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El presidente de Portugal criticó el comportamiento de los hinchas ingleses

El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, se sumó a las críticas contra la tolerancia de las autoridades lusas con los excesos de los aficionados ingleses que asistieron en Porto a la final de la UEFA Champions League.

"No se puede decir que tenemos que obedecer las reglas, fijar un límite y después que el límites ya no sea ese", dijo el presidente.

Las críticas de Rebelo se producen tras la difusión de las imágenes de los excesos de los hinchas ingleses que han tomado Porto, la segunda ciudad del país, sin respetar los protocolos anticovid.

El grueso de los más de 16.000 hinchas con acceso al estado Do Dragao donde se enfrentan Manchester City y Chelsea llegaron este sábado Porto, recorrieron la ciudad sin mascarilla y sin las distancias mínimas de seguridad, y se agolparon por cientos en las terrazas de la "ribeira" ante la pasividad de la policía lusa.

"No se puede decir que los simpatizantes estarán en una burbuja y luego no están en una burbuja", lamentó Rebelo de Sousa.

Las críticas del presidente portugués se suman a las que se han escuchado en las últimas horas procedentes de distintos sectores del país, desde políticos a empresarios pasando por deportistas.

"Sumisión total al fútbol", denunció la federación portuguesa de rugby, que celebró la final de su campeonato nacional sin público.

"Lo que está ocurriendo es increíble", lamentó el líder de la oposición conservadora, Rui Rio.

"No consigo entender cómo no dejamos que haya público en nuestros campeonatos de fútbol -y hasta diré que me parece bien- y ahora importamos un juego en el que los extranjeros pueden estar e incluso provocar incidentes", dijo.

Desde la patronal de restaurantes se quejan también de "incongruencia" en la estrategia gubernamental, con inspecciones y restricciones en restaurantes y terrazas del país, mientras se permiten excesos entre los aficionados británicos.

Una "permisividad incomprensible" y una "doble vara de medir" que genera un "sentimiento de indignación y revuelta", alertaron los empresarios.