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Una suspensión al estilo Conmebol

Getty Images

La primera final superclásica por la ida de la Copa Libertadores entre Boca y River la terminaron jugando el clima, el árbitro, la jugaron los medios y las redes sociales, las reuniones de dirigentes de ambos clubes junto con la Conmebol, la incertidumbre…

Pero el fútbol no estuvo presente. Las fuertes lluvias obligaron a postergar el partido más esperado de los últimos tiempos: en principio, se jugará este domingo a las 16.

Desde temprano comenzaron las especulaciones. Las tormentas fuertes que se dieron sobre la Ciudad de Buenos Aires dejaban margen para imaginar un final como el que se terminó dando.

La lluvia no dio tregua casi en ningún momento de la jornada. Y las especulaciones sobre la suspensión del partido, tampoco.

Rumores hubo y para todos los gustos: “se juega”, “se juega pero dos horas más tarde”, “se pasará para el fin de semana que viene”, “se pasará para la semana…”

“Habrá que ver qué dicen desde la Superliga, qué dice la Policía de la Ciudad…” Lo más importante era lo que decía la Conmebol, el ente encargado de la organización, que en los últimos tiempos demostró estar más cerca de la desorganización y el papelón.

Mientras tanto, la gente llegaba a La Bombonera, que se iba colmando de a poco, los hinchas de River despedían a sus jugadores con un banderazo, y de manera oficial nadie decía nada.

Los propios jugadores quedaron envueltos en el caos informativo: pasaron, en segundos, de estar listos para partir rumbo al estadio, a volver a las habitaciones del hotel.

“¿A quién le sirve más la suspensión?”, fue otra de las preguntas, en medio del caos por tanta información cruzada.

Si el partido se pasa para la semana que viene, ¿River podría recuperar a Ponzio? ¿Y tener en condiciones óptimas a Scocco y al Pity?

¿Boca tendrá mejor a Pablo Pérez, quien entrenó diferenciado toda la semana?

¿Con el césped mojado, cambiarán los jugadores titulares y el banco de suplentes?

En fin, este superclásico inédito sumó otro motivo más para hacerlo distinto a todos los que se vivieron hasta el momento. Rumores, incertidumbre, información cruzada, desconcierto, poca claridad a la hora de comunicar… Se juega mañana, pero nada es seguro si la lluvia sigue y si no se dan certezas desde la organización. Sí, todo al mejor estilo Conmebol.