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La tensión fue casi imposible de soportar para los jugadores veteranos de Argentina -- tienen recuerdos traumáticos de las tandas de penales en la Copa América 2015 y 2016. Pero el nuevo arquero titular Emiliano Martínez respondió, atajó tres penales, y luego de un empate 1-1, Argentina superó a Colombia por penales para clasificar a la final del sábado. El partido fue fascinante de principio a fin. El humor no siempre fue el mejor, pero deja a los fanáticos de Lionel Messi con buenas sensaciones, y también a todos aquellos que esperaban un duelo entre Brasil y Argentina en el Maracaná. Si Colombia hubiera ganado por penales, el partido habría quedado registrado como un empate, y Argentina habría mantenido su invicto de dos años. Pero eso no habría servido de consuelo para Messi y compañía, dado que el estelar número 10 sigue en busca de su primer título con la selección mayor y Argentina desea cortar su sequía de 28 años. La selección argentina no ha ganado títulos importantes desde la Copa América de 1993. El primer partido competitivo de Lionel Scaloni como DT del equipo también fue contra Colombia -- una triste derrota por 2-0 en la primera fecha de la Copa 2019 que devino en una muerte rápida de su plan de juego inicial. Inspirado en los campeones mundiales de Francia, Scaloni quería un equipo de transiciones rápidas, pero terminó con un equipo salpicado por toda la cancha y subyugado por los colombianos. Era un modelo de juego que tenía poco sentido para un conjunto con un Messi ya veterano. A partir de ese punto bajo, el equipo de Scaloni fue mejorando, y avanzando hacia una idea que estuvo muy clara en los primeros minutos de este encuentro en Brasilia. Messi, de 34 años, está prolijamente ubicado en un circuito de pases con los mediocampistas Rodrigo De Paul y Giovani Lo Celso, y está desarrollando una asociación con el centrodelantero Lautaro Martínez. Ya había estado cerca de asistir un gol de Martínez cuando en seguida volvió a surgir otra ocasión. Lo Celso puso la pelota en el canal derecho del área grande, Messi giró hacia adentro y entregó para Martínez, quien la clavó en la esquina del arco. Fue el 11mo gol de Argentina en el torneo -- cada uno de ellos, con participación de Messi. Argentina arrancó fuerte en todos los partidos de la competencia. Y todas las veces, le costó sostener. En la semifinal se vio la misma dinámica, ya que Colombia --físico y directo-- volvió a imponer su presencia en el encuentro. Justo antes de la Copa, los equipos disputaron un partido de eliminatorias en Colombia. Argentina rápidamente impuso una ventaja de dos goles. Colombia metió presión y terminó empatando el partido en el último ataque. En su segundo partido con la selección, Emiliano Martínez ni siquiera llegó al entretiempo -- tuvo que salir en camilla tras un feo choque con el enorme defensor Yerry Mina. El martes, un choque con el imponente delantero Duvan Zapata volvió a dejarlo en el suelo. Afortunadamente para Argentina, esta vez estuvo en condiciones de continuar, aunque nada pudo hacer contra el gol del empate de Colombia a los 60 minutos. Reinaldo Rueda había reorganizado por completo el equipo en el descanso, haciendo tres sustituciones y cambiando la formación. En vez de un 4-4-2, ahora había posicionado a sus hombres en un audaz 4-3-3, con una postura atacante, con más espacio y apertura -- más Edwin Cardona para sumar la sutileza que estaban necesitando. Cardona partió la defensa con un pase que permitió que Luis Díaz supere a German Pezzella – una notoria falta de ritmo en el corazón de la defensa de Argentina que ha sido un problema desde hace un tiempo – y se abriera para para poder meter una patada de derecha por dentro del poste. Era el turno de Argentina para reaccionar. Apareció Ángel Di María para cortar por la derecha, y con De Paul avanzando hacia el otro lateral, Argentina cambió de un 4-3-3 a un 4-4-2, buscando ganar la batalla en el centro del mediocampo y apuntando a proporcionarle a Messi una plataforma para poder inclinar la balanza a su favor. Di María fue de inmediato una presencia activa. Agarró un pase perdido de Colombia para atraer al arquero y asistir a Lautaro Martínez, pero el sobresaliente Wilmar Barrios regresó para atajar el disparo. Después, Di María fue por Messi en la izquierda del área. Messi giró y disparó, David Ospina se vio superado pero la pelota rebotó. ¿Messi seguía con su eterna maldición con su selección nacional? El tiempo seguía avanzando, pero surgió con un toque impresionante que le dio a Nico Tagliafico una chance. Tagliafico se estiró, pero no logró tener un contacto limpio y la pelota terminó muy abierta. Todo comenzaba a hacer pensar a Scaloni que iban a terminar definiendo con penales. Se apuró para hacer entrar en juego a Sergio Agüero, pero antes de que pudiera hacer el cambio, sonó el silbato del árbitro y el tira y afloja había llegado a su final. Si hubiese sido una pelea de boxeo, Argentina hubiese podido alegar que su última seguidilla de golpes le tendría que haber significado el triunfo por puntos. Pero en el fútbol, la historia es diferente -- y tampoco se podía tener en cuenta el hecho de que los colombianos sólo habían conseguido una victoria en sus seis partidos de Copa. Todo se iba a tener que definir por penales. Tal como les sucedió a los españoles el martes, es difícil ganar dos definiciones por penales de manera consecutiva, y mucho más porque el arquero rival ha tenido la oportunidad de estudiar hacia dónde es probable que se dirijan las patadas. Los defensores centrales colombianos, Davinson Sánchez y Mina patearon hacia la izquierda del portero – tal como lo hicieron contra Uruguay el sábado. En esa oportunidad, hicieron gol, en esta ocasión, Emiliano Martínez, los estaba esperando. Y cuando se lanzó hacia la izquierda una vez más para bloquear el disparo de Cardona, todo terminó. Los estadios vacíos raramente han visto celebraciones tan intensas como las de los jugadores y el staff de entrenadores argentinos. Ellos ahora tienen la posibilidad de ganar un título – y todos tenemos la certeza de un choque Brasil vs. Argentina el sábado por la noche.
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