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Volvió la emoción de la Champions League

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¡Pura euforia! César Azpilicueta llenó de elogios al autor del gol, Kai Havertz (1:18)

El capitán del Chelsea no pudo evitar mostrar su orgullo y felicidad por su compañero que anotó el tanto de la victoria. (1:18)

La presencia de los aficionados ingles en el partido entre Chelsea y Manchester City me hizo recordar cómo era el mundo antes de la pandemia

Sé que suena raro cuando digo que realmente volvió la emoción de la UEFA Champions League si lo hemos vivido ya durante una temporada completa e incluso vimos una final post-pandemia cuando se coronó el Bayern Munich.

Sin embargo, hoy prendí la tele, escuché y vi al público presente y la emoción se presentó de una manera totalmente distinta. Me hizo recordar de lo que sentí en la final de Madrid 2019 cuando se enfrentaron Tottenham y Liverpool en el Wanda Metropolitano.

Nadie ni nada más importaba, solo la belleza de ese momento.

El tener a aficionados ingleses siempre es un plus. La manera en que cantaban los seguidores de los del Chelsea, en momentos más que los del Manchester City, me hizo recordar de cómo era el mundo antes de la pandemia. Sonó el himno y me volvió a hipnotizar. El espectáculo de las llamas sobre el terreno del Do Dragao representaron la felicidad y la euforia que se encendieron con cada tonada de la canción más bella que existe en el futbol.

Se disfruta de una manera distinta. He de confesar que no siento nada por el Manchester City ni por el Chelsea. Me senté a ver una buena Final en Portugal y me fui satisfecha.

Tanto Cityzens como Blues salieron con una intensidad desde los primeros segundos del encuentro. Parejos en oportunidades falladas, quizás un poco más por parte del Chelsea (te estoy hablando a ti Timo Werner), balones perdidos en el medio campo y una defensa más inestable de lo acostumbrado con el equipo de Pep Guardiola.

Las criticas llueven sobre mojado sobre Pep Guardiola. El hombre que finalmente pudo llegar a una Final de Champions 10 años después, que por fin con tanta inversión pudo llegar por primera vez con un equipo que no fuera el Barça, llego tranquilo a la conferencia de prensa previa, pero volvió a caer.

Pero no va a ser lo último que veamos de este City de Guardiola. El caer en una Final no es el fin del mundo ni razón suficiente como para darle las gracias. Pudo superar los "malditos" Cuartos de Final seguido por las Semifinales con autoridad para instalarse en donde tanto se le exigía. El proyecto que pudo hacer sólido Guardiola, tiene futuro a corto y largo plazo.

Por parte de Thomas Tuchel, que puedo decir que no se haya dicho ya. Es un líder natural. Llegó con un signo de interrogación por parte de la afición que seguía lamentando la calificada pronta salida de Frank Lampard. Vio lo que tenía de plantel, hizo sus ajustes y con esa lectura se instaló en la Final de Champions League.

Le llamo líder a Tuchel por afrontar la realidad. Eso fue exactamente lo que hizo antes de disputar la gran Final en Oporto. Dijo que el Manchester City es el mejor equipo de Europa y casi del mundo en estos momentos. No le engañó a su equipo, al contrario, los hizo verse al espejo para saber que exactamente había a su favor ante un rival complicado y vaya que estudiarse valió la pena.

Thomas Tuchel es ahora un histórico para el Chelsea, para el futbol.

Al Final vimos a dos equipos con razones distintas para ganar la tan deseada Orejona, pero evidentemente con el mismo objetivo. Que mejor que ver una Final de Champions con el regreso de la afición en esta instancia para agregarle el ingrediente que tanto extrañábamos en la receta exquisita que siempre nos presenta el torneo más importante a nivel de clubes.

Hasta el próximo torneo, te voy a extrañar UCL.