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Mishoyi y Nakajima, dos jóvenes desconocidos que sorprendieron a Uruguay

Koji Miyoshi y Shoya Nakajima, así se llaman los dos jugadores casi desconocidos de Japón que el jueves le hicieron un buen descosido a Uruguay al conseguir empatar a dos goles en la Copa América y sumar un punto que los mantiene con opciones de llegar a los cuartos de final.

El primero, que ocupó la banda derecha, fue el autor de los goles que pusieron en dos ocasiones por delante en el marcador al equipo asiático y el segundo, que correteaba por la banda izquierda, fue el más incisivo, con gran habilidad para regatear jugadores y romper las líneas de Uruguay.

El equipo japonés centró su ataque por las bandas y le salió muy bien el planteamiento, al encontrar en Miyoshi el acierto del que habían carecido en el primer partido del torneo donde fueron goleados por Chile (0-4).

Todo ello sin su juvenil estrella Takefusa Kubo sobre el campo, el flamante fichaje del Real Madrid para su filial que solo hizo acto de presencia en el segundo tiempo.

La suplencia de Kubo permitió a Japón lucir la calidad y técnica de jugadores como Miyoshi y Nakajima que hasta ahora habían quedado en el torneo a la sombra de la expectación levantada por el fichaje de Kubo para el equipo madridista.

Los dos extremos son casi tan desconocidos como la mayoría del equipo que Japón ha presentado para esta Copa América, donde está ensayando con los jugadores que competirán en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

Contra Uruguay, solo cuatro jugadores del once titular de Japón habían estado hace un año en el Mundial de Rusia 2018, entre ellos el portero Eiji Kawashima, el defensa central Naomichi Ueda, el centrocampista Gaku Shibasaki, y el delantero Shinji Okazaki

Para Miyoshi, que fue elegido el mejor jugador del partido gracias a su doblete, esta es su primera gran experiencia a nivel internacional, pues a sus 22 años todavía no ha salido de Japón donde juega en el Yokohama Marinos.

Sin embargo, hizo gala de una madurez y frialdad soberbias para definir en los dos goles nipones ante Uruguay al entrar en las dos ocasiones como un puñal dentro del área.

En el primer gol controló de manera perfecta un pase de unos 40 metros de distancia hecho por Shibasaki, un cambio de banda que pilló por sorpresa a la defensa uruguaya que había dejado un gran espacio en ese sector.

Aunque todavía tenía lejos la portería, Miyoshi se fue directo al área a buscar el encuentro con Diego Laxalt, que se había lesionado en la jugada anterior y con un rápido amague lo superó para después definir por el palo corto de Muslera.

En el segundo gol llegó al corazón del área para recoger el rechace de Muslera cuando intentó desviar un centro y pudo definir sin casi oposición.

Por la otra banda Nakajima llevaba locos a Nicolás Lodeiro y a Martín Cáceres, con sus constantes quiebros, regates y trucos que permitían a ese futbolista de 24 años romper el bloque defensivo de los charrúas.

Al japonés le salía todo lo que se proponía y en un derroche de confianza en sí mismo se jugó una ruleta ante Cáceres en el pico del área donde con mucha picardía buscó el penalti, que protestó pero el árbitro colombiano Andrés Rojas no cobró.

Nakajima tampoco ha estado nunca en el foco de las grandes ligas, pues su trayectoria fuera de Japón se resume en dos temporadas en el Portimonense portugués, donde hizo 15 goles, que le llevaron actualmente a jugar en las filas del Al Duhail, de Catar, en el que comparte equipo con el defensa central marroquí Mehdi Benatia.

Haber estado a punto de doblegar a Uruguay, quince veces campeón de la Copa América, es probablemente para Miyoshi y Nakajima la mejor noche en sus todavía cortas carreras que apuntan a que Japón puede gozar en unos años de una selección muy potente que compita de igual a igual con Europa y Sudamérica.