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Colombia afronta el desafío de mantenerse

SALVADOR (Enviado especial) -- Esta generación de la Selección Colombia ha jugado partidos memorables en casi todos los campeonatos que afrontó. En la Copa del Mundo de Brasil 2014 contra Uruguay en el Maracaná por los cuartos de final, en la Copa América 2015 frente a Brasil y en Rusia 2018 ante Polonia. Siempre, desde hace más de un lustro, ha competido contra cualquier rival en igualdad de condiciones, con armas peligrosas. Sin embargo, jamás pudo jugar una final. Por diferentes razones, no pudo sostener el nivel y la confianza para dar el salto definitivo. Esa será la gran meta en Brasil 2019.

Frente a Argentina en Salvador, la Tricolor mostró autoridad y manejó el encuentro a su voluntad. El resultado no resiste demasiado análisis, porque el valor de un triunfo ante un rival al que no se le ganaba desde 2007 y que llevaba 15 partidos sin perder en la Copa América es muy grande más allá de todo. Entonces, es necesario poner el foco sobre el rendimiento y las posibilidades futuras de este ciclo de Carlos Queiroz que recién comienza.

Con tan poco tiempo de trabajo darle una identidad futbolística al seleccionado es una tarea muy compleja. Queiroz llegó en febrero y solo dirigió cuatro amistosos antes de este campeonato. Ante esta circunstancia tomó una decisión inteligente: mantuvo la base firme de José Pekerman, aprovechó el recambio generacional llevado a cabo antes del Mundial y modificó solo algunas posiciones puntuales para subrayar su idea. La fórmula le dio resultado.

La dupla central que se afianzó en Rusia será titular por unos cuantos años. Davinson Sánchez y Yerry Mina se complementan a la perfección. El de Tottenham aporta su rapidez y potencia física y el de Everton su capacidad para salir jugando. Y ambos se destacan su solidez en el uno contra uno y su juego aéreo. Por delante, Wilmar Barrios se presenta como una especie de evolución de Carlos Sánchez. El volante de Zenit no es solo despliegue, sino también inteligencia táctica para encontrar la mejor posición en el mejor momento. En tanto, lo que pueden dar David Ospina, James Rodriguez y Radamel Falcao García bien es conocido.

Estos seis titulares vienen del ciclo Pekerman y su condición fue respetada por Queiroz. Lo mismo pasó con Juan Guillermo Cuadrado, aunque el paisa es protagonista de uno de los cambios estructurales más trascendentes. El luso lo quitó de la banda y lo ubicó como interior, cerca de Barrios y de James. Aunque le costó, su presencia le dio dinámica y se complementó bien con Mateus Uribe, otro de los que se terminó de ganar su lugar con el luso. Un mediocampo fuerte, veloz y flexible. Eso es lo que busca el entrenador.

En los laterales se vio otro de los cambios. Desde la gira previa ensayó con dos centrales naturales como marcadores de punta y confirmó esa idea ante Argentina. Steffan Medina y William Tesillo aprobaron el examen contra cracks de la talla de Angel Di María y Lionel Messi. El plan del seleccionador colombiano es que ataquen solo cuando ven oportunidades claras y que se privilegie una línea de cuatro sólida y férrea. Aquí sí se ve bien la mano del hacedor de aquel Irán trabajador y rocoso.

En lo futbolístico, Colombia no dejó dudas en su primer partido. Cumplió con el plan previsto y sacó el resultado esperado por años. Ahora será el momento del trabajo más difícil para el cuerpo técnico: mantener la confianza y afianzar las virtudes. En este punto falló Pekerman más allá de la huella imborrable que dejó en la Tricolor. Sus equipos alcanzaban su techo pero no lo podían sostener.

La ventaja de Queiroz es la experiencia. Propia y de sus jugadores. Todos han pasado situaciones límite en sus clubes y también en la Selección. Hay pasado del cual aprender. Hay errores conocidos que se deben evitar. El más fácil de ver es el de los octavos de final del Mundial contra Inglaterra, cuando no funcionó el experimento de tres mediocampistas de marca, solo dos partidos después de la exhibición de James y Juan Fernando Quinteo ante Polonia. También se recuerda la derrota contra Brasil en cuartos de la Copa del Mundo 2014, en la que la Tricolor entendió que podía lastimar al local solo después del descuento del crack cucuteño.

Antes de afrontar el primer duelo a todo o nada, Colombia tendrá dos pruebas más, menos exigentes que Argentina. Ante Qatar y Paraguay Queiroz tiene la oportundidad de afianzar el once, darle más rodaje y sumar confianza. Sobre todo esto último. Que la actitud mostrada en Salvador sea la misma durante todo el campeonato, sin importar el rival ni la instancia. De esa forma, la Selección nacional podrá pelear en serio por el éxito que merece.

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