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Ceferin, Champions League y Florentino Pérez: ganadores y perdedores en la saga de la Superliga

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¿Real Madrid sufrirá represalias en las semis de Champions? (2:05)

Faitelson y Joserra analizan si el movimiento de creación de la Superliga, organizado por Florentino Pérez, le afectará al Real Madrid, en la UEFA Champions League. (2:05)

Una semana después que 12 clubes rebeldes de la Premier League, La Liga de España y Serie A, intentaron y fracasaron en su proyecto de lanzar una Superliga europea, el mundo del fútbol sigue lidiando con las consecuencias de un momento trascendental en la historia moderna de este deporte.

Multimillonarios dueños de equipo pidieron disculpas en actos de contrición sin precedentes. Los aficionados salieron a las calles a protestar. Jugadores y técnicos se han pronunciado en contra de los planes. Los órganos que gobiernan al fútbol se preparan para sancionar a los clubes (AC Milan, Arsenal, Atlético Madrid, Barcelona, Chelsea, Inter Milán, Juventus, Liverpool, Manchester City, Manchester United, Real Madrid y Tottenham Hotspur) que planearon separarse del resto, todo con la finalidad de aumentar dramáticamente sus ingresos comerciales.

Sin embargo, aunque ya vuelve a sentirse cierta normalidad con la inminente llegada de las semifinales de Champions League y Europa League, los eventos de la última semana han replanteado todo el panorama futbolístico y lo seguirán haciendo por un buen tiempo.

La saga de la Superliga europea tuvo grandes ganadores y perdedores. ¿Quiénes se beneficiaron? ¿Quiénes destruyeron sus reputaciones?

GANADORES

Aleksander Ceferin

El presidente de la UEFA se enfrentó a una crisis existencial, que amenazó tanto a su organización como al tejido del fútbol europeo de primer nivel, cuando el pasado 18 de abril los clubes miembros de la Superliga hicieron públicas sus intenciones. Si los 12 clubes rebeldes hubiesen tenido éxito en su intento de separarse, eso habría significado el fin de la Champions League, reduciendo a la UEFA a poco más que un órgano administrativo situado a orillas del Lago de Ginebra.

En vez de aceptar la derrota frente a unos rivales tan poderosos, Ceferin (ex abogado penalista) luchó contra los clubes secesionistas. Su conferencia de prensa del pasado lunes, en la que calificó a los participantes de la Superliga de “víboras”, “mentirosos” y “narcisistas”, terminó siendo decisiva, ya que el ejecutivo de la UEFA logró captar el ánimo de los aficionados y clubes marginados en toda Europa. Desde ese momento, los clubes “fundadores” de la Superliga quedaron condenados al fracaso.

Los hinchas

Los líderes de los clubes de la Superliga se equivocaron por completo juzgando (o incluso, desestimando) los sentimientos de los aficionados a la hora de concebir su plan, lo que terminó siendo un error inmenso. En años recientes, los seguidores de grandes clubes de Europa se han sentido cada vez más relegados por parte de los dueños de los equipos de sus amores; gracias al aumento constante de precios de boletería, la programación de partidos para adaptarse a los intereses de las televisoras y no de los hinchas devotos que suelen acudir a los estadios, aparte del crecimiento de una percepción generalizada de que, en pocas palabras, el mundo del balompié explota su lealtad para obtener mayores ganancias monetarias.

Sin embargo, los aficionados de todos los clubes no solo encontraron su voz la semana pasada; también descubrieron que podían ser escuchados, y las protestas espontáneas de hinchas relacionados con los 12 equipos rebeldes fueron tan apasionadas que no pudieron ser ignoradas. Los acontecimientos de la semana pasada dieron a los grupos de seguidores la convicción de que pueden lograr cambios, aparte de contar con el poder necesario para que los dueños de equipos asuman su responsabilidad y rindan cuentas.

El fútbol alemán

Cuando la Superliga emitió el comunicado que anunció su creación, fue notable ver que no se encontraba ningún club de la Bundesliga entre los 12 que se adhirieron al plan. Desde el inicio, tanto Bayern Múnich como Borussia Dortmund dejaron en claro su negativa a participar en la iniciativa, y dicha resistencia ha sido atribuida a la regla “50+1” característica del balompié germano, que asegura que los socios de los clubes mantengan el control general, siendo propietarios del 50% de las acciones más una.

Actualmente, los hinchas ingleses piden la implementación del mismo modelo en su país, con la intención de disminuir el poder de los dueños de equipo; a pesar de la probabilidad de que los costos de imponer una norma semejante imposibilitarían su aplicación.

Nasser Al-Khelaifi

En el pasado, el Paris Saint-Germain ha tenido diversos problemas con la UEFA. El club propiedad de jeques cataríes ha sido objeto de sanciones por incumplir las normas relativas al Fair Play Financiero. Sin embargo, el presidente del PSG decidió no incluir a los actuales campeones de Francia en los planes de la Superliga; como resultado, logró mejorar sustancialmente la reputación del club dentro del panorama futbolístico, también beneficiándose al convertirse en nuevo presidente de la Asociación de Clubes Europeos (ECA, por sus siglas en inglés), en sustitución del presidente de la Juventus Andrea Agnelli.

Al permanecer fuera de los planes de la Superliga, el PSG y Al-Khelaifi actuaron hábilmente para aumentar su influencia dentro del balompié europeo durante un momento crucial.

Los “otros 14” clubes de la Premier League

Los eventos de la semana pasada fueron dañinos para los “Seis Grandes” clubes de la Premier League, que estaban prestos a inscribirse en la Superliga. Su desastroso intento de formar una nueva competición ha debilitado su posición en Inglaterra, confiriendo mayor poder a los restantes 14 equipos miembros de la Premier League.

Por muchos años, los “otros 14” clubes han creído que los “Seis Grandes” los desestimaban por irrelevantes; sin embargo, con la intención común de castigar a los clubes rebeldes, cuentan con la peculiar oportunidad de reformular el equilibrio de poderes en la Premier League. Si logran utilizarla sabiamente, podrían conseguir cambios positivos; no obstante, la historia de la Premier League se ha visto marcada por la división entre bandos, por lo que su gestión será crucial a la hora de implementar cambios favorables como consecuencia del colapso de la Superliga.

La Champions League

La Champions no es perfecta en absoluto (y ciertamente, el nuevo formato que se implementará en 2024 tiene sus defectos); sin embargo, a los ojos de muchos seguidores del fútbol, es el torneo que despierta más emociones y de mejor calidad en el balompié mundial, incluso llegando a superar a la Copa del Mundo. Sin embargo, si los clubes rebeldes hubieran tenido éxito en su intento de formar la Superliga, la Champions League como la conocemos habría dejado de existir.

La Champions habría sobrevivido dentro de algún formato, quizás con la presencia de los mejores equipos de países europeos distintos a Inglaterra, España e Italia; pero la ausencia de clubes de la talla del Real Madrid, Barcelona, Liverpool y Juventus la habrían convertido en la sombra de lo que es actualmente. Con el fracaso de la Superliga, la Champions sigue viva; y es seguro que los 12 clubes rebeldes son los únicos descontentos por ello.

PERDEDORES

Dueños estadounidenses

Los dueños del Arsenal, Liverpool y Manchester United, todos de origen estadounidense, han tenido relaciones turbulentas con los hinchas de sus equipos; y es evidente que el plan de la Superliga solo sirvió para empeorar sustancialmente dicha situación.

La empresa Fenway Sports Group (FSG) ha conseguido formas de trabajar con los seguidores del Liverpool y superar problemas anteriores; sobre todo al ver cómo los Reds alzaron los títulos de Champions y Premier League. No obstante, las barras de Anfield reaccionaron con furia a los planes de creación de la Superliga y actualmente, la relación entre ambos bandos ha tocado fondo. Stan Kroenke, propietario del Arsenal; y la familia Glazer del Manchester United nunca han sido populares entre los hinchas de sus respectivos clubes, y la saga de la Superliga solo ha servido para reavivar frustraciones aletargadas y conducir a protestas masivas.

Con o sin razón, los dueños oriundos de Estados Unidos han sido acusados de su entusiasmo por los planes de la Superliga, porque imitan la naturaleza cerrada del deporte del país norteamericano; y la furia de los aficionados hacia ellos aún no ha disminuido.

Florentino Pérez

El presidente del Real Madrid, quien fue designado presidente de la Superliga, nunca ha sido tímido a la hora de expresar opiniones controversiales o que sirvan para fundamentar sus propios intereses; sin embargo, el jefe madridista llevó su franqueza a niveles inéditos la semana pasada. Florentino habló como un hombre distanciado del sentimiento de los hinchas de todos los clubes, al referirse a la “muy mala situación” del Madrid y la necesidad de que los grandes clubes generen mayores ingresos. Sus comentarios relativos a la pérdida de interés de los jóvenes seguidores del fútbol y su supuesta preferencia por partidos más breves provocaron el ridículo generalizado.

Como vocero del proyecto de la Superliga, Florentino causó más daño que bien, equivocándose de forma espectacular a la hora de evaluar la opinión de la mayoría dentro del mundo del fútbol.

Ed Woodward

Puede que sea el primero de los múltiples involucrados en el proyecto Superliga en perder su puesto (aunque no lo hará hasta finales de año); sin embargo, la renuncia de Ed Woodward como vicepresidente ejecutivo del Manchester United, menos de 48 horas después de que el plan se hiciera público, representó un momento importante y decisivo para el futuro del proyecto.

Woodward fue considerado figura clave dentro del United por parte de la familia Glazer desde que éste supervisara la adquisición del equipo de Old Trafford en su condición de empleado de la banca de inversión JP Morgan en 2005; por ello, a criterio de los hinchas del club, su salida fue un golpe importante al poder de los dueños de los Red Devils. Con su partida, los seguidores del United tienen la esperanza de que se contrate a un experto en fútbol para gestionar el club, en vez de un ejecutivo con raíces en el mundo financiero.

Andrea Agnelli

El presidente de la Juventus tuvo una semana peor que muchos, con Ceferin declarando públicamente el fin de su estrecha amistad con el empresario italiano, afirmando que “nunca había conocido a una persona que mintiera tantas veces”. Adicionalmente, Agnelli perdió su puesto como presidente de la ECA debido a su participación en el proyecto Superliga; aparte de verse obligado a admitir su derrota la semana pasada, a pesar de ser uno de los mayores defensores de la nueva competición.

La situación de Agnelli empeoró con el empate 1-1 firmado el domingo entre Juve y Fiorentina (con repetición disponible vía streaming por ESPN+ en Estados Unidos), que dejó a la Vecchia Signora ocupando el cuarto lugar de la tabla de Serie A y corriendo el riesgo de quedar fuera de zona Champions por primera vez en 10 años.

Chelsea y Manchester City, los dos renuentes

Los seguidores del Manchester City fueron el único grupo de hinchas entre los “Seis Grandes” que no tomaron las calles para protestar en contra de los planes de sus dueños de formar parte de la Superliga; por su parte, los aficionados del Chelsea insisten en que su manifestación del pasado lunes a las afueras de Stamford Bridge fue dirigida a la propuesta de la Superliga, y no directamente a su dueño Roman Abramovich.

Mientras los seguidores del City y Chelsea están dispuestos a perdonar, las reputaciones de Abramovich y la jerarquía de Abu Dabi que maneja el City se han visto seriamente dañadas dentro del mundo futbolístico porque decidieron apoyar el plan de la Superliga sin consultar a los hinchas, en vez de asumir la misma posición del Bayern o PSG. Como dueños de equipos, Abramovich y el jeque Mansour han transformado sus clubes, ganándose la confianza de los hinchas; a pesar de ello, se prepararon para romper con el resto de equipos europeos.

La Carabao Cup

Cuando el Manchester City alzó la Carabao Cup por cuarta temporada consecutiva, luego de vencer 1-0 al Tottenham en la final disputada el domingo (con repetición disponible vía streaming por ESPN+ en Estados Unidos), es probable que pocos espectadores hayan pensado en el futuro de la competición. Sin embargo, la semana pasada fue negativa para la Carabao Cup; incluso a pesar de que el proyecto Superliga quedó herido de muerte. Aunque la Superliga ya no es amenaza latente, el futuro de la Carabao Cup es poco promisorio porque el nuevo formato de la Champions League, previsto para implementarse en 2024, hará que los equipos disputen 10 partidos en fase de grupos, en vez de seis. Con cuatro fechas adicionales a incluir en el calendario, es imposible imaginar que los clubes que jueguen en Champions puedan participar en la Carabao Cup.