El prestigio está bajo tierra

El tricolor ahora tiene que estudiar su futuro detenidamente y ver como enfrenta la crítica que vendrá

FRANCISCO PALENCIA (Mexsport)
Lo peor que pudieron hacer - en todos los sentidos posibles - los jugadores de la Selección mexicana, fue perder el primer partido de su eliminatoria hacia el Mundial 2002 frente a Estados Unidos.

No es que sea pecado capital caer en el primer compromiso de diez que conforman la serie. Pero está cerca de ello el acumularlo a los antecedentes inmediatos: la arrogancia de seguir peleando las primas de la primera fase, el veto a la prensa y sobre todo....seguir dando tropezones humillantes.

La respuesta de los medios de comunicación y de la afición que puede expresarse a través de los programas de radio, es iracunda. Se pide desde la abolición del futbol en este país hasta la muerte lenta para Enrique Meza y sus jugadores.

Lo menos, por supuesto, es la petición de la renuncia del entrenador, que no ha podido hasta ahora entregar un partido bien solventado frente a un rival verdaderamente difícil o en un compromiso auténticamente importante....como el de Columbus.

El fuego ha sido atizado por otra reacción: la de los directivos. Al término mismo del encuentro, se escucharon oraciones como "es el mejor partido de la era de Meza. Lástima del par de errores", "No se ha perdido nada. Falta mucho camino", "No nos podemos quejar de la actitud", "El primer tiempo iba muy bien porque México tenía controlado al rival". Y el remate del propio Meza: "Estoy orgulloso de ellos. Entregaron todo lo que tenían".

El público, que según dicen siempre tiene la razón, no acepta que no exista un solo rasgo de aceptación de la realidad; algo que manifieste aunque sea en una sola sílaba pronunciada, cierto acto de contricción.

Los jugadores, que viajaron en dos grupos de regreso a casa, mantuvieron el silencio. Las únicas respuestas, monosilábicas, fueron pronunciadas por Jorge Campos y Claudio Suárez en la conferencia de prensa obligatoria después del partido. Y hubiera sido mejor que ahí tampoco hablaran porque contribuyeron a avivar la hoguera gracias a su intervención corta y despreocupada en el tema.

No se sabe bien a bien cual es la peor noticia: si la derrota frente a Estados Unidos, que los directivos realmente crean lo que están diciendo o que Brasil jugará en la cancha del Jalisco contra México, con un plantel lleno de rutilantes estrellas.

Ese amistoso, que llega en el momento mas inoportuno futbolística y anímicamente para el tricolor, puede tener consecuencias mayúsculas. Solo pensar en el ritmo actual del equipo y los nombres brasileños que traerá Leao, obliga a dibujar una estrepitosa goleada en la mente. De suceder - porque el futbol es caprichoso y cambiante -, sería posible que varias cabezas rueden antes del próximo juego eliminatorio en casa, contra Jamaica, en el mes de marzo.

Los argumentos se terminan, las palabras se desgastan, los optimismos están cada vez mas disfrazados para ocultar su falsedad.

La derrota de Columbus unifica opiniones de la gran masa, que primero se enoja y luego pierde esperanzas. Hoy vive el momento de ira. Urge un resultado que revierta las cosas y esclarezca el panorama. El problema es que no se ve cercana la puerta de acceso que apague el rechazo y sane las heridas tan profundas por ahora. El prestigio está bajo tierra.

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jueves, 01 de marzo