beneficiar de la liquidación de Málaga, pero el gran aprecio que Zidane sentía por el mago andaluz cortó lo anterior de raíz.

Con casi 300 partidos, 15 trofeos y mucha magia dentro de la cancha alrededor de Europa, Isco ha sabido recompensar esa fe. Pero cada vez que su lugar en el club estuvo en juego y Pérez intentó venderlo, Guardiola ha dejado en claro que City ya no está interesado. Isco retiene la pelota, gira y amaga más que el estilo de Guardiola de pase, movida, pase, movida, anotación. ¿Eso será suficiente como para convencer a Zidane de que Isco debería abrir en lugar de Modric o Bale con la misión de demostrarle a City y a su entrenador catalán lo que es capaz de hacer?

En cuanto a Guardiola, ¿qué significa darle otro vistazo al Bernabéu? Es un lugar que, en sus primeros años, produjo nada más que decepción y horror para él. Cuando tenía 20, y ya era una figura en el mediocampo de Barcelona, sólo pudo ver al Blaugrana ganar el título dos veces -- Madrid 11 veces. Durante esas dos décadas en sus comienzos, Barça sólo ganó cuatro veces en el Bernabéu.

El debut de Guardiola con Real Madrid fue en octubre de 1991, y ese partido terminó en un empate 1-1 que contó con muchas caras asociadas a este enfrentamiento 29 años más tarde, el delegado del primer equipo de Madrid, Chendo, fue zaguero ese día. El director de relaciones institucionales de Los Blancos, Emilio Butragueno, estuvo en el frente del equipo de Raddy Antic. Luis Enrique, el entrenador español que estará en la grada principal, estaba en la banca de Madrid. El lateral de Barcelona esa noche, Txiki Begiristain, es el director de fútbol de City.

Guardiola y Zidane siempre han seguido caminos diferentes.

Como futbolistas, el catalán fue un jugador de sistema mientras que Zidane siempre fue individualista. Nunca se enfrentaron en un Clásico, ya que el anterior dejó España casi al mismo tiempo que Zidane finalmente siguió el consejo de Guardiola de jugar en La Liga. Una vez, con sus respectivos clubes, se enfrentaron en el Bernabéu, pero Guardiola usaba la camiseta roja y dorada de AS Roma. Durante 24 minutos, después de que entró en el descanso y antes de que el No. 5 de Madrid saliera en el minuto 70 de una paliza por 3-0 sobre el equipo de la Serie A de Fabio Capello, el catalán intentó detener el avance de este fenómeno del fútbol francés que él tanto admira.

Como entrenadores, sus trayectorias también han sido divergentes.

Guardiola, una vez más, es el hombre con un plan: sistemático, el fútbol de Johan Cruyff en el que nada es más importante que la posesión de la pelota, usarla de manera estratégica y luego imponer su superioridad. Zidane no es ningún improvisado, pero es alguien cuya habilidad para inspirar a sus hombres en los entrenamientos, para sacar lo mejor que tienen - porque él ya ha estado allí y sabe cómo hacerlos reaccionar - para hacer que rindan al máximo, se ha convertido en su marca registrada.

¿Cuál será el estilo que ganará aquí? ¿Tendrá influencia el hecho de que para City este partido es todo y que además enfrentará a un rival que es una obra en progreso? ¿Todo o nada versus toda la cancha?

¿Madrid podrá dejar de lado su repentina vulnerabilidad e imponerse, aunque sea 1-0 como la última vez que Guardiola llevó a su equipo (Bayern) a este icónico estadio europeo en abril de 2014?

Por favor, prométame que mirarán la Parte I de este magnífico enfrentamiento en el que hay tanto en juego. Sin mencionar a dos de los más grandes hombres del fútbol moderno batallando cabeza a cabeza por primera vez como entrenadores.

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