BARCELONA -- El Barcelona afronta este sábado el sexto partido a puerta cerrada en el Camp Nou, último de la temporada oficial como local aferrado al aporte decisivo de Lionel Messi en los juegos de vuelta de la Champions League. Ocho meses después de derrotar al Borussia Dortmund en el, hasta hoy, último encuentro de una Champions, que en pleno mes de agosto se ha convertido en una obsesión para el club, necesitado de conquistar el título tanto por lo que significa en sí mismo como por evitar acabar el curso en blanco por primera vez en doce años. Lo hace el equipo azulgrana, frente al Napoli, bajo el liderazgo de Lionel Messi, el capitán que proclamó primero sus dudas respecto a las opciones del equipo en Europa y sus certezas después respecto al ánimo de la plantilla en este momento definitivo. El jugador, por encima de todo y de todos, en quien se soportan las esperanzas del Barça por superar los octavos de final, algo que ha conseguido consecutivamente desde su última eliminación en 2007. Messi es el mayor seguro de vida para el equipo azulgrana en los octavos de final... Y más aún en el partido de vuelta de esta ronda en el Camp Nou, sumando 19 goles en los 12 partidos disputados desde 2008, de los que solo se quedó sin marcar en las victorias (1-0) sobre Celtic de la temporada 2007-08 y Manchester City en la 2014-15. Inolvidable su repoker de goles en 2012 al Leverkusen, Leo anotó dobletes en 2010 al Stuttgart, 2011 al Arsenal, 2018 al Chelsea y 2019 al Olympique de Lyon, viendo puerta igualmente en 2009 frente al mismo equipo galo, en 2014 contra el City, en 2016 ante el Arsenal y en 2017, en la histórica remontada (6-1) al PSG. Es el capitán el factor principal sobre el que se sostienen las esperanzas del Barcelona... Pero no el único. Apartando del plano todas las vicisitudes, polémicas y contratiempos que han convertido este curso en auténticamente especial, el equipo azulgrana precisa de dar su mejor imagen para superar a un Napoli que participa por cuarta temporada consecutiva en la Champions y que nunca superó los octavos de final, ni en la gloriosa etapa de Maradona.
Con Manolas, nombre de infausto recuerdo desde la debacle de Roma, recuperado y la duda de Insigne que se mantendrá hasta el último momento, el equipo dirigido por ‘Rino’ Gattuso sabe de la necesidad de marcar al menos un gol para tener opciones de pasar a los cuartos de final y persigue una victoria que ningún equipo europeo ha logrado en el Camp Nou desde 2013... Y que solo lograron cuatro clubes italianos, en 30 visitas, en toda la historia, siendo la Juventus, 1-2 en 2003, la última en conseguirlo. Datos tan fríos como será el ambiente de un Camp Nou vacío para decir adiós a la temporada con un partido sin vuelta atrás. Un partido que, sin duda marcará el futuro inmediato del Barça a todos los niveles y en el que, más allá del juego, el resultado será providencial. Y es por ello que la presencia de Messi, el eterno líder y salvador, se entiende tan vital. Sin los sancionados Busquets y Vidal, sin el huído Arthur, sin Ousmane Dembele, que no alcanzó con su recuperación y se espera de vuelta en Lisboa y sin Martin Braithwaite, no inscrito para el torneo, Setién citó a 22 jugadores, con la presencia de Monchu, Mingueza, Konrad, Jandro y Reis como representantes del filial, además de los habituales Ricard Puig, Ansu Fati, Peña y Ronald Araujo, quien recibió junto a Antoine Griezmann y Clement Lenglet el alta médica aunque su participación se estima muy improbable. Y con un once que, atendiendo al discurso del entrenador, puede no ofrecer apenas sorpresas, siendo el momento determinado para los cracks, los obligados a acompañar a Messi en el reto de Lisboa.
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