La palabra trae consigo una superstición argentina que surgió durante el período en que Carlos Salvador Bilardo era el técnico de Estudiantes de La Plata
El segundo gol de Haaland en el partido de vuelta por los octavos de final de Champions League entre Borussia Dortmund y Sevilla estuvo rodeado de curiosidades y una provocación entre el delantero y el portero del conjunto andaluz, Bono. En una entrevista, el noruego dijo que no sabía qué significaba lo que le había dicho el arquero, solo repitió lo que escuchó.
Tras el partido, al prestar más atención al audio proveniente del campo, quedó claro que el arquero le gritó al atacante la palabra 'Kiricocho' antes del penal que le detuvo a Haaland.
Erling Haaland got a yellow card for taunting the Sevilla keeper after scoring a penalty against him 😤 pic.twitter.com/fValNoRgXB
— ESPN FC (@ESPNFC) March 9, 2021
La palabra trae consigo una superstición argentina que surgió durante el período en que Carlos Salvador Bilardo era el técnico de Estudiantes de La Plata.
'Kiricocho' era un hincha del club al que le gustaba ir a los entrenamientos. Pero cada vez que aparecía, un jugador del equipo se lesionaba. Como Bilardo era supersticioso, pidió hablar con el aficionado en cuanto se enteró de la noticia.
Si bien todos pensaban que el entrenador regañaría al aficionado, decidió contratarlo para usar la superstición a su favor. A partir de ahí, 'Kiricocho' empezó a saludar a los equipos rivales de Estudiantes.
A lo largo de esa temporada, el equipo de La Plata fue campeón y perdió solo un juego contra Boca Juniors. Curiosamente, ese fue el único partido en el que el aficionado no pudo saludar al equipo contrario.
Cuando se mudó a España para entrenar al Sevilla, Bilardo no llevó a 'Kiricocho' a trabajar con él, pero notó que su mística lo acompañaba, habiendo notado que alguien susurraba el nombre del aficionado cercano a él cuando se lanzaba un penalti para el equipo adversario.
Diego Simeone y Maradona le confesaron al técnico argentino que habían contado la historia unas cuantas veces y los compañeros aprendieron la superstición, la cual se ha convertido en una tradición para algunos deportistas desde hace muchos años.