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Messi, te lo merecías

ESPN

Cuatro finales perdidas y una pandemia después, Leo sonreía en el mismo escenario que le había quitado la gloria

Una de las grandes imágenes que nos quedaron del Mundial de Brasil en el 2014, fue la mirada con la que Messi vio la copa del mundo al saber que no era suya. Era un 13 de julio, el Maracaná estaba a reventar, y los miles de aficionados veían como Alemania conquistaba su cuarto título mundial tras vencer a Argentina 1 por 0. Sin embargo, la mayoría de los ojos estaban puestos en Lionel Messi, que a pesar de haber sido elegido el Balón de Oro al mejor jugador del mundial, sabía que no era suficiente. ¿De qué servía ganar en lo individual y no en lo colectivo? Era una deuda que tenía desde hace tiempo con él mismo y con su país. Incluso, cuentan las leyendas que pidió le guardaran el galardón y acabó llorando en el vestidor, normal, se había quedado tan cerca.

La Pulga solo había sonreído dos veces cuando había alcanzado el partido decisivo con la Albiceleste. El primero fue en el Mundial Sub-20 de 2005, en Holanda, donde marcaría los dos goles ante Nigeria para darle a Argentina un título más en esa categoría. Leo acabaría la competición con seis goles, siendo el Botín y el Balón de Oro del certamen. Su segundo logro con la selección, aunque no fue con la mayor, fue la medalla de oro de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008. Argentina le ganó 1-0 a Nigeria defendiendo la presea dorada obtenida en Atenas 2004 y vengándose del rival de lo ocurrido en Atlanta 96, cuando los africanos les quitaron el título. El gol que les dio la victoria fue por parte de Ángel Di María con un gran pase de Messi, para que el estadio Nacional de Beijing, el "Nido de Pájaros”, pudiera ver al astro argentino en lo más alto.

Sin embargo, en selección mayor no todo había sido alegría, en la Copa América del 2007, Leo había vivido su primera gran derrota con la Selección. Final soñada, el clásico sudamericano ponía el marco perfecto para que Argentina cortara la sequía de títulos que tenía desde 1993. La Albiceleste llegaba al encuentro ganando los seis partidos previos y jugando a gran nivel, pero Brasil los despertó del sueño levantando su octava Copa América al derrotarlos 3 por 0. Leo cumplía en lo individual al ser elegido Mejor Jugador Joven del campeonato, pero no en lo colectivo.

En 2014, Messi perdería la final de la copa del mundo y tan solo un año después Leo tenía la revancha en el partido decisivo de la Copa América, pero Chile terminó ganando en penales. Dos años después, en la Copa América Centenario, otra oportunidad para que el 10 de la Albiceleste pudiera levantar su primer título con la selección mayor, pero la Roja se quedaba con el bicampeonato. “Ya está, se terminó para mí la selección…son cuatro finales, no es para mi” con esas palabras Lionel decide dejar la Selección, regresaría unos meses después, pero eso dejaba ver lo frustrado que estaba hacía las criticas y por su puesto a que el resultado no llegara.

Llegaba el año 2021, un jugador que lo ha ganado todo a nivel de clubes, considerado por muchos el mejor del mundo, dejando atrás toda la incertidumbre que había respecto a su futuro en el Barcelona para buscar alzar una copa con su selección. Lionel Messi no quiere volver a pasar frente a un trofeo sin poder levantarlo. Lo logra, nuevamente de la mano de Di María. Messi, de 34 años, sana las heridas por tantos golpes con Argentina. Una vez más esta sentado en el pasto del Maracaná, pero esta vez la sensación es diferente. Con celular en mano, le marca a su familia para compartir el triunfo que tanto añoraban, cuatro finales perdidas y una pandemia después, Leo sonreía en el mismo escenario que le había quitado la gloria, pero ahora se la devolvía.

¿Será la primera y última para Messi con su Selección? No lo sabemos, pero llega un momento en el que ya no importa a qué equipo le vayas, o si eres Team Cristiano en esta eterna comparación, hay dos cosas de las que estamos seguros: Messi, te lo merecías, y somos unos afortunados por verte jugar.