Fútbol Americano
Damián Didonato 5y

Colombia puso las bases de una idea

SAO PAULO (Enviado especial) -- Cuando la ilusión es grande, la decepción es aún mayor. Una vez más, el pueblo colombiano se esperanzó con un título que esta generación merece y una vez más no hubo respuestas. Con el correr de las horas y de los días se podrá analizar mejor qué fue lo que falló en el partido contra Chile y cómo se debe trabajar para resolver esos problemas. Hoy, aún en Sao Paulo, los futbolistas del combinado nacional deben estar satisfechos por el juego y por haber conseguido algo casi tan importante como un trofeo: las bases de un equipo con identidad.

Durante el ciclo de José Pekerman se le reclamó al entrenador argentino que su Selección ganaba pero no tenía un estilo definido. No se sabía con claridad a qué jugaba. En pocos días de trabajo, Carlos Queiroz cambió algunas (dos o tres) piezas y encontró un plan que funcionó de manera natural: mediocampo dinámico, defensa bien alta, equipo corto sin la pelota y ancho con ella, libertad de movimientos y repliegue rápido. El equipo lo asimiló y en los primeros tres partidos funcionó a la perfección.

El entrenador luso lo dijo desde un principio: el objetivo principal es formar el grupo que competirá por un lugar en la Copa del Mundo de Qatar 2022. Nadie dice que esta Copa América era un entrenamiento para eso, pero con esto en mente se puede afirmar que la experiencia en Brasil ha sido positiva. Muy positiva. El cuerpo técnico sacará valiosas conclusiones de lo visto en Salvador de Bahía y Sao Paulo y llegará a Bogotá con la información necesaria como para trabajar con todas las herramientas necesarias.

La primera era evidente pero quedó más clara: tiene futbolistas para ser más ambicioso de lo que fue, por ejemplo, en la selección de Irán. A Colombia le sombran hombres de ataque como para imponer condiciones frente a cualquier rival. Por supuesto, para eso también debe armar una estructura firme. En este campeonato encontró en Roger Martinez un atacante que le da poder en el área rival y también sacrificio en el retroceso. Por su parte, Luis Díaz demostró que no le pesa la camiseta nacional y Duvan Zapata jugó como para quedarse con el puesto, más allá de que no estuvo bien en su corta participación contra Chile.

Los dos centrales, Yerry Mina y Davinson Sánchez, son perfectos para la idea de defender alto y también dan respuestas en el juego aéreo. Es cierto que en el duelo de cuartos de final sufrieron y mucho contra el adversario y también contra las circunstancias, pero tienen la jerarquía para ser la zaga durante muchos años. En los laterales buscó más funcionalidad defensiva que aporte ofensivo y el experimento funcionó solo por momentos. Es uno de los puntos para trabajar de cara a la próxima Copa América.

La mejor noticia de estas semanas en suelo brasileño fue, sin duda, la consolidación definitiva de Wilmar Barrios como mediocampista central. El cartagenero fue figura en los tres partidos en los que fue titular, por sacrificio, capacidad atlética, inteligencia táctica y personalidad. Se hizo cargo de la zona medular contra Argentina, Qatar y Chile y demostró que tiene el nivel como para no dejar más el puesto. A su lado, Mateus Uribe cumplió más en el retroceso que en el ataque y Juan Guillermo Cuadrado sufrió en esa función que intentó cumplir con gran compromiso. Otro tema a resolver es el del interior derecho.

James Rodriguez volvió a brillar en estas tierras, más allá de que quedó la imagen de su fastidio contra Chile, un partido en el que la Tricolor perdió el mediocampo y el cucuteño chocó más de lo que jugó, contra rivales e incapacidades de su propio equipo. Será el diez de todo el proceso, algo que no se puede decir de Radamel Falcao García. Las ganas del Tigre conmueven, pero ya no es el feroz goleador de otros tiempos y este será otro de los dilemas que afrontará el entrenador portugués.

El gran aspecto a trabajar por Carlos Queiroz será la cuestión mental en etapas de definición, algo que este seleccionado, por su calidad, jugará siempre. Chile fue superior desde lo futbolístico y esa superioridad se comenzó a plantear desde la mejor comprensión de las situaciones límite por parte de los futbolistas chilenos. El nivel de Colombia bajó considerablemente con respecto a los partidos de la primera ronda, tanto desde lo individual como desde lo colectivo y esta vez no hubo cambios de nombres, sino solo de rendimiento. Es algo que se puede y debe mejorar para lograr, de una vez por todas, un gran éxito.

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