SAO PAULO (Enviado especial) -- A sus 35 años de edad, Reinaldo Rueda era un rara avis en el fútbol colombiano. Asumió el manejo de las selecciones juveniles sin ningún tipo de experiencia en el fútbol profesional, ni como jugador ni como director técnico, y en su primer torneo al mando de la sub 20 logró el tercer puesto en el Sudamericano y la clasificación al Mundial de la categoría en 1992. Aquel fue el primer gran logro de un hombre que es sinónimo de Selección Colombia pero que este viernes estará en el banco de enfrente por primera vez en un duelo a todo o nada.
Se crió en el barrio vallecaucano de Yumbo y, pese a que jugó en divisiones inferiores, no llegó a primera. Siempre mostró un gran interés por el fútbol profesional y eso lo llevó a la Universidad del Valle, donde obtuvo la licenciatura en Educación Física y Salud. Luego realizó un postgrado en la Escuela Superior de Deportes de Alemania y se convirtió en instructor de la Escuela Nacional de Entrenadores de Colombia. Se hizo cargo del selectivo del Valle y desde allí se ganó un nombre que llegó hasta los oídos de los dirigentes de la Federación colombiana.
Después de un paso por Cortuluá entre 1994 y 1997 y por Deportivo Cali entre 1997 y 1998 regresó al seleccionado sub 20. Allí, estuvo al mando de uno de los planteles más recordados de los últimos tiempos, el que ganó el Torneo Esperanzas de Toulon en 1999 con Tressor Moreno y Johnnier Montaño como figuras. Aquellos primeros años del siglo XXI fueron sus mejores en las juveniles, con un tercer puesto en el Mundial sub 20 2003 gracias a nombres como Abel Aguilar, Fredy Guarín y Macnelly Torres.
Cuando a comienzos de 2004 Francisco Maturana renunció al seleccionado mayor, la opción más lógica para hacerse cargo del en ese momento campeón de América era Reinaldo Rueda. Así llegó su gran oportunidad al frente del representativo nacional. A pesar de que logró enderezar el rumbo de la Tricolor, que solo sumaba un punto en las Eliminatorias para Alemania 2006, no consiguió la clasificación a la Copa del Mundo y dejó su cargo. "Creo que me brindé integro, me brindé todo. Este es un momento difícil y hay que asumirlo con hombría y con mucha responsabilidad ahora", declaró tras la última fecha ante Paraguay.
Y es cierto, se brindó todo y fue una víctima más de una época muy compleja para el balompié colombiano. Tras aquella decepción con el seleccionado de su país, logró dirigir dos Mundiales, el de 2010 al mando de Honduras y el de 2014 con Ecuador. Fueron dos grandes experiencias que le dieron un salto internacional a su carrera. Después de la Copa de Brasil regresó a Colombia y obtuvo uno de los logros más importantes de la historia del fútbol nacional, la Copa Libertadores 2016 con Atlético Nacional. Fue el último gran aporte de Rueda para aumentar el prestigio colombiano.
La relación del vallecaucano con la Selección tiene ya casi treinta años de vida, con aportes fundamentales en la detección, formación y confirmación de muchos de los talentos que se pusieron la camiseta tricolor en esas décadas. Hoy, llegó el turno de estar en una vereda opuesta, con el premio del pasaje a las semifinales de la Copa América en juego.
"Colombia no tiene una ventaja por ya conocer mi trabajo como técnico, pero sí será un partido muy competitivo, muy exigente por la forma en la que viene jugando. Sin embargo, vamos a recuperar a nuestros jugadores después de lo hecho ante Uruguay, para tenerlos a punto para ese juego. El desafío es aprovechar esta competencia para mostrar que el fútbol de Chile sigue teniendo estatus", afirmó el actual seleccionador de Chile antes del duelo que se disputará en el Arena Corinthians.
En su año y medio en la Roja, Rueda atravesó varias dificultades y recién en esta Copa parece haber terminado de enderezar el barco. La mayoría de las dificultades son de origen disciplinario y preceden su llegada. Sin embargo, tuvo que hacerles frente y de a poco reordenó el plantel. Hoy, con Arturo Vidal y Alexis Sánchez como líderes y figuras, está en condiciones de pelear por el tricampeonato, algo que parecía una utopía después de la dolorosa eliminación de Rusia 2018. La Tricolor será un escollo más en ese sendero.
Cada vez que Colombia inicie un proceso nuevo, el nombre de Reinaldo Rueda será uno de los que sonará. Por antecedentes, capacidad, pergaminos y conocimiento, el vallecaucano siempre será una referencia, más allá de que el presente lo deje del otro lado de la cancha.