Peñarol dio un paso muy importante para clasificar a la próxima fase de la Copa CONMEBOL Libertadores y hasta para ganar el grupo con su victoria en Cochabamba y el empate de Vélez con Olimpia.
Nacional por su parte volvió de Bahía con un "tanque de oxígeno" luego de su espectacular remontada y el triunfo por 3 a 1 y, más allá del resultado de Medellín, el triunfo de Atlético Nacional ante Inter por 3 a 1, los tricolores saben que se juegan todo en los dos partidos que le quedan en el Gran Parque Central ante los colombianos y brasileños.
Pero vayamos por partes. Peñarol derrotó categóricamente al San Antonio Bulo Bulo en la altura de Cochabamba, que a los uruguayos siempre nos cuesta muchísimo, ya no para digo ganar, empatar siquiera.
Y los aurinegros, que parecen recobrar la memoria, ganaron de principio a fin. Es cierto que los bolivianos no parecen a la altura del Carbonero, pero allí, en esa misma cancha, les ganaron a Olimpia y a Vélez y están terceros en el grupo, y con buena chance de meterse en la repesca de la sudamericana, lo que ya sería una enorme sorpresa.
Pero volvamos a Peñarol que es lo que nos ocupa. Los aurinegros venían de ganar cinco partidos seguidos en el Apertura y si bien no tienen chance de campeonar, indudablemente parece ser que Diego Aguirre va encontrando el equipo que se le había desarmado con la venta de futbolistas que habían sido fundamentales en la campaña del año pasado.
Ignacio Sosa parece afirmarse y cada día responde mejor. Partido a partido es figura destacada, la zaga parece que la encontró con el ingreso de Nahuel Herrera, volvió Cabrera y Fernández parece haber recobrado su nivel que fue fundamental en el 2024. Silvera es indiscutido aunque por momentos extrañó el recambio de Batista del año pasado al que dejó ir a Ucrania. Milans se afirmó por el costado derecho y Maxi Olivera alterna buenas y malas por izquierda. En el medio junto a Sosa, Rodrigo Pérez es un todo terreno y así está este Peñarol que según los dirigentes van a ir por algún refuerzo importante para la segunda mitad del año y más si pasa a la segunda fase de la Conmebol Libertadores.
POR EL OTRO LADO
Le tocó a Nacional el grupo de la muerte, el más duro, el que nadie quería y antes de comenzar y con cambio de entrenador. Todo arrancó mal para el tricolor. Derrota en Medellín y en Montevideo ante Bahía. Pero a partir de allí Nacional comenzó a encarar un repunte en su fútbol en ambas competiciones, tanto Apertura como Conmebol Libertadores y en las dos y de atrás, empezó a sumar. Hoy está a 3 puntos de Bahía que es el puntero con siete, a dos de los colombianos y a uno de Inter.
Mientras en el Apertura quedó a un punto de Liverpool cuando queda una sola fecha. Nacional tiene un muy buen plantel. No sé qué les pasó con Lasarte, que para mí es un muy buen entrenador, con una trayectoria impresionante, pero a veces pasan esas cosas y cuando uno se va, llega otro como Peirano que venía de muy buena campaña en Santa Fe de Colombia.
Pese al debut con derrota el equipo se afianzó y llegaron los buenos resultados. El orden táctico del equipo sorprende a propios y extraños y así a los 10 minutos del primer tiempo ganaba en Beira Río 2 a 0 y aunque al final no pudo aguantar el 3 a 0 que llegó a tener, ahora de vuelta demostró su poderío y consiguió un resultado que era vital para seguir viviendo. Creo que le viene muy bien el sistema, con los laterales que suben por derecha y por izquierda, los dos del medio, Oliva y Boggio impenetrables, y dejo para el final a los de arriba.
Recoba es respiro para sus compañeros y compromiso, López es clase y Villalba es explosión y velocidad pero, además, no es egoísta, va al fondo y habilita al mejor ubicado. El gol de López fue un canto al fútbol, el pique de 40 metros de Villalba, la habilitación a López y la exquisita definición del goleador y el tercero con otro pique y el cruce al medio para la furibunda entrada de Millán que corrió más de 60 metros para llegar a definir en los 86 minutos.
Dejo para el final a Mejía y los zagueros. El arquero exuberante, con una triple atajada al final que no tiene palabras, Calione más firme que ante Inter, con mucho futuro, Coates, el capitán, y Millán cada vez más importante.