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SAO PAULO (Enviado especial) -- Ya había intentado todo la Selección Colombia para abrir el cerrojo de Qatar en el Morumbí. Había hecho los méritos para lograr la victoria. Pero no había logrado descifrar el misterio de la definición. Hasta que James Rodríguez apareció en todo su esplendor, sacó un balón del caos y se lo puso en la cabeza a Duván Zapata. Gol, clasificación y liderato del grupo B para la Tricolor, que ya sabe que jugará en cuartos de final en esta misma ciudad. El número diez fue la figura de la Tricolor no sólo por la asistencia que trajo luz en un encuentro muy duro, sino también porque fue quien lideró al equipo en los momentos más duros. Cuando la pared qatarí parecía demasiado fuerte como para derribarla y alta como para saltarla, James mostró coraje para pelearse con el árbitro y con los rivales. Y esa rebeldía fue una de las claves del éxito. En este caso, "pelearse" no significa ejercer la violencia. Significa alzarse contra las dificultades. No conformarse con un trámite de juego complejo frente a un adversario consciente de sus limitaciones. Si la gran virtud de Colombia en su segundo encuentro en la Copa fue la paciencia, mucho tuvo que ver la capacidad del cucuteño de interpretar qué se debía hacer. James siempre es el creador de fútbol de Colombia. El seleccionado baila al ritmo de Rodríguez en todos sus partidos. Contra Qatar, comenzó en la posición de extremo por derecha en el 4-3-3 pero con el correr de los minutos quedó claro que no tenía una posición fija. Se movió por todo el frente de ataque, bajó a buscar la pelota y articuló los ataques de la Tricolor. La asistencia que terminó en el gol de Duván no fue la única que dio. Minutos antes, encontró uno de los pocos resquicios en la defensa rival y puso de cara al gol a Roger Martínez, que no definió bien. También envió los centros más peligrosos a la cabeza de Yerry Mina y las mejores ideas salieron de sus pies. Fue el encargado de llevar preocupación a la trabajada estructura defensiva del campeón de Asia. "Cuando tienes esas dos fieras allá adelante es mucho más fácil, porque son dos personas que siempre quieren hacer goles y eso te da algo positivo siempre", afirmó tras el triunfo. Duván Zapata, Radamel Falcao García y Roger Martínez se nutrieron del fútbol del diez, que además de la lucidez de siempre tuvo el carácter para imponerse cuando las cosas no le salían a su equipo. "Ellos estaban siempre atrás, era un equipo que estaba esperando para el contraataque, hemos intentado siempre y al final se da un resultado justo, con siete u ocho chances. Hemos tenido chances para poder hacer goles y eso quiere decir que hemos estado bien siempre", explicó la figura del partido en la zona mixta. Muchas de esas jugadas de gol partieron de sus pies o contaron con su presencia. James fue el futbolista que más veces tocó la pelota en el partido, con 97 toques. Además, dio 71 pases, de los cuales 60 llegaron a destino, con un porcentaje alto para la cantidad de pases que fueron hacia adelante, arriesgando. Quien más balones le cedió fue Santiago Arias, lo que explica su ingreso y le da valor a su presencia en la cancha. Con Duván solo se tocaron la pelota en siete ocasiones, pero casi todas terminaron en jugada de gol. Colombia debe fortalecer esa sociedad para hacerse más peligrosa. La primera gran actuación de James Rodriguez en la Copa América no es un hecho sin importancia. Es la certeza de que el líder futbolístico del equipo está motivado y enfocado para hacer una gran Copa América. Si la Tricolor quiere hacer historia, lo necesita en su mejor nivel. Todo va por buen camino.
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