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Aferrándonos a Brasil

ESPN

Para competir contra quien me quieran poner del viejo continente, la esperanza de este lado del Atlántico se deposita totalmente en Brasil.

Tampoco es como que antes la cosa fuera muy distinta. Muy temprano en la historia de los Mundiales, Uruguay alzó la mano en par de oportunidades. Argentina lo hizo en 78 y 86 y el resto de las ocasiones fue Brasil quien dio la cara por el nuevo mundo. Cinco veces para ser específicos. Habiendo tantas selecciones en esta parte del globo terráqueo, tres lograron ponerse en la parte más alta del podio. El problema parece ser que en la actualidad solamente una podría tener los elementos para hacerlo otra vez, y parémosle de contar.

Y es que la vida parece hasta cruel por momentos. Contrastes muy, muy claros y con poco tiempo de distancia entre una muestra y otra, lo que este verano ha traído consigo. Despertamos para maravillarnos con varios (porque tampoco todos), los equipos en la Euro 2020, y después varios soporíferos partidos que nos regala (a veces hasta parece que nos obliga a ver), la Conmebol. Donde de no ser por Brasil , el resto de los equipos parecería muy lejano al esplendor que alguna vez tuvo una región que presumía su capacidad de exportación.

Se sigue exportando, por supuesto. Pero hoy, a diferencia de otras épocas, las perlas que se extraen de estas minas, carecen del brillo, del tamaño y del peso que llegaron a tener tiempo atrás. Basta hacer un top 10 de los mejores jugadores a nivel mundial, y de no ser por Messi y Neymar, la lista perfectamente podría prescindir de cualquier otro jugador del continente americano. Y eso solamente hablando del plano individual. Entiendo perfectamente que esto se trata de un deporte colectivo.

Para competir contra Francia, Bélgica, Italia, Alemania o a quien me quieran poner del viejo continente, la esperanza de este lado del Atlántico se deposita totalmente en Brasil. Arrancando primero porque de no ser por el 10, Argentina vive su etapa de más incertidumbre en esta época desde 1993, donde no son capaces de levantar un título. Tabarez difícilmente podrá sacarle mucho más a una generación que tiene una década dándole alegrías a los charrúas. Los chilenos ven el declive venir de una generación que les trajo momentos de gloria, y Colombia lleva años siendo animador pero da la impresión que empieza a darse cuenta que de ahí no pasará. Así que todas las fichas a la canarinha.

Si no pasa algo raro, tendrán que alzarse los locales con el título de esta deslucida Copa América y después uno revisa su convocatoria y sigue siendo un equipo que puede complicarle a cualquiera. Profundidad en prácticamente todas sus líneas, con la salvedad tal vez del 9, donde pasan los años y pese a la generación de nuevos elementos, no parece ser capaz de recrear lo que alguna vez le dio al mundo. Con Neymar encabezando la comitiva, con todo lo bueno y malo que eso representa, Brasil parece ser el único capaz de esta región en traer fin al reinado europeo que parece existir desde hace tiempo. No hay más. Si el mundo quiere evitar un monopolio extendido de los que son ordenados, precavidos, organizados y previsibles, tendremos que ponernos en manos de los siempre alegres, festivos e impredecibles brasileños.